
Hoy, 31 de marzo de 2011, se publicó el informe del Secretario General de las Naciones Unidas, Sr. Ban Ki-moon, con recomendaciones para alcanzar los objetivos del desarrollo del milenio en 2015. Este documento, como lo anticipamos en un artículo anterior, es parte del proceso de preparación de la Reunión de Alto Nivel sobre SIDA, a realizarse del 8 al 10 de junio próximo en la Ciudad de Nueva York.
En su informe “Unidos por el acceso universal”, el Secretario General resalta que entre los años 2001 y 2009 la tasa de nuevos casos de infección por el VIH ha decrecido un 25% según un estudio sobre 33 países, 22 de los cuales pertenece al África subsahariana. Menciona en especial que a fines del año pasado había en el mundo más de 6 millones de personas en tratamiento antirretroviral y que recientemente se ha logrado una cobertura de más de la mitad de las mujeres positivas embazadas con los métodos de prevención de la transmisión vertical. Sin embargo, en el informe alerta que estos logros son frágiles, porque por cada persona que inicia tratamiento dos se infectan. Es decir que, al terminar el día de hoy (y los próximos), 7.000 personas se infectarán, 1.000 de las cuales serán niñas.
“En este momento crítico, los dirigentes del mundo tienen una oportunidad única para evaluar los logros y las deficiencias en la respuesta mundial al sida”, dijo el Secretario
General de las Naciones Unidas, el Sr. Ban Ki-moon, en la rueda de prensa que tuvo lugar en la capital de Kenia. “Debemos tomar decisiones audaces que transformen radicalmente la respuesta al sida y nos ayuden a avanzar hacia una generación sin VIH.”
Dentro de una semana, el 8 de abril, se realizará la Audiencia Informal de la Sociedad Civil en la Ciudad de Nueva York (ver comunicado del Grupo de Trabajo). Para esta sesión el Grupo de Trabajo de la Sociedad Civil eligió una lista de oradores que se pueden encontrar en el vínculo previo. Esta lista ha generado un cierto revuelo y malestar en varios sectores dentro y fuera de la región, no sólo por un proceso del que se desconoce el mecanismo de selección, sino también por los resultados.
“Desvestir un santo para vestir a otro”
En mi opinión, la lista de personas elegidas como expositores son todos incuestionables por su experiencia, prestigio y pertenencia a organizaciones y redes. Sin embargo, considero que la composición de la misma muestra algunas señales de sesgo. La composición de la lista de los expositores elegidos puede potencialmente brindar una mirada parcial de la epidemia, que no responde a las evidencias epidemiológicas. Hay grandes ausencias, como son algunas poblaciones específicas en mayor riesgo, más castigadas por la epidemia en todas las regiones del planeta excepto algunas partes de África.
Como en las conferencias internacionales, en las delegaciones de las juntas de gobiernos, en los grupos de trabajo y en los comités, tenemos temporadas, temas favoritos y fuertes tendencias. Hay altas probabilidades de que en esta Reunión de Alto Nivel tenga un fuerte protagonismo el tema de las mujeres y las niñas. Nadie discute la relevancia e importancia de enfocarnos en este tema, en ocasiones postergado, pero no por ello debemos desatender o dejar en las sombras otros.
En esto me parece que se expresa una vez más la profunda crisis de la sociedad civil, que en este caso hace síntoma con la polaridad extrema de agendas: de a ratos adopta algunas prioridades y deja por fuera otras. Las consecuencias de esto son muy graves y es una responsabilidad de todas las personas que tienen el poder de decidir. Hay lideres, colectivos y organizaciones de poblaciones clave en esta epidemia que necesitan más tiempo para desarrollar sus capacidades, que incluye el idioma Inglés, para ser protagonistas en estos espacios. Mientras tanto apoyar su participación y defender sus “agendas” son responsabilidades de quienes estan hoy, ahí, recordando que nadie puede hablar por otros.
Esperemos que las presentaciones y documentos que salgan de la reunión de abril y junio sean instrumentales para avanzar en una agenda diversa para superar las grandes brechas que la respuesta al VIH/SIDA tiene hoy. Agendas únicas y miradas parciales nos empujarían al pasado y perpetuarían la invisibilidad, la violencia y la exclusión que, además de las mujeres y las niñas, padecen también las mujeres trabajadoras sexuales, las personas transgénero, los gays, los hombres con comportamiento bisexual, y la lista sigue.

O quizás estemos retrocediendo en la concepción sobre políticas e ideológicas esenciales como la de género, que hoy no se puede concebir sin la inclusión de temas como la diversidad y las masculinidades. Esto mostraría que hay una tensión mucho más profunda por resolver y las consecuencias de ignorarla serán aun mayores.
Acceso a la Declaración de las redes por la Consulta Regional
Imágenes: ONUSIDA
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