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El Caribe responde al VIH en medio de los desafíos de la pandemia

Cuando la pandemia de COVID-19 llegó al Caribe, la mayoría de los países ordenó algún tipo de medidas de confinamiento para evitar la propagación del virus. El cierre entidades gubernamentales, del tránsito de personas, entre otras medidas, obligó a PANCAP/CARICOM y a sus subreceptores idear respuestas innovadoras para mantener la marcha de la subvención regional del Fondo Mundial.

La subvención está orientada a la sostenibilidad de los servicios para las poblaciones clave, incluyendo hombres que tienen sexo con hombres, trabajadoras sexuales y mujeres trans en diez países de El Caribe, se implementa hasta setiembre de 2022 y tiene como Receptor Principal a la Secretaría de la Comunidad Caribeña (CARICOM, por sus siglas en inglés).

Conversamos con Rosmond Adams, director de la Asociación Pan Caribeña contra el VIH y el sida (PANCAP, por sus siglas en inglés), sobre el impacto de la pandemia en el curso de la subvención.  Al respecto, Adams señala que “la pandemia ha sido muy disruptiva con la subvención, ya que, como se sabe, es una subvención multipaís, a lo largo del Caribe. Los países están afectados de manera distinta por la pandemia, lo que hace muy difícil la coordinación de actividades”.

Como en otras regiones, la subvención caribeña enfrentó muchos retrasos para la compra de insumos.

Cuando empezó la pandemia, como en muchas otras regiones, se tuvo que cambiar la mayor parte de las actividades a modo virtual. “Algunos de los ministerios de salud con los que trabajamos cerraron completamente, otros trabajaban en alternancia, por lo que fue muy difícil al inicio. (…)”, señala el director.

Debieron enfrentar muchos desafíos para la compra de insumos. “Estábamos haciendo un piloto de autotesteo y teníamos que comprar los kits. Con la disrupción de la pandemia, nos tomó mucho tiempo”, dice. Asimismo, tuvieron que redefinir el monitoreo de la implementación de las actividades para garantizar que estas se estén realizando de acuerdo con lo previsto. Debido a las restricciones de viaje, todas las validaciones han debido hacerse de manera virtual.

Finalmente, debido a que los programas de VIH son bastante pequeños en los países de El Caribe, la pandemia del covid también afectó la disponibilidad de los recursos humanos, ya que, en la mayoría de los casos, el personal de VIH, incluyendo a los de laboratorios, tuvo que responder al seguimiento de los casos, el testeo y tratamiento del covid. “Cuando tratamos de comprometer a los programas en los temas de violencia basada en género, en contratación social o sostenibilidad de la respuesta al VIH, decían que estaban muy ocupados con la pandemia”, dice Adams.

Una sociedad civil que se adapta

También conversamos con uno de los subreceptores de la propuesta. Vanessa Rosario Brito y Mélissa Jaar Guérin, subdirectora y co-coordinadora de proyecto respectivamente, del Centro de Orientación e Investigación Integral (COIN) compartieron la experiencia de respuesta en el marco de la pandemia en los países donde esta organización implementa las actividades: Haití, República Dominicana y Cuba.

El COIN nunca cerró sus puertas -comenta Rosario Britoy continuó con estrategias para continuar los servicios a las poblaciones clave”. Esas estrategias estuvieron orientadas a automatizarse, de manera que se implementaran las actividades sin exponer a usuarios, proveedores o actores clave.

“Tuvimos reuniones con las organizaciones para cambiar los modelos de ejecución. Pusimos en marcha estrategias en línea. Llevó mucho trabajo, no solo por lograr que las organizaciones y las poblaciones tengan acceso a la conexión, su conectividad y la reasignación de fondos que esto implicaba”, dice Rosario Brito.

Es destacable que tanto los gobiernos como las organizaciones de sociedad civil se adaptaron rápidamente al trabajo en el contexto de pandemia. “Las organizaciones de sociedad civil se han adaptado al contexto de la pandemia y están retomando las acciones de contacto con las comunidades”, señala Adams.

Las actividades de atención clínica se adecuaron rápidamente al contexto de pandemia, comenta Rosario Brito; así, se programaron citas virtuales y la provisión de medicamentos en Cuba, por ejemplo, se dio por tres meses.

Un aspecto que destacaron las responsables de COIN fue que en Cuba -por primera vez- las redes comunitarias recibieron recursos del Fondo Mundial a través de mini-subvenciones. Las organizaciones, en ese y los demás países definen sus propios proyectos, sus prioridades, y se les entrega un presupuesto que las mismas organizaciones deciden cómo gastarlo, aunque en algunos casos pueda recaer en organizaciones sombrilla. Este es un logro en la forma de trabajo en El Caribe, según las entrevistadas.

Más allá del VIH, más allá del covid

Tanto Rosario Brito como Jaar Guérin destacaron los desafíos del trabajo habitual en los tres países donde tienen acciones. Además de la pandemia, los retos de la respuesta sanitaria y los desastres naturales, Cuba, Haití y República Dominicana tienen que enfrentar un contexto político y social distinto en cada uno de estos territorios.

En el caso de Cuba, las regulaciones estatales representan un desafío adicional que es necesario sortear para asegurar el éxito de la subvención, todas las actividades y todo el financiamiento debe tener autorización gubernamental.

En el caso de República Dominicana, además de los desafíos habituales y la crisis originada por la pandemia, el 2020 también estuvo matizado por una polarización política debido a las elecciones generales que atravesó el país. Luego de las elecciones, el cambio de autoridades obligó a reforzar algunas estrategias de trabajo: “Eso puso todo cuesta arriba. Nos costó un poco más de trabajo, pero se pudo hacer las capacitaciones y reuniones con congresistas para introducir algunas estrategias (como la Ley contra la discriminación)”, dice Vanessa.

En el caso de Haití, este está inmerso en otras prioridades debido a su situación sociopolítica.

Sostenibilidad, Contratación social y Cooperación Internacional

La sostenibilidad de la respuesta es un tema que la subvención regional también tenía bajo la mira. Para ello, uno de los objetivos se orientó a consolidar un entorno favorable para la contratación social. Sin embargo, hay dos aspectos que entran a tallar en el caso de El Caribe: la dependencia de los recursos externos y el impacto de la pandemia en la economía regional.

Rosmond reconoce que El Caribe es una región muy dependiente de los recursos externos; “lo que estábamos haciendo era presionar a los gobiernos para que inviertan más, pero con la pandemia, siendo que el turismo es el principal ingreso de las islas, eso va a ser muy difícil”, reconoce.

En el caso de Haití en particular, las instancias gubernamentales tienden a competir con las organizaciones de sociedad civil (OSC) por los fondos para poder dar respuesta. Eso demanda estrategias distintas porque se tiene mayor dependencia de fondos de cooperación. “La mayoría de la respuesta al VIH es financiada por la cooperación -nos dice Melissa– se está trabajando en fortalecer las capacidades de las OSC y trabajar en movilización de recursos para que ellas puedan lograr su financiamiento”.

En el caso particular de República Dominicana, nos cuenta Vanessa que, a pesar de los desafíos, se avanzó con las estrategias de movilización de recursos y en los acuerdos con entidades privadas para ventas de productos, trabajar un plan de negocio; sembrar y comerciar con supermercados. En Haití se ha puesto en marcha una compañía de producción audiovisual que contratará a las personas de la comunidad.

Se espera que poco a poco se vaya retomando el ritmo habitual de las subvención y se alcancen las metas planteadas.

País: Internacional

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Equipo de Corresponsales Clave

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