El 22 de febrero pasado se realizó en Managua, Nicaragua, un encuentro entre representantes del estado y organizaciones de la sociedad civil claves en la respuesta al VIH en Nicaragua. Allí, el Dr. Enrique Beteta, Secretario General del Ministerio de Salud (MINSA), explicó que la idea del encuentro nació después de la última reunión del Mecanismo de Coordinación de País (MCP) en la cual coincidieron sobre la necesidad de reunirse para dialogar, reflexionar y compartir procesos y retos para el 2012 y años venideros, tanto en la respuesta al VIH/SIDA como en relación al aporte de la cooperación internacional.

El Dr. Beteta explicó que una de las principales tareas pendientes es lograr la aprobación de la reforma total de la Ley 238 de Promoción, Protección y Defensa de los Derechos Humanos ante el SIDA, además de reflexionar sobre un plan de país donde el proyecto del Fondo Mundial no es la totalidad de la respuesta nacional: «Es necesario tomar un liderazgo y asegurar una respuesta al VIH en la cual participen todas las organizaciones de la sociedad civil en alianza con el CONISIDA (Comisión Nicaragüense del SIDA)», afirmó.
El Fondo Mundial es un gran apoyo para Nicaragua, pues en la décima ronda financió 20 de los 32 millones de dólares aprobados. Sin embargo, el reto económico y de la epidemia es creciente y más diverso.
Luego de la presentación sobre la situación epidemiológica entre 2005 y 2011 comenzó la primera ronda de preguntas y respuestas, donde las organizaciones expusieron su visión de cómo analizar y comprender la situación más allá de las estadísticas.
Silvia Martínez de la Redtrans explicó la necesidad de que el Ministerio de Salud también garantice atención y prevención a las trabajadoras sexuales y no sólo a las amas de casa embarazadas, pues ambas están en riesgo: “Muchas veces desde la Redtrans se ha suplido con condones y lubricantes a los Silais rurales”, señaló Martínez.

Entonces el Dr. Beteta explicó que no se trata de ocultar números sino vincularnos ante las necesidades y experiencias, ya que existen no sólo problemas de abastecimiento de preservativos sino también de tratamiento antirretroviral, «e incluso hay personas de áreas rurales que llegan al hospital Manolo Morales (referencia nacional en VIH) y el MINSA les apoya hasta con el pasaje de bus para regresar a sus comunidades», puntualizó.
Samira Montiel, Procuradora de la Diversidad Sexual, instó a la reflexión para que se comprenda el VIH como una situación compleja en la que no sólo se deben considerar los estudios epidemiológicos sino los factores sociales, debido a la discriminación y el temor a develar la opción sexual y la ocupación: “Recordemos que aunque tenemos una epidemia concentrada debemos trabajar y apoyar para disminuir la vulnerabilidad de las poblaciones claves y de las mujeres. Nuestra misión como sociedad es detener el avance de la epidemia y apoyar al sistema de salud a vigilar y desagregar los números; pensemos mejor en los diferentes factores y no sólo en los números epidemiológicos”, concluyó.
Arely Cano de ICW recuerdó que deben crearse las condiciones para disminuir esas cifras, haciendo sinergia entre las organizaciones sociales y las instituciones del Estado: «Sobre todo no hay que dejar de lado la disminución del estigma y discriminación; las estrategias deben ser encaminadas desde una política institucional», subrayó.
«Es importante revisitar, redireccionar y evaluar el Plan Estratégico que realizamos hace muchos años, recordando que los contextos tanto del VIH, de país e incluso de la cooperación han cambiado, además hemos cultivado buenas prácticas y comunicación interinstitucional», agregó el Dr. Freddy Cárdenas, director de Profamilia.

Durante el encuentro se presentó también el Plan Estratégico 2011 a 2015, que tiene como objetivo principal «Intensificar los esfuerzos nacionales y multisectoriales hacia la prevención de nuevas infecciones con el enfoque del modelo de salud familiar y comunitario.»
Asimismo se expuso un estudio centroamericano sobre la situación de niños, niñas y adolescentes huérfanos a causa del SIDA, finalizando con los avances en la primera fase del proyecto «Nicaragua Unida» financiado por Fondo Mundial de lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria, al que nos referimos previamente en una nota especial.
Espacios de diálogo y concertación de metas y proyectos fortalecen la respuesta nacional al VIH. No cabe duda que es la sinergia entre estado y sociedad civil la que favorece la disminución de una epidemia que no da tregua. Aunque aún hace falta consensuar acuerdos y presupuesto, motivos de disparidad constante.
Se espera que en los próximos días se realice una sesión similar pero junto con las agencias de cooperación internacional que trabajan en Nicaragua.
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