La Alianza Internacional fue fundada en 1993 por un grupo de donantes preocupados por el impacto del SIDA en las comunidades y con el reconocimiento de las limitaciones que sus superestructuras presentaban para canalizar recursos a organizaciones y grupos de la sociedad civil.
Bajo el liderazgo de Jeff O’Malley como su primer Director Ejecutivo, la Alianza se transformó en una ONG Internacional independiente. Desde sus primeros años, la Alianza trabajó fuertemente con la visión de poner a las comunidades en el centro de la epidemia. Entonces no existía ONUSIDA ni Fondo Mundial y los recursos eran escasos. De acuerdo a su modelo inicial, la Alianza identificó ONG nacionales, autóctonas e independientes y asociarse con ellas para canalizar recursos técnicos y financieros a los grupos de base comunitaria.
Unos años después la Alianza centró sus esfuerzos en desarrollar y favorecer el conocimiento de las comunidades por medio de las ya famosas herramientas. También continuó expandiendo su cobertura en más países con el apoyo de USAID, Gates y la Cooperación Británica.
Peter Piot, ex director ejecutivo de ONUSIDA, quién participó en esta convención con una inspiradora presentación que hablaba de los mitos que persisten respecto del Sida, puso énfasis en la necesidad de seguir trabajando fuertemente con las Poblaciones mas vulnerables.
Jeff O´Malley, quién hizo un repaso de la historia de los primeros 10 años de la organización, reconoció que el término “poblaciones clave” fue acuñado por la Alianza y posteriormente adoptado en forma más generalizada. Recordó también que la terminología “población clave” no solo habla de las poblaciones más afectadas sino de las comunidades que tiene la posibilidad de generar los cambios necesarios para reducir el impacto de la epidemia.
Si hay algo que muchas personas fuera de la Alianza coinciden es que es una organización pionera en el trabajo en epidemias concentradas y, aun cuando hoy existen organizaciones de enlace en países de epidemias generalizadas, este enfoque sigue siendo fundamental.
Veinte años no es nada
La convención fue una oportunidad para reflexionar sobre los desafíos que enfrentamos como respuesta: el incremento de la homofobia y latransfobia (y la violencia asociada a estas), la no priorización por parte de los donantes de los países de renta media y la necesidad de una profunda reflexión sobre cómo la sociedad civil está respondiendo a la epidemia en esta coyuntura, entre otros.
En parte de esta reflexión participó Mark Dybul, Director Ejecutivo de Fondo Mundial de lucha contra el Sida, la tuberculosis y la malaria. Dybul expresó el compromiso que tiene la Junta y la Secretaría en tener una inversión más estratégica (poner los recursos en las poblaciones que más los necesitan); pero también reconoció que el Fondo Mundial no tiene aún una estrategia para países de renta media alta. Estos países son aquellos que concentran dos tercios de la poblaciones de personas que viven con VIH, las naciones más inequitativas, con más pobres y menos recursos de la Cooperación Internacional para el Desarrollo. Se estima que para el 2020, en los países de renta baja solo encontraremos el 13% del total de las personas que viven con VIH en el mundo. Algo en las políticas de financiamiento y desarrollo debe cambiar para acompañar efectivamente esta realidad.
La familia de la Alianza Internacional tiene un número significativo de Organizaciones de Enlace en América Latina y el Caribe: Colectivo Sol (México), Kimirina (Ecuador), Vía Libre (Perú), el Centro Regional de Asistencia Técnica (Perú), IDH (Bolivia), Atlacatl (El Salvador, POZ (Haití) y The Caribbean HIV/AIDS Alliance (cubriendo el Caribe anglófono). Así también tiene un asocio estratégico y de larga data con la REDLACTRANS y la RedTraSex.
Sobre las ONG de Sida
La convención fue un espacio de reflexión crítica, un ámbito para recargar las baterías y un lugar para dejar fluir las emociones de conmemorar la vida de las personas que hoy no están.

Los máximos responsables de las agencias bilaterales y multilaterales estuvieron presentes y reconocieron el inmenso trabajo logrado por este movimiento bajo el liderazgo de su Director Ejecutivo, Alvaro Bermejo.
Me es difícil sostener cualquier nivel de objetividad porque hace 10 años que llevo puesta la camiseta de la Alianza y, desde el primer día hasta la actualidad, es algo que hago con orgullo. La Alianza fue el espacio que me contuvo y apoyó para poder trabajar innovando con las comunidades que más nos necesitan en esta región. La Alianza apostó por el pool de consultores comunitarios, a las redes comunitarias regionales, al PortalSIDA, por el Equipo de Corresponsales Clave y en un montón más de locas ideas, algunas que han funcionado, como las antes mencionadas, y otras que no tanto.
A pesar de la opinión de algunos colegas, nuestro mundo está lejos acabar con el Sida; los próximos pasos y los próximos años harán una gran diferencia en el número de nuevas infecciones evitadas y de vidas salvadas. Este mundo seguirá necesitando de ONG y otros tipos de organizaciones, internacionales, regionales y nacionales que se ocupen del VIH y del Sida. La crisis esta lejos de terminarse.
#alliance20

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