“Los derechos humanos, sociales y económicos no son negociables”, manifestó enérgicamente Vuyiseka Dabula, defensora de los derechos de las personas viviendo con VIH en Sudáfrica y Secretaria General de la Treatment Action Campaign (TAC). Tras las primeras presentaciones de la ponencia, que hicieron referencia a los recursos destinados a la respuesta al VIH/SIDA- entre ellas la de Bill Clinton– Dabula fue determinante: “Sabemos que no se va a alcanzar la meta de tratamiento para 10 millones de personas en 2010, por eso tienen que reasumir el compromiso y alcanzar el tratamiento para 15 millones en 2015”.
En un contexto en el que las mujeres representan al 50 por ciento de personas que viven con VIH y los jóvenes a un 40 por ciento, Dabula advirtió que, a pesar de los avances de la última década, hay que acelerar de manera urgente los esfuerzos en la respuesta al VIH. “En la Conferencia Internacional de Durban 2000 nadie tenía acceso al tratamiento en el continente. Ahora, 5 millones de vidas fueron salvadas, pero es menos del 50 por ciento de lo que se necesita”, lamentó.
“Salud positiva, dignidad y prevención”, fue el título de su presentación, que se enfocó también en los pasos necesarios a seguir para mejorar la respuesta y para garantizar que esta alcance a las poblaciones más vulnerables. La activista informó que de los 136 países que reportan a ONUSIDA, 84 tienen políticas que no protegen a las poblaciones más afectadas por la epidemia, ya que las estigmatizan y discriminan. Además, en muchos países aún se criminaliza a las personas con VIH, homosexuales y trabajadoras sexuales.
Vuyiseka Davila realizó su presentación minutos después que Bill Clinton. El ex presidente de los Estados Unidos había hablado de recursos, inversión, dinero y financiamiento. También había confesado que su meta era un mundo en el que los niños no mueran antes de su tiempo. El contraste entre ambas presentaciones fue notable: por un lado, la política y su discurso; por el otro, la realidad en la región más devastada por la epidemia. Dabula recordó que en algunos países las mujeres lesbianas no tienen acceso a los servicios legales. Que en Malawi, Uganda, los hombres gays no pueden asistir de manera segura a los centros de salud. Que en Irán, dos médicos fueron encarcelados por trabajar en la respuesta al VIH. Que en algunos países de África las mujeres todavía son mutiladas. Y que la inequidad social es una realidad que sigue existiendo en todo el mundo. Con este llamado de atención a la memoria Vuyiseka Davila concluyó su presentación. Una muestra de que, a pesar de los avances alcanzados, todavía falta mucho por hacer, no sólo para alcanzar el acceso universal, sino también para garantizar el cumplimiento de los derechos humanos en todo el mundo.
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