El centro de San José de Costa Rica fue prácticamente desalojado para garantizar la seguridad de los presidentes participantes en la Cumbre de Presidentes del Sistema de Integración de Centroamérica – SICA; varias áreas de la ciudad fueron acordonadas, dejando pequeñas islas para que curiosos y movimientos sociales pudieran expresarse. Esta ha sido una cumbre de presidentes atípica pues participó como invitado el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
La agenda estuvo copada por el narcotráfico y sus efectos en la región, así como agendas bilaterales entre Estados Unidos y los países participantes. Sin embargo, durante la conferencia de prensa, el presidente de Estados Unidos –Barack Obama- hizo un llamado al respeto e inclusión de las comunidades LGBTI en Centroamérica. Ante estas declaraciones, la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, señaló que esto deberá hacerse bajo la dinámica y ritmo local.
A la salida del acto inaugural –ante las arengas de las y los activistas LGBTI- el presidente hondureño Porfirio Lobo, llamó a representantes de los colectivos para intercambiar comentarios. Amablemente saludó con un beso a Elizabeth Ríos –Miss Gay Nicaragua 2013- y ofreció para el próximo martes 7 de mayo, una audiencia con los movimientos LGBTI de Honduras. Otros presidentes saludaron a la distancia, a excepción de Otto Pérez Molina de Guatemala, Laura Chinchilla y Barack Obama, quienes se retiraron por la puerta posterior del edificio.
Para los movimientos sociales LGBTI de Centroamérica este encuentro supone un hito en la visibilización sin precedentes, pues el ejercicio de los Derechos Humanos y la ciudadanía en la se ven permanente amenazados región centroamericana.
Contrario a las legítimas demandas para el reconocimiento de las uniones civiles o matrimonios LGBTI que tienen lugar en otros países, la agenda centroamericana de Derechos Humanos se orienta a otras cuestiones de importancia, como la erradicación de crímenes políticos y de odio –especialmente en Honduras-, la respuesta efectiva a la epidemia de VIH y otros retos de salud, la promulgación de leyes nacionales de identidad de género y en favor de la diversidad sexual, la visibilización y fortalecimiento de a grupos de lesbianas.
La alianza centroamericana de colectivos LGBTI ha retomado el complejo camino de la articulación y la pluralidad. A partir del cuestionamiento, la revisión y transformación de sus visiones políticas e ideológicas, este colectivo deberá posicionar la agenda LGBTI a nuevos niveles. Ha dado un gran primer paso.
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