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Acceso Universal, ¿para quiénes y dónde?

Los días 29 y 30 de septiembre se llevó a cabo en la ciudad de Panamá el Taller de Consulta Nacional sobre el Acceso Universal, organizado por ONUSIDA y el Ministerio de Salud. En un país que sufre la falta de tratamientos y de calidad en la atención a pacientes con VIH y en donde la discriminación en los sistemas de salud es una realidad, ¿cuánto falta para el acceso universal?

Con una gran participación de la sociedad civil, las agencias de cooperación internacional, autoridades nacionales y representantes de clínicas de atención a pacientes con VIH; se realizó en la ciudad de Panamá el Taller de Consulta Nacional sobre el Acceso Universal, un importante encuentro que, lamentablemente, no contó con la presencia del Ministro de Salud, Franklin Vergara.

Una realidad que se evidenció en este encuentro es que, si bien es cierto que se han logrado dar importantes pasos en la respuesta nacional al VIH en Panamá, son muchas más las cosas que aún no se han logrado concretar. No se puede hablar de acceso universal cuando hay desabastecimiento de medicamentos antirretrovirales y de reactivos de laboratorio para pruebas de seguimiento y control de CD4 y Carga Viral; cuando existe discriminación por parte del personal de salud en los diferentes departamentos donde debe darse atención a las personas con VIH, principalmente en los cuartos de urgencia; cuando la burocracia administrativa prevalece aún sobre los intereses políticos, personales y sobre el mismo derecho a  la salud; y cuando los trámites para la compra de medicamentos demoran más de 4 meses.

Otra problemática que afecta a Panamá es la falta de coordinación entre la Seguridad Social (CSS) y el Ministerio de Salud, que tras muchos años de trabajar en la respuesta a la epidemia de VIH, aún no han logrado articular acciones que beneficien a la población afectada. Tanto es que pacientes que cotizan seguro social hoy día están siendo atendidos en el Ministerio de Salud, lo cual agrava la situación para aquellos pacientes que no cuentan con una seguridad social. Esto genera que el presupuesto aumente y que se disparen las probabilidades de que el sistema colapse por estar sobrecargado.

Además, Seguridad Social aún no ha descentralizado sus servicios y sólo mantiene dos clínicas de atención para personas con VIH a nivel nacional, ambas en la capital del país; mientras que el Ministerio de Salud cuenta con 14 clínicas (a nivel de infraestructura), de las cuales sólo ocho operan realmente. A esto es necesario agregar que no sólo se trata de contar con una infraestructura, es necesario también contar con los equipamientos mínimos para que el funcionamiento sea efectivo.

Por otro lado, a nivel político, es notable la disminución del interés en la temática del VIH. Por el momento fue agendada, a nivel ejecutivo, la problemática de la transmisión materno infantil (TMI). La pregunta es: ¿se está pensando realmente en el presente y en el futuro del país o sólo es una acción para cumplir con los indicadores?

Por último, queda analizar el cada vez más pobre accionar del principal organismo nacional. La Comisión para la Prevención y Control del VIH, que fue respaldada por un Decreto Presidencial en 2008, fue en su momento una esperanza para todos, a través de la cual se podría trabajar en el control de la prevención del VIH. Esta instancia, la máxima autoridad en el tema del VIH, está hoy agonizando.

En esta consulta nacional quedó aún más a la vista lo mucho que falta para cumplir las metas para el Acceso Universal. Lo más preocupante es que, lo que sucede en Panamá, no es diferente a lo que sucede en el resto de los países de la región. El resultado de esta falta de compromiso es que los Objetivos del Desarrollo del Milenio y el Acceso Universal para 2015 se han convertido en dos grandes retos que, por el momento, sólo quedaron en sueños, planes, prioridades y en las agendas de las agencias de cooperación, pero no en la realidad de nuestros países.

Acerca del autor

Dayra Garcia

Panamá

Dayra García vive en la ciudad de Panamá y es parte del Equipo de Corresponsales Clave para América Latina y el Caribe desde 2009. Es Directora de la Asociación Viviendo Positivamente, una organización panameña con alta trayectoria y experiencia en la temática del VIH/SIDA.

Dayra también se desempeña como Miembro Consejo Regional de la CIAT y es miembro activa de la Comisión Nacional para el Control y Prevención del VIH –CONAVIH-. Fue Coordinadora de la Alianza Estratégica de Promoción y Defensa Publica de Panamá en el período 2007-2008.

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