Por Vladimir Encarnación Jáquez
Wally, como se le conoce comúnmente a James Brewster, es uno de varios funcionarios de alto nivel en el partido demócrata estadounidense que es abiertamente gay y su designación ha generado descontento en la clase conservadora dominicana encabezada por el fundamentalismo católico.

Las opiniones del Cardenal de la República Dominicana, Nicolás de Jesús López Rodríguez, no se hicieron esperar, y de inmediato rechazó categóricamente la intención de los Estados Unidos de designar a Brewster como embajador en el país. “De Estados Unidos se puede esperar cualquier cosa, y nadie en este país desconoce mi opinión sobre ese tema”, señaló el Cardenal al ser cuestionado al respecto. En sus declaraciones el Cardenal dejó entrever que, en su opinión, Estados Unidos busca sentar las bases para propiciar la legalización del matrimonio gay en el país, no obstante dejó claro que es el gobierno dominicano el que debe aceptar o no esta disposición.
Aunque el Cardenal López Rodríguez ha sido categórico en su rechazo a la designación de Brewster, el más vehemente opositor a esta disposición ha sido el Obispo Auxiliar de Santo Domingo, Monseñor Pablo Cedano, quien manifestó que la designación del nuevo embajador es una falta de delicadeza que desconoce la realidad cultural de la República Dominicana, indicó además que, de ser ratificado por el Senado de la República, Brewster sufrirá y tendrá que irse. De igual modo, otros grupos religiosos dominicanos manifestaron abiertamente su “indignación” y solicitaron al poder ejecutivo rechazar el nombramiento de Brewster.
Frente a toda esta controversia generada por la homosexualidad de Brewster, la embajada de los Estados Unidos en República Dominica expresó que de aprobarse en el Senado de la República la designación del nuevo embajador, debe quedar claro que Brewster viene como embajador, no como activista.

Las críticas y opiniones a la designación de James Brewster denotan la falta de educación y respeto a la libertad, los derechos y la integridad individual de cada ser humano manifiesta en República Dominicana, y pese a algunos avances, como la celebración -ya periódica- del día del Orgullo Gay en este y en muchos otros países de la región, es necesario continuar trabajando para garantizar el respeto por el ser humano sin distinción alguna por posición social y económica, identidad, estilo de vida, credo, raza, etnia, o cualquier otra condición, solo así podremos construir sociedades más equitativas donde el Estado garantice todos los derechos de las personas.
En pleno siglo 21 nunca faltan aquellos que menosprecian, discriminan, ofenden y ridiculizan a cualquiera que exhiba comportamientos, actitudes y preferencias diferentes a las heterosexuales, por lo que es necesario continuar apelando al respeto y a posiciones menos radicales y más conciliadoras que permitan fomentar una cultura de inclusión e igualdad.
Ante toda esta controversia los grupos y organizaciones LGBTI han expresado todo su respaldo a James “Wally” Brewster. Durante la celebración del Orgullo Gay realizado el pasado domingo 30 de junio, las declaraciones y manifestaciones a favor de su selección estuvieron a la orden del día.

El gobierno dominicano aún no ha expresado su parecer al respecto, pero varios funcionarios, como es el caso del Consultor Jurídico del Poder Ejecutivo, Cesar Pina Toribio, han manifestado que rechazar oficialmente la designación de Brewster por su preferencia u orientación sexual sentaría un mal precedente para el país.
Resta esperar la decisión del Senado de la República respecto de la designación de Brewster, y en ésta debe prevalecer el respeto a la persona y a sus capacidades.
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