Desde hace varios meses, activistas de diversos países vienen reclamando por la interrupción de la provisión de tratamiento antirretroviral. Esta semana, la situación se volvió crítica en Panamá, donde en la Caja de Seguro Social escasea la combinación de tenofovir y emtricitabina (Truvada®), la zidovudina y la combinación de esta con lamivudina (Combivir ®), asimismo, en el Ministerio de Salud, desde hace dos meses no se provee de raltegravir y también se les ha agotado la combinación de abacavir con lamivudina (Kiveza®).

Según el comunicado, la Caja de Seguro Social tampoco cuenta con exámenes de CD4 y Carga Viral, exámenes necesarios para el monitoreo del tratamiento.
Frente a las situaciones de desabastecimiento, el personal de salud ha empezado a modificar las terapias de las personas con VIH, ante lo cual la Sociedad Civil Unificada de Panamá ha señalado: «Tanto el MINSA como los directivos de la Caja de Seguro Social conocen muy bien las repercusiones que pueden darse en las personas afectadas debido a estas interrupciones terapéuticas o desabastecimientos. Saben que el cambio de las terapias, por querer solucionar de manera inmediata la problemática, sin las pruebas oportunas, a largo plazo puede complicar la condición de salud de las personas al tener reacciones adversas a los medicamentos proporcionados».
Luego de hacer mención a las discusiones cursadas en la reciente Conferencia Internacional de sida sobre el impacto de los desabastecimiento, La Sociedad Civil Unificada ha insistido también en la responsabilidad del gobierno para proteger los derechos de todos los residentes en territorio panameño.
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