La tribuna de un estadio de fúbol, así como el Internet, es un espacio donde la gente puede expresar su homofobia de la manera más ofensiva y con total impunidad; sea un partido profesional o amateur, ya sea para «ofender» al equipo contrario o incluso para motivar al propio, escuchamos que tal o cual jugador es maricón, les gritamos «¡jueguen como hombres!», «¡No sean puñales!»; incluso hay canciones dedicadas a algún odiado contrincante.
El caso más típico de estos insultos sucede al momento del saque de meta; el portero se prepara para despejar y, tal como cuando se hacían las olas en los estadios, comienza un barullo en toda la tribuna pues algo importante se avecina, el portero da un paso, dos, corre hacia el balón, mientras lo patea con todas sus fuerzas, escucha un ensordecedor: ¡Putoooo!
Los casos de violencia en los estadios de fútbol de primera división de México han alertado a la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) y a las autoridades de nuestro país, a tal grado que se llevó a cabo una reunión entre las autoridades de la FMF, la Comisión del Deporte de la Cámara de Diputados y miembros de la comisión legislativa. Entre los presentes se encontraron Gerardo Liceaga, comentarista de deportes, y Gabriela Medrano, ambos integrantes de la Comisión del Deporte en la Cámara de Diputados, así como Decio de María, Secretario Técnico de FMF.
Entre las reformas que pretenden realizar encontramos: a) cero gratuidad de boletos para los grupos de animación a los equipos de fútbol, b) cárcel para los alborotadores y c) mando único en operativos.
Sin embargo, el tema de la homofobia ni se tocó. No se tomó en cuenta a las organizaciones que se dedican a la equidad de género, a reducir el bullying, o a la diversidad sexual. Para los diputados y los dueños del balón en México la homofobia no es parte de la violencia que vive nuestro país. Al contrario, la promueven. Hace algunos años, durante el mundial de futbol de Alemania 2006, previo a un partido de nuestra selección nacional, la televisora mexicana entrevistó a Justino Compeán, Presidente de la FMF, quien, orgulloso de la gran cantidad de mexicanos que apoyarían al equipo tricolor, eufórico comentó: “¡y recibiremos al portero contrario con nuestro grito característico!”
Si el presidente de la Federación Mexicana de Fútbol promueve la homofobia, no podemos esperar que se castigue.
La preocupación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el caso de los periodistas de Puebla “partió de la fuerte influencia del lenguaje en la percepción que las personas tienen de la realidad, pudiendo provocar prejuicios que se arraigan en la sociedad mediante expresiones que predisponen la marginación de ciertos individuos o grupos”.
Los países europeos han avanzado bastante en frenar la homofobia en sus estadios. En Inglaterra están prohibidos los insultos raciales u homofóbicos, y las personas que los realizan o que generan violencia pueden ser vetados de por vida de los estadios de fútbol. Iniciativas como Football vs Homophobia, Justin Fashanu Campaign y You Can Play Project, han logrado que el respeto a la diversidad sexual sea una realidad en el deporte profesional de Europa y Estados Unidos.

Asimismo, durante la Eurocopa Polonia – Ucrania 2012, ante las expresiones de un jugador italiano quien dijo que no le gustaría jugar con compañeros gays, los capitanes de los equipos de Alemania e Italia que se enfrentarían en la semifinal realizaron pronunciamientos previos al encuentro. El mensaje de Phillip Lahm, capitán alemán, fue por el respeto a todas las personas, por el respeto a la diversidad sexual.
La canciller alemana Angela Merkel ha aconsejado a la afición a aceptar y respetar a los jugadores homosexuales. En Inglaterra y Estados Unidos en los últimos meses dos deportistas han salido del clóset: el futbolista Robbie Rogers, de 25 años, se retiró apenas dio la noticia y el jugador de la NBA, Jason Collins, indicó que espera continuar su carrera.
En Latinoamérica estamos muy lejos de estas expresiones de respeto e inclusión. El camino es largo, y será muy complicado romper las barreras del patriarcado, el machismo y la homofobia. Es un partido muy difícil. Habrá que jugar segundo a segundo con la inteligencia y el compromiso por el respeto y la inclusión.
El tiempo que he estado inmerso en el mundo del deporte y en el activismo LGBT me ha llevado a la conclusión de que la homofobia que se vive en los estadios de fútbol es aceptada y considerada adecuada para las personas que están inmersas en esa dinámica de la ofensa homofóbica al equipo contrario y a los jugadores.
Es muy común gritar maricón y puto en el estadio, y es muy fácil transferir esos insultos a la calle, hacia una persona travesti, trans, afeminada o gay en la calle, y agredirla hasta el asesinato; porque se les asesina precisamente porque odiarlos es común y aceptable en los espacios públicos.
Para apoyar nuestro trabajo en contra de la homofobia, es necesario que las personas dedicadas a la investigación social realicen un estudio sobre cómo influye la homofobia en los estadios en la tasa de crímenes de odio por homofobia. Pienso que la relación es directamente proporcional. Si la religión y el deporte aceptan y ensalzan la homofobia, tendremos sociedades educadas en estos sentimientos. Pero tal vez hace falta confirmarlo con un estudio científico social.
El paso siguiente sería picar piedra con las autoridades deportivas, apoyados por los medios de comunicación. Lograr establecer sanciones económicas o pérdida de puntos para los equipos cuyas barras y porras generen insultos, cánticos o expresiones homofóbicas, castigos a las porras y aficionados que se comporten en el mismo sentido. Finalmente promover y educar en el respeto a la diversidad sexual, cultural, étnica, religiosa dentro de los estadios, apoyados en los protagonistas del juego.
Es tiempo de copas futbolísticas (Copa Confederaciones, Copa Libertadores, Copa de Oro) y pronto regresará la Liga Mx en la que previo a los partidos se dan algunos mensajes “correctos”. El mes pasado usaron balones verdes para promover el reciclaje, en abril nos invitaron a hacer ejercicio con balones naranjas. En octubre promovieron la prevención del cáncer de mama con balones rosas. Ojalá en mayo promovieran el respeto a la diversidad con balones morados o multicolores y en diciembre la prevención del VIH con balones rojos.
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