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Guías de OMS: tratar antes que sea tarde

Hace dos meses se presentaron las directrices para el tratamiento del VIH de la OMS; a pesar de la catarata de reacciones de todo tipo, pocas acciones concretas se han puesto en marcha para poner a más personas en tratamiento. Tres países en la región vienen aplicando las recomendaciones de la guía desde hace más de un año y, según refieren los responsables, no se han visto sobrepasados por la demanda.

Entre el 26 y el 28 de agosto se reune en la ciudad de Buenos Aires el Grupo de Cooperación Técnica Horizontal (GCTH) con el propósito de la presentación regional de las directrices de la Organización Mundial de Salud (OMS) para el uso de medicamentos antirretrovirales  para el tratamiento y prevención del VIH. Una reunión organizada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el GCTH y los Ministerios de Salud de Argentina y Brasil. Además de los jefes de programas, participan las Agencias del Sistema de Naciones Unidas, redes regionales de sociedad civil y organizaciones científicas.

¿Profecías auto-cumplidas?

Hay caras alrededor de la mesa de esta reunión que parecen de inquietud y en algunos casos de miedo. ¿Será el reflejo de la preocupación de no poder responder a las necesidades de las personas viviendo con VIH en sus países y en los programas nacionales que dirigen? ¿Tienen pesadillas con hordas de personas viviendo con VIH que tomen por asalto sus oficinas, reclamando los medicamentos liberados por el órgano rector mundial de la salud? ¿Perderán el sueño pensando como le dirán al Ministro de Salud que ahora hay que dar más a más gente? O quizás es un poco de todo esto.

Argentina, Brasil y Bolivia han adoptado por iniciativa propia algunas partes de las recomendaciones hace un tiempo y la expresión de la demanda no se incrementó. Como sabemos lo desafíos del acceso a la prevención, diagnóstico y tratamiento siguen siendo los mismos, sea con directrices que indiquen el inicio del tratamiento en 350 o 500 de linfocitos CD4; y es que las barreras son parte de los condicionamientos estructurales. Lo que puede incrementar la demanda de servicios es mejorar el ambiente, cambiar leyes, reducir la violencia, el estigma, la discriminación y ofrecer servicios amigables a las poblaciones clave.

En la apertura del evento Marcela Alsina, representante del Movimiento Latinoamericano de Mujeres viviendo con VIH dijo: “La mitad de las personas que viven con VIH no lo saben, lo que deja en evidencia las grandes brechas que tenemos en el acceso universal. Debemos ser consientes que los sistemas de salud están colapsando y ese colapso lo sufren las personas que hoy están en tratamiento”.

Fabio Mesquita de la Coordinación de Sida del Brasil afirmó: “Las nuevas directrices ofrecen una perspectiva de continuidad a la vez que incorporan las novedades que la ciencia y la tecnología tienen para ofrecernos. Estas guías buscan no solo impactar en el tratamiento, sino en la prevención”

El Dr Pedro Cahn, Presidente de la Fundación Huésped refirió: “En América Latina hay tres países que ya hace tiempo han aumentado a 500 los cd4 para el inicio de tratamiento. Argentina, Brasil y Bolivia. Los dos talones de Aquiles en la respuesta al VIH han sido incorporar y retener, no estamos testeando a quienes tenemos que testear y no podemos retener a los pacientes en el sistema. Una personas que abandona su tratamiento es responsabilidad del sistema o del servicio.”

Como lo mencionamos en un artículo previo, hay reservas en algunos sectores de la sociedad civil y de las comunidades por la idea subyacente de medicalización de la respuesta que tiene la noción del tratamiento como prevención. Y esto también se sustenta en la inversión desbalanceada en tratamiento respecto de la prevención.

El costo de la respuesta es una inversión

Dr. César Núñez, Director Regional de ONUSIDA

El desafío que nos debe quitar el sueño, no es solo si hay o habrá suficientes recursos económicos para tratar a personas con 350 o 500 de CD4, si no si los recursos disponibles se están invirtiendo en las personas que más lo necesitan con las intervenciones más efectivas e innovadoras.  No es un problema de costo o gasto, sino de inversión.

