En Chile, el Ministerio de Salud acaba de lanzar la campaña «Hazte el Examen», campaña de prevención para dar respuesta al VIH/SIDA en todo el país.
Forman parte de la campaña videos de personajes de la farándula local afirmando que ya se hicieron la prueba y que cada persona decide si la hace pública o no. Hasta aquí nada nuevo. Lo diferente de esta campaña es que hacia el final se nombran los métodos de prevención del VIH, se incluye al condón, pero también se mencionan otras dos formas: “pareja única” y “abstinencia”. Esto implica un retroceso, con una vuelta a discursos religiosos y de poco fundamento donde los derechos sexuales y reproductivos se ven claramente vulnerados.
Es paradójico ver una campaña de este tamaño dirigida a todo un país donde el Ministerio de Salud argumenta que las familias y comunidades tendrán una vida más saludable y participarán de la construcción de estilos de vida que favorezcan su desarrollo individual y colectivo, con un mensaje que induce a optar por un comportamiento conservador.
La campaña que tiene como slogan “Yo me hice el examen del SIDA, sea positivo o negativo, yo gano” busca que las y los jóvenes de 20 a 29 años accedan a la prueba y así evitar el avance de la epidemia. Pero el lenguaje empleado en la nota de prensa del lanzamiento de la campaña apela a palabras como ‘enfermedad’, ‘portadores’, ‘vida normal’ y ‘madres portadoras’, que contribuyen a aumentar los niveles de estigma y discriminación ya sufridos por las personas que viven con VIH.
El Movimiento por la Diversidad Sexual de Chile (MUMS) se pronunció frente a la campaña y la rechazó por las inexactitudes que contiene y por no responder a las necesidades del país. En el comunicado enviado desde el MUMS se afirma que para el armado de la campaña no participó la sociedad civil ni otros ministerios. Tampoco el Programa de VIH y SIDA del MINSAL fue tenido en cuenta al momento de la implementación.
El MUMS pone en tela de juicio esta campaña que incita al estigma y profundiza las inequidades de género ya existentes, diciendo que vulnera la ley de voluntariedad del test de VIH al obligar a las mujeres embarazadas a realizarse el examen. Cierran su comunicado argumentando que la campaña es una involución en las políticas públicas de prevención del VIH en Chile.
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