A fines del 2021, durante la presentación del nuevo protocolo del Régimen Penitenciario para la atención de la comunidad LGBTQ+ privadas de libertad, Alejandro Ovando (27), psicoanalista y Secretario General de la Red de Hombres Gays y Bisexuales Positivos de Bolivia (Red HGB+), y Gabriel Cuellar (25) conversaron con Vanina, Linda y Moyra, lideresas trans que realizan actividades de apoyo con víveres y kits de higiene para unas 15 mujeres trans que se encuentran en el Centro de Rehabilitación de Santa Cruz “Palmasola”, quienes comentaron que algunos excedentes de sus apoyos, ocasionalmente, beneficiaban a algunos varones gais y bisexuales.
Animados por esta experiencia y las necesidades que atraviesan los hombres gais y bisexuales privados de su libertad, Alejandro y Gabriel decidieron realizar una colecta de alimentos, ropas, material de higiene y bioseguridad para llegar a más personas de su comunidad.
La cárcel de Palmasola, también conocida como el “pueblo prisión” está ubicada sobre más de 40 hectáreas en las afueras de Santa Cruz, la ciudad más poblada de Bolivia. Según datos de la Defensoría del Pueblo, esta prisión alberga a más de 6700 varones y mujeres privadas de libertad, cuando su capacidad es para 1400 personas, llegando a un hacinamiento del 285%. Más del 65% de los residentes se encuentran con detención preventiva.
En el momento en que Alejandro y Gabriel se animaron a hacer la colecta, iniciaron una campaña de solicitud de donaciones en redes sociales, y contactaron también con los responsables del Régimen Penitenciario que delegó la coordinación a dos psicólogas que apoyaron activamente en todo el proceso.
En el proceso surgió la dificultad de la identificación de la población de hombres gais y bisexuales privados de libertad; por razones de estigma y discriminación, un gran número de ellos decidió no manifestarse ni beneficiarse por temor a ser identificados ante el resto de los internos, además que no contaban con una organización interna o un representante. A pesar de ello, se logró enlistar a 20 beneficiarios del área más poblada de Palmasola. Para esta tarea, las compañeras trans internas fueron clave para facilitar los contactos a las psicólogas.
En un mes, se lograron completar 20 canastas que incluían 2 kg de arroz, azúcar, fideo, sal, galletas y otros alimentos. Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) donó 100 panetones. También se incluyeron donaciones de ropa, insumos de higiene y material de bioseguridad, en el contexto de la pandemia por covid-19.
La organización Mano Diversa, además de apoyar en la etapa de colecta, completó el canastón con preservativos e información de prevención de ITS y VIH. Todos los ítems donados fueron sugeridos desde la experiencia de las compañeras trans.
A pesar de haber completado la colecta a inicios de enero, la entrega se fue posponiendo debido a la burocracia del Régimen Penitenciario referida al ingreso de las donaciones y de las personas responsables de las mismas. Finalmente, el pasado 20 de enero fue el día de la entrega. Para ello se coordinó con las mismas psicólogas responsables del PC-4, se asignó una oficina para la entrega y se convocó a los beneficiarios en grupos de 5 personas.
En el día de la entrega solo se presentaron 15 de las 20 personas identificadas inicialmente. Se estima que el estigma volvió a influir en los beneficiarios. Los canastones quedaron con las psicólogas responsables que se comprometieron con la entrega en un momento y espacio diferente.
Con los excedentes de las donaciones, se decidió apoyar a personas de la comunidad LGBTQ+ con dificultades económicas y de salud pertenecientes a la Red HGB+, o sugeridos por la REDBOL y Mano Diversa.
Cuando preguntamos a Alejandro sobre los aprendizajes de esta experiencia, señaló que es importante mejorar y hacer más efectivo el apoyo a los grupos más vulnerables; además, destacó que es necesario abordar de forma integral su salud mental, derechos, sexualidad saludable y otros temas identificados.
Si bien las líderes trans internas aseguraron a Alejandro que en el PC4 habían mucho más de 30 hombres gays y bisexuales, no tenían datos sobre los otros módulos y áreas.
Finalmente, Alejandro afirmó que para el futuro, además de repetir y mejorar la actividad, podrían llegar a otras áreas del Palmasola, así como a otras cárceles del departamento de Santa Cruz. Considera también que este podría ser un primer paso para discutir con las autoridades un abordaje integral de la prevención y atención del VIH dentro de los centros penitenciarios.
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