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EN PELIGRO: el llamado urgente de Onusida para acabar con la epidemia del sida

En peligro, así titula el informe mundial del Sida 2022 presentado por ONUSIDA, días antes de empezar la Conferencia Internacional de sida en Montreal. El mismo refleja cifras preocupantes sobre el avance del VIH en el mundo, los retrocesos en los logros debido a la pandemia de la COVID-19 y la necesidad de mayor inversión para acabar con  VIH como problema de salud pública hasta el 2030.

De acuerdo a la actualización mundial sobre el Sida, cada día, 4000 personas, entre ellas 1100 jóvenes (de entre 15 y 24 años), se infectan con el VIH. Si las tendencias actuales continúan, 1.2 millones de personas se infectarán con VIH en el 2025. En el 2021, 650,000 personas murieron por causas relacionadas con el sida, lo que significa una persona por minuto, dato realmente preocupante, más aún si tenemos en cuenta la disponibilidad de medicamentos antirretrovirales de vanguardia y herramientas eficaces para prevenir, detectar y tratar adecuadamente las infecciones oportunistas y prevenir muertes.

El informe también menciona que durante la última década Europa del Este y Asia central, Medio Oriente y África del Norte y América Latina han visto aumentos en las infecciones anuales por el VIH. En Asia y el Pacífico, los datos de ONUSIDA muestran que las nuevas infecciones por el VIH están aumentando donde habían estado disminuyendo en los últimos 10 años.

América Latina, considerada una de las primeras historias de éxito en la implementación del tratamiento, ha tenido retroceso, dando espacio al repunte de la epidemia entre los jóvenes gays y otros hombres que tienen sexo con hombres y otras poblaciones clave.

La respuesta mundial al sida está amenazada

«Estos datos muestran que la respuesta mundial al sida peligra seriamente. El hecho de no estar progresando rápidamente significa que estamos perdiendo terreno, ya que la pandemia prospera aprovechándose de la COVID-19, los desplazamientos masivos y otras crisis. Tengamos siempre presentes las millones de muertes evitables que estamos intentando detener», ha dicho Winnie Byanyima, directora de ONUSIDA.

El tratamiento antirretroviral es fundamental para las personas que viven con el virus. El informe señala que se están debilitando los esfuerzos para garantizar que todas las personas que viven con el VIH accedan al tratamiento, tal como sucedió en el 2021, cuando el número de personas en tratamiento contra el VIH tuvo el crecimiento más lento en más de una década.

Winnie Byanyima, ONUSIDA.

Actualmente tres cuartas partes de todas las personas que viven con el VIH tienen acceso al tratamiento antirretroviral, pero, de acuerdo a últimos datos de ONUSIDA, este todavía se les niega a 10 millones de personas y solo la mitad (52 %) de los niños que viven con el VIH pueden acceder a estos medicamentos que salvan vidas.

La pandemia de la COVID-19, el confinamiento obligatorio mundial y otros esfuerzos para contener el nuevo virus hizo que se deje desatendido el trabajo realizado contra el VIH. La crisis entre Rusia y Ucrania también está haciendo mella en la situación de salud a nivel mundial.

“Todo esto está ocurriendo en un momento en el que las personas están experimentando impactos económicos personales. Los bruscos aumentos en el precio del combustible y los alimentos han causado que 180 millones de personas en todo el mundo sufran de inseguridad alimentaria. Estas y otras desigualdades están aumentando la vulnerabilidad al VIH y reducen el acceso a los servicios. A medida que aumenta la inseguridad alimentaria en la República Centroafricana, por ejemplo, los nuevos datos muestran que las personas que viven con VIH y que están desnutridas son mucho más propensas a experimentar interrupciones en su tratamiento contra el VIH. Hoy en día, se necesitan nuevas inversiones para acabar con el sida para el 2030. Cumplir las promesas hechas en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) en el 2021 será notablemente menos costoso que invertir menos y arriesgarse a un mayor retroceso”, dice el informe.

En la sesión inaugural de la Conferencia, el 29 de julio, en Montreal, Byanyima mencionó que todo es posible si los líderes mundiales trabajan con determinación por un mundo donde las niñas terminen la secundaria, todos tengamos un seguro de salud y acceso a servicio y donde se rechace el estigma. Es importante, dijo, que las personas que lideran los gobiernos hagan suyas estas ambiciones como las organizaciones de la sociedad civil lo han hecho históricamente.

Finalmente, el informe manifiesta las acciones clave que se deben tomar para poder terminar con la pandemia del VIH en el 2030: – Dar un nuevo impulso a la prevención del VIH. -Hacer realidad los derechos humanos y la igualdad de género. -Apoyar y proporcionar recursos de forma eficaz a las respuestas dirigidas  por la comunidad. -Garantizar una financiación suficiente y sostenible. -Abordar las desigualdades en el acceso y los resultados de la prevención, las pruebas y el tratamiento del VIH y cerrar las brechas que existen en localidades específicas y para ciertos grupos.

La situación actual es algo que nos debe llamar a la reflexión, pero, sobre todo a la acción, se necesita mayor inversión para acabar con el VIH hasta el 2030 y aumentar los esfuerzos, pues como señala ONUSIDA: “Durante el último año, la indiferencia se ha convertido en abandono, y esta falta de solidaridad es moralmente incorrecta y perjudicial para todos los países. Si hay una lección que nos ha enseñado la pandemia de COVID-19, es que las pandemias no pueden terminar en ninguna parte hasta que terminen en todas partes”.

Acerca del autor

Marlene Caero

Comunicación Social | Bolivia

Soy de Bolivia; estudie Comunicación Social, trabajo y aprendo de: la Comunicación para el Desarrollo, Género, Salud, VIH, Periodismo escrito y el audiovisual.

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