Las actividades colaborativas entre el programa de VIH y el de tuberculosis (TB) comenzaron en 2009. Hoy, la mitad de las personas diagnosticadas con TB conocen su estado serológico para el VIH, conocido como coinfección TB/VIH. El Ministerio de Salud Pública tiene estrategias diferenciadas para la atención de la TB en comunidades de pueblos originarios y cárceles.
Las estadísticas oficiales sobre TB nos muestran que en el 2011 se detectaron 2541 casos, de los cuales el 10% son niños (258 casos), 218 son personas privadas de su libertad, 479 pertenecen a pueblos originarios y existen 167 casos de coinfección TB/VIH.
En las comunidades de pueblos originarios se realizan actividades con participación comunitaria, en las que se trabaja con promotores voluntarios capacitados seleccionados por sus comunidades. Ellos son los responsables de articular el trabajo con la Unidad de Salud más cercana. En las cárceles se llevan a cabo actividades de información a la población penitenciaria. Además, se capacitó a promotores voluntarios que apoyan al personal de salud especialmente entrenados para la detección de sintomáticos respiratorios.
La Dra. Celia Martínez, Directora del Programa Nacional de Control de la Tuberculosis, nos cuenta cuáles han sido los principales logros en la respuesta a la TB: «Se incrementó la detección de sintomáticos respiratorios (SR); se fortaleció la red de laboratorios, se crearon tres albergues indígenas y se produjo material informativo y de mercadeo social. Además, se ha incrementado el conocimiento de la población sobre el tema: de 50% en 2007 se pasó a 90% en 2011. También se ha mejorado la tasa de curación». Y añadió que «En 2007 solo el 4% de los pacientes conocían su estado serológico para el VIH, hoy el 50% lo conoce.»

Los resultados del informe de evaluación de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) hablan de que el Programa Nacional de Control de la Tuberculosis está bien estructurado, incorporado en todos los niveles del sistema sanitario del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, y posee un claro y reconocido liderazgo técnico en el ámbito nacional. También señala que existe personal y equipos motivados y capacitados trabajando en actividades de control en los diferentes establecimientos de salud visitados. El informe agrega que hay un compromiso político tanto a nivel nacional (absorción de recursos humanos, compra de insumos esenciales del PNT por parte del Estado -incluyendo los medicamentos de 2da línea) como a nivel regional.
Sin embargo, a pesar de los grandes avances mencionados en el informe, aún existe una gran brecha para poder poner un alto a la tuberculosis en Paraguay. Falta mucho por hacer y los recursos necesarios son enormes. La toma de conciencia sobre la enfermedad, un diagnóstico temprano y el seguimiento del tratamiento son las claves para frenar la epidemia.
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