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Desabastecimientos, el turno de Nicaragua

En medio de una crisis política, los programas de salud suelen interrumpirse y la programación se trastoca. La sostenida crisis en Nicaragua, que ya lleva más de un año, está mostrando su impacto en la atención de las personas con VIH y su tratamiento.

Ritonavir, abacavir y la combinación de tenofovir e emtricitabina (Truvada®) fueron reportadas como desabastecidas en los establecimientos de salud de Nicaragua por activistas de ese país.  “Desde hace dos meses que estamos sin esos medicamentos en Nicaragua. (…) Lamentablemente esos son medicamentos que no son cubiertos por el Fondo Mundial sino por el presupuesto del gobierno y por ello los muchachos en Nicaragua no se atreven a hablar, – ya tu sabes- por todo el contexto político”, dijo Arely Cano, presidenta de ICW, en una conversación con Corresponsales Clave.

Estas recetas del 25 de mayo no fueron atendidas.

La denuncia se hizo inicialmente a través de la red social Facebook, a la que respondieron personas de distintos lugares de Nicaragua señalando que estarían afectados los usuarios y usuarias que reciben tratamiento antirretroviral del Hospital de Referencia nacional Manolo Morales, Hospital Antonio Lenin Fonseca (ambos de Managua), el Hospital Alemán Nicaragüense de Masaya y otros centros donde se brinda atención a las personas con VIH.
La activista también señaló que las denuncias de los desabastecimientos habrían llegado al espacio del Mecanismo de Coordinación de País y a otras instancias multisectoriales donde participan las organizaciones implementadoras del proyecto financiado por el Fondo Mundial.
El gobierno, por su parte, a través de un miembro de CONISIDA, señaló esta mañana en un canal de señal abierta que no existe desabastecimiento y que “el buen gobierno nunca ha fallado con la medicación y que la da en todo el país», contó Cano, con mucha indignación. Desde Corresponsales Clave dirigimos una comunicación al Dr. Enrique Beteta, viceministro de Salud, pero aún no hemos recibido respuesta.
Aparentemente, las compras de los medicamentos se realizaron de manera tardía y por ello, estarían disponibles en unos meses y, mientras tanto, las y los usuarios deberán pasar algunas semanas más sin los medicamentos que venían tomando. Frente a la situación, señaló Arely Cano: «(…) están haciendo cambio de esquema, sin hacer pruebas de resistencia ni genotipo; ellos están pidiendo que la gente se beba esos medicamentos sin saber qué efectos secundarios pueden tener”.
Las evidencias son claras: ya hay decenas de personas que no han recibido sus medicamentos en los últimos meses y otras tantas cuyos esquemas han sido cambiados.
Todo esto sucede en una Nicaragua convulsionada políticamente, pero el país debe actuar con diligencia para garantizar el acceso a tratamiento y la salud de las personas con VIH, además de garantizar la libertad de expresión de activistas y personas con VIH que trabajan por el derecho a la salud.

Acerca del autor

Lídice López Tocón

VIH y Derechos Humanos | Perú
Organización: Corresponsales Clave

Licenciada en Psicología Social y con una fuerte vocación de comunicar la situación de la respuesta al VIH y en derechos humanos de las personas más marginalizadas en América Latina y el Caribe.

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