En este sentido César Núñez, Director Regional de ONUSIDA agregó: “Para lograr cumplir con estas recomendaciones técnicas es importante considerar los esfuerzos de sostenibilidad, innovación y eficiencia. En la región tenemos muchos logros, como la cobertura de tratamiento con un promedio de un 73%, pero sobre todo hemos llegado a un punto de inflexión al unirse las curvas de nuevas infecciones con el de número de personas nuevas en tratamiento. Esto es altamente positivo pero hay que sostenerlo. Por ejemplo, el costo más eficiente del primer esquema de tratamiento es de 140 dólares americanos, sin embargo hay 12 opciones de primera línea. Esto nos haces dudar sobre la sostenibilidad de las opciones más costosas. En el 2012 hemos tenido desabastos en un 36% de los sistemas de atención a PVVS, hay problemas de stock en un año en uno de cada tres centros”.

No solo se invierte mal sino que, literalmente, se gasta mal. Un esquema inicial de un costo de 140 dólares al año en un país, en el vecino puede costar más de 10 veces. Uno de los temas escabrosos es el precio exorbitante que pagan algunos programas por los medicamentos, un fenómeno difícil de resolver por la falta de transparencia alrededor de este tema. La mayoría de los países que compran mal no lo quieren reconocer públicamente lo que hace difícil empezar a resolver este problema.

El Doctor Robinson Cabello, Director de Vía Libre y representante de LACCASO explicó: “No hay buenas prácticas de retención, la mitad de la personas que viven con VIH no acceden a los servicios, o lo hacen tarde y los niveles de retención en los servicios es muy baja. Las personas que tienen indicación de tratamiento no reciben un adecuado seguimiento, sabemos muy poco sobre la adherencia al tratamiento. La mayoría de los países no están usando el tratamiento más sencillo ni el menos tóxico. Hay una variable común en nuestros países, pocos recursos humanos y una alta rotación. La alta rotación de personal y de funcionarios tira por tierra los avances en servicios amigables y en la institucionalización de servicios multisectoriales”.

Así las cosas, en el primer día de la reunión regional, otro espacio fértil en caracterizar los problemas y los desafíos que se queda a veces corto a la hora pensar y discutir soluciones. Con un fuerte protagonismo de colegas de Argentina, Brasil y México, países con programas, con respuestas ejemplares que tienen muchas experiencias para compartir en una reunión donde el silencio expectante de los representantes de los demás países empieza a pesar mucho.

Fotos: Ministerio de Salud de la Nación de Argentina y archivo

Acerca del autor

Javier Hourcade Bellocq

Editor responsable de Corresponsales Clave y Representante Regional de América Latina y el Caribe | Argentina
Organización:International HIV/AIDS Alliance

Javier Hourcade Bellocq es el Editor Responsable de Corresponsales Clave y trabaja en VIH desde 1987. Fue uno de los fundadores y el primer Secretario Regional de la Red Latinoamericana de Personas Viviendo con VIH (RedLa+). Desde 2003, Javier trabajó para la International HIV/AIDS Alliance (Frontline AIDS), primero como Oficial de Programas Senior a cargo del programa de la Alianza en Ecuador, y desde 2005 como Representante Regional para América Latina y el Caribe. Javier es miembro de la Delegación de las Comunidades de la Junta del Fondo Mundial y fue Miembro de la Junta del Fondo Mundial entre 2006 y 2009. Está basado en Buenos Aires, Argentina.

1 Comentario

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  • que bueno que se esta viendo el problema de los medicamentos. lo ideal fuera que para las personas de bajos recursos vieran una estrategia para no solo entregarle los medicamentos si no alimentación ya que muchas personas no se toman los medicamentos porque no tienen una alimentación adecuada.
    en caso de las trabajadoras sexuales en nuestro país hay 3/100 de mujeres con VIH pero la mayoría no asisten alos centros de salud porque para ellas hay doble estigma y discriminación.
    y esa es una brecha donde las personas prefieren no saber su diagnostico. por los prejuicios que tiene todavía el personal de salud.