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El sida todavía mata, tratamiento para todos ¡ya!

El 18 de julio, en el marco de la Conferencia Internacional de sida, se realizó una de las más grandes marchas –se puede decir- en la historia del VIH. Por las calles principales de la ciudad de Durban, caminaron, cantaron y bailaron miles de personas bajo el lema ¡El sida todavía mata, tratamientos para todos ya!

La marcha convocó a miles de personas  de  diversas culturas y  edades de todo el mundo para demandar a los gobiernos, a las industrias farmacéuticas y a los financiadores, acceso a tratamiento integral para todas las personas, prevención, derechos sexuales y derechos reproductivos, medicamentos para niños, financiamiento para la sostenibilidad del tratamiento, igualdad de género, eliminación de las patentes, entre otros.

Miles de activistas marcharon por las calles de Durban.

Una de las características más resaltantes de esta marcha fue la cantidad de activistas y representantes de la sociedad civil, así como la energía de los activistas sudafricanos, quienes con cántico y danzas típicas reclamaron el acceso a tratamiento para las 20 millones de personas con VIH que aún no lo reciben.

Recuerdo que en el 2003, se realizó una marcha similar también en Sudáfrica, en Ciudad del Cabo, muchísimos activistas africanos y de alrededor de todo el mundo, con demandas muy parecidas. Trece años después, las demandas continúan, a pesar de la gran inversión de recursos.

Según la recientemente publicada hoja informativa de ONUSIDA, De los 36,7 millones de personas que viven con VIH, solo 17 reciben tratamiento. Y, aunque las nuevas infecciones se han reducido en los últimos diez años, todavía superan los dos millones. Estos datos nos muestran que aún falta una buena parte del camino para alcanzar las demandas de nuestra marcha.

Alrededor de 1.1 millones de personas murieron el último año por causas relacionadas al sida, motivo de indignación de miles de activistas que colmaron las calles de Durban para recordar que el sida todavía mata.

Las personas con VIH y activistas en general seguirán reclamando tratamientos para todos, y no solo se trata de recursos para la compra de medicamentos; el acceso universal solo será posible cuando las mujeres trans puedan acceder a su derecho a la identidad, cuando se elimine el estigma y la discriminación hacia los gais y otros hombres que tienen sexo con hombres, cuando el trabajo sexual sea regulado y no sea visto como un delito, cuando los pueblos indígenas sean parte de la respuesta y cuando los países dejen la hipocresía en relación a las drogas y hablen en serio de la reducción de daño.

La tarea parece simple: que se garantice el ejercicio pleno de derechos para todas las poblaciones, pero aparentemente no lo es, o no estaríamos marchando en Durban.

Puede acceder a una galería fotográfica de lo que fue la marcha en este vínculo.

#AIDS2016

Acerca del autor

Mirta Ruíz Díaz

Corresponsal Clave | Paraguay
Organización: Fundación Vencer

Mirta Ruiz Díaz es activista por los derechos humanos de las personas viviendo con VIH desde 1996 hoy Coordinadora General de ENLACE-Centro de Desarrollo Humano que trabaja por los derechos sexuales y reproductivos, prevencion y salud integral de adolescentes y jovenes. Desde 2009 representa a su país Paraguay en el Equipo de Corresponsales Clave.

Mirta es una reconocida activista en Paraguay, donde ha presentado numerosos trabajos y publicaciones, además de realizar importantes denuncias tanto a nivel nacional como internacional.

Por su trabajo en la Fundación Vencer, una organización paraguaya que trabaja por los derechos de las personas viviendo con VIH/SIDA, Mirta fue nominada al Premio Regional de Derechos Humanos de las Mujeres ante la Corporación Chilena La Morada y al premio Internacional de Dubai sobre Mejores Prácticas para mejorar las condiciones de vida, ante los Emiratos Árabes Unidos. También fue nominada al Premio Mi Héroe en 2006 y 2007 y recibió el Certificado de Honor en la Campaña de Información y Prevención del VIH/SIDA realizada durante el evento deportivo Copa América en Paraguay, logrando así el PREMIO de los derechos Humanos internacional PETER BENENSON.

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