Un contundente rechazo de la comunidad de la diversidad sexual ha generado la presencia en Chile del mal llamado “Bus de la Libertad”, iniciativa de la ONG española Hazte Oír, del grupo CitizenGo. El bus exhibe a sus costados la inscripción «¡Dejen a los niños en paz!», junto al hashtag «#ConMisHijosNoSeMetan», ello con el fin de desacreditar la existencia de la identidad de género, el derecho a la identidad de género de niños, niñas y adolescentes y el deber legal de respetarla. Su presencia en Chile ha motivado acciones como la publicación de la circular que asegura la igualdad de derechos para niños, niñas y adolescentes trans en establecimientos educacionales chilenos.

La presencia del bus en Chile se da en medio de la discusión del proyecto de ley de identidad de género que se tramita en el Congreso Nacional, mediante el cual se pretende avanzar en el reconocimiento legal de las personas trans, históricamente marginalizadas e invisibilizadas dentro de las políticas públicas estatales. La iniciativa legal no ha estado exenta de polémicas, ya que no reconoce la infancia trans, obliga a la presentación de un certificado médico y establece que el vínculo matrimonial de una persona trans casada debe ser disuelto si cambia, entre otros puntos, lo que podría significar un importante retroceso en materia legislativa.
En la misma línea sectores opositores al actual gobierno, presentaron un requerimiento ante la Contraloría General de la República, con el fin de impugnar la reciente instrucción del Ministerio de Educación, mediante la cual emite orientaciones para erradicar la discriminación a las personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI) en las comunidades educativas, así como la circular que refuerza los derechos de los niños y niñas trans en el sistema escolar. Ambos textos, fueron elaborados para dar cumplimiento al acuerdo suscrito por el país y el Movilh ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que incluye cambios en la legislación nacional y en las políticas públicas de salud y educación, entre otros aspectos.

El rechazo persistente de algunos sectores a avanzar en cambios culturales, políticos y legales en Chile son un claro indicador de la existencia de una cultura discriminatoria que fomenta la marginialización social de la comunidad LGTBI, al tiempo que tolera la vulneración continua de los derechos humanos de las personas trans, marcadas por el abuso institucional.
La organización española gestora del Bus ha señalado públicamente que el estado de Chile se encuentra adoctrinando a los niños en contenido LGTBI en contra de la voluntad de sus padres, hecho que fue refrendado por una masiva marcha de padres y apoderados afines a dichas ideas; tal afirmación sin embargo, ha sido rechazada enfáticamente por el movimiento de la diversidad, que ha recordado que los derechos personales de la comunidad LGBTI no restringen los derechos personales de otras personas, sino que apuntan a reconocer los derechos personales de todos y la libertad para ejercerlos libremente sin temor a ser discriminados. De ahí el rechazo transversal a la circulación de este bus que incita al odio y la división en el país.

Chile ha avanzado significativamente en el reconocimiento de la diversidad y la no discriminación; sin embargo, iniciativas como las descritas son claros indicadores que la cultura homofóbica y transfóbica aún está muy presente en la sociedad. Tales hechos amparados en la supuesta libertad de expresión permiten el odio hacia las minorías y entorpecen la tramitación de iniciativas legales para proteger a las comunidades más vulnerables. Asimismo, divide a la opinión pública y genera una falsa y equivocada percepción en la comunidad respecto a las legítimas demandas del colectivo LGTBI, por lograr una plena inclusión y respeto sobre los derechos personales y constitucionales todavía vedados por el Estado de Chile.
Desde Corresponsales Clave animamos a las autoridades de Chile a seguir avanzando en políticas de inclusión mediante el establecimiento de planes de educación en las comunidades educativas, campañas nacionales de promoción y sensibilización sobre la importancia del respeto hacia los derechos fundamentales, el reconocimiento jurídico y social para las personas del colectivo LGBTI, que les permita acceder en igualdad de condiciones y oportunidades a la educación, a las prestaciones de salud, a un trabajo digno y decente y, sobre todo, a un reconocimiento pleno de su dignidad.
Fotos tomadas de Twitter (Movilh, Fundacion iguales y OTD)
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