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Colectivos LGBT de Bolivia contra crímenes de odio

Los asesinatos de Carla Suarez y Dayana Kenia, fallecidas el 24 de marzo y 1 de abril respectivamente en el departamento de Santa Cruz, fueron considerados por las y los activistas de las diversidades como crímenes de odio por identidad de género.

Carla, una joven transexual, fue encontrada muerta cerca de una laguna. De acuerdo a resultados forenses presentaba una herida en la cabeza y hematomas en la espalda. La Policía maneja la hipótesis que fue requerida por algún cliente que la condujo hasta ese lugar y la agredió a golpes hasta matarla y luego trató de deshacerse del cuerpo botándolo a la laguna.

Dayana, otra joven transexual  fue encontrada muerta en el baño de su Rocola  “Sensacional”,  atada de pies y manos y ensangrentada. Se presume que fue su pareja quien la asesinó con la intención de robar su dinero.

Carla Suárez

Pronunciamientos

Las reacciones de indignación y molestia ante los hechos no se dejaron esperar, activistas de estas poblaciones  y promotores de los derechos humanos se manifestaron a través de las redes sociales y en conferencia de prensa en repudio a los hechos. El Colectivo LGBT BOLIVIA emitió un pronunciamiento que exige a las instancias de justicia, Ministerio de Gobierno, policía y fiscalía, una investigación inmediata sobre los crímenes de odio por la identidad de género de ambas mujeres trans; asimismo, solicita la intervención inmediata del Ministerio de Gobierno, Ministerio de Justicia, Viceministerio de Descolonización y la Defensoría del Pueblo para que estos y anteriores crímenes de odio no queden impunes y no sean tomados como “incidentes normales” por nuestra sociedad.

El Colectivo aprovechó el pronunciamiento para solicitar a la Asamblea Plurinacional de Bolivia que de curso en la aprobación de la Ley de Identidad de Género, ya que su ausencia permite que los derechos de las personas trans sigan siendo vulnerados y discriminados en todos los sentidos y aspectos. Finalmente, convocaron a organizaciones en Derechos Humanos, organizaciones feministas, medios de comunicación y sociedad en general a manifestarse respecto a estos crímenes de odio.

A través de su cuenta en Facebook, la Coalición Boliviana de Colectivos LGBT manifestó, entre otras cosas, que la homofobia y la transfobia afecta directamente a la población de mujeres y hombres trans, lesbianas, bisexuales y gais, y que por tanto, es una obligación fundamental que las dependencias y entidades centrales y descentralizadas del Estado Plurinacional de Bolivia combatan la homofobia y transfobia con urgencia, con políticas públicas y acciones afirmativas que lleven a un cambio estructural en donde la libertad, la equidad y la igualdad de las personas sean reales y efectivas.

Dayana Kenia

A pesar que existen avances significativos, la discriminación y la violencia continúan y los asesinatos por odio quedan impunes; el acceso a la justicia es obstaculizado por servidores públicos que no son sensibles al tema, que no lo conocen, a quienes no les interesa o son homofóbicos; y las víctimas desisten por el desgaste de los malos tratos, la burocracia y los prejuicios que impiden que los derechos reconocidos sean exigibles y justiciables.

Discriminación y violencia, una constante

De acuerdo a lo señalado en el Informe Anual de Derechos Humanos de la Población LGBT, actualmente está en peligro el respeto pleno del Derecho a la Vida de la población con diversa orientación sexual e identidad de género en Bolivia, a pesar de estar enunciado en los Principios de Yogyakarta, en instrumentos internacionales y normativa nacional. Esta afirmación se comprueba en información obtenida por los medios de comunicación escrita del 2013 y en los estudios mencionados en el informe, que plasman que en los últimos diez años (2003 – 2013) se han registrado 55 asesinatos de personas con diversa orientación sexual e identidad de género en Bolivia.

Tampoco está asegurado el Derecho a la Seguridad Personal de la comunidad LGBT en Bolivia; el 82% de los entrevistados para el informe señalaron que fueron detenidos arbitrariamente; y en el 100% de estos casos, las detenciones o arrestos arbitrarios fueron realizados por policías, cuando realizaban actividades cotidianas como pasear con su pareja del mismo sexo, al salir de una discoteca, por expresar algún afecto a su parejas, entre otros.

En esta misma línea, resulta alarmante que los entrevistados hayan expresado que conocen o han sufrido personalmente algún tipo de agresión y/o violencia, traducidos en amenazas, agresiones físicas y verbales por su orientación sexual e identidad de género; que reflejan que siguen existiendo altos niveles de homofobia en el país.

La activista Libertad Álvarez mencionó a los medios de comunicación que en otras regiones del país, especialmente en el oriente, no se hacen denuncias, solo se hallan cadáveres, cuerpos, sin seguimiento. Los familiares no realizan denuncias por el miedo al “que dirán”. Según Álvarez, poseen datos respecto a maltratos, discriminaciones de todo tipo, despidos de trabajo,  agresiones físicas y psicológicas y que, como organizaciones, pretenden establecer una nueva figura legal para este tipo de casos que es el “crimen de odio”.

Diana, amiga de una de las víctimas, mencionó “todos somos seres humanos y tenemos derecho a una libre elección sin que se nos discriminen, muchas de nosotras tenemos familia, trabajamos, somos mujeres emprendedoras que buscamos mejores condiciones de vida, no es justo que por ser transexuales, travestis, nos maten y nos quiten nuestros sueños”.

El que no existan datos reales acerca de cuantas personas fueron asesinadas por “crímenes de odio”, cuántas y cuáles son las situaciones de discriminación y violencia por las que pasa una persona con distinta orientación sexual en su vida cotidiana y las escasas acciones que se realizan para frenar esta situación, evidencian la clandestinidad en la que muchas de estas poblaciones viven.

La invisibilización no ayuda a establecer, mejorar  y cumplir políticas en beneficio de las personas LGTB, el fuerte miedo a la opinión ajena está presente en la sociedad boliviana, una sociedad que aún tiene miedo de incluir al “diferente” a respetarlo como persona con derechos en la misma medida que a los demás. Mientras tanto, hechos lamentables como estos siguen sucediendo.

País: Bolivia

Acerca del autor

Marlene Caero

Comunicación Social | Bolivia

Soy de Bolivia; estudie Comunicación Social, trabajo y aprendo de: la Comunicación para el Desarrollo, Género, Salud, VIH, Periodismo escrito y el audiovisual.

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