Existe evidencia que apunta a que vivir con VIH pudiera acelerar y acentuar el envejecimiento. Al respecto expuso Eugenia Negredo en el XVIII Simposio Científico Fundación Huésped 2021, ofreciendo los últimos hallazgos en esta temática y recomendaciones para prestadores de salud.
Hoy en día, gracias a los avances científicos y al mayor entendimiento por parte de los sistemas sociales y de salud, el VIH se considera una condición crónica. Esto quiere decir que, si una persona tiene acceso a medicamentos adecuados, seguimiento por parte del sistema médico y algunos factores de integración social, tiene la posibilidad de desarrollar su vida y por ende envejecer.
Negredo posa la lupa en estos aspectos, como médica especialista en medicina interna, investigadora sobre epidemiología, patogénesis y tratamiento de diferentes complicaciones relacionadas con el VIH y los antirretrovirales y parte de la Unidad de VIH del Hospital Germans Trias i Pujol en Barcelona.
Respecto del envejecimiento, la médica comentó que más de 3.6 millones personas que viven con VIH tienen más de 50 años (que constituye la media en edad). Tanto en Europa como en América latina en la última década, el porcentaje de personas con VIH con más de 50 años ha pasado del 8% al 50%, y los modelos de predicción señalan que, en 2030, la cifra alcanzará el 75%; evidenciándose, sobre todo en países de rentas medias y altas, una notables disminución de la mortalidad. Esta situación plantea nuevos desafíos, ya que de manera natural el envejecimiento está asociado a la disminución y el deterioro de propiedades funcionales a nivel celular, de los tejidos y de los órganos, que pudieran tener características particulares en personas que viven con VIH.
Es decir, el envejecimiento aumenta la posibilidad de que las personas adultas mayores que viven con VIH presenten diferentes comorbilidades no relacionadas directamente con esta condición. Ahora, ¿es el VIH un factor de riesgo de sufrir de manera diferencial alguna otra patología? ¿el VIH genera envejecimiento acelerado y acentuado?
En cuanto a la aceleración del envejecimiento, en función de lo comentado por Negredo, al parecer la respuesta es sí. La médica presentó varios hallazgos que apuntan a que las personas con VIH tienen un perfil de comorbilidades similar al de las personas sin VIH diez años mayores. Entre las comorbilidades más comunes se encuentran los problemas cardiovasculares, la osteoporosis, el deterioro neurocognitivo y la afectación renal y hepática.
Igualmente, comentó que se han encontrado resultados contradictorios en el hecho de que vivir con VIH pudiera acentuar el envejecimiento (hacer que aparezcan más eventos médicos). Sin embargo, mostró evidencia de que los procesos inflamatorios asociados a vivir con VIH, y su tratamiento, pudiera acentuar algunas patologías no relacionadas al VIH. La médica comentó que por causas multifactoriales las inflamaciones sistémicas puede hacer que “haya más envejecimiento”, una mayor aparición de enfermedades cardiovasculares, diabetes, Alzheimer, renales, hepáticas, entre otras.
Igualmente, en el contexto europeo, la médica comentó que las personas mayores de 50 años que viven con VIH presentan más quejas cognitivas, viven más solos, están más solteros que los que no viven con esta condición. Así mismo, toman más medicamentos para otros padecimientos, que conlleva a que haya una mayor probabilidad de presentar fallas en las prescripciones médicas.
En este sentido, entre las recomendaciones generales para los especialistas de salud se encuentra incorporar un enfoque holístico en la atención clínica del VIH que implique prestar atención a aspectos relevantes de las áreas física, mental y social de la salud de los pacientes; evaluar la polifarmacia; iniciar el tratamiento antirretroviral lo antes posible y mantenerlo sin interrupciones para así reducir la inflamación sistémica que interviene en el desarrollo de algunas comorbilidades; tratar de forma correcta los factores de riesgo cardiovascular y aconsejar una dieta saludable y la práctica regular de ejercicio. Por último, el uso de antirretrovirales menos tóxicos también ayuda a disminuir la prevalencia de algunas de las comorbilidades
Esta información es conveniente para América Latina y el caribe en el sentido de que, según el informe de la CEPAL Envejecimiento, personas mayores y Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la región “se encuentra en la antesala de un cambio sin precedentes en su historia: en 2037 la proporción de personas mayores sobrepasará a la proporción de menores de 15 años”. Hoy la foto de nuestra realidad presenta un progresivo envejecimiento poblacional acompañado de pobreza, el avance del desempleo y del empleo de baja productividad, entre otros, agravado por el contexto de COVID-19 que ha tenido como consecuencia la disminución en el testeo de VIH e interrupciones en la prestación de servicios de salud integral en muchos países de la región.
Debemos tener presente esta información y hacer algo al respecto para que no nos sorprendan las piedras del río que llevan años sonando.
Argentina 
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