La comunidad trans y organizaciones de la sociedad civil en VIH de Guatemala vivieron a inicios de año, la pérdida de una gran activista. Debby Marcella Maya Linares Sandoval, era educadora popular, con estudios en Trabajo Social, e investigadora social para Redlatrans, UNFPA e HIVOS, entre otras agencias de cooperación que conocieron su trabajo.
Su vivencia personal fue desde los siete años cuando se dio cuenta que ella era una mujer; una mujer, pero dentro del cuerpo de un hombre, por lo que su lucha fue en la escuela, en el barrio, en su casa, con su familia, sus papás, y sus hermanos, que nunca terminaron de entenderle, como cuenta Roxana Orantes en Relato. Esto fue motivo para abandonar su familia y su pueblo, y se convirtiera en una lideresa y activista en derechos humanos a nivel nacional e internacional de las personas trans, fundadora del Movimiento trans en Guatemala y de la Organización Trans Reinas de la Noche.
Fue reconocida por el trabajo que empezó hace más de tres décadas en la lucha contra el VIH y la reivindicación de los derechos de las personas trans, experiencia que la convirtió en pieza clave para transformar estructuras sociales en Guatemala.
Pasó por la universidad con enfoque jesuita y cursó la carrera de trabajo social con énfasis en gerencia del desarrollo; su inscripción provocó un cambio en la mentalidad de las autoridades quienes por un lado no sabían si aceptarla por su identidad o rechazar su proceso, sin embargo, por su empoderamiento y lucha por los DDHH logró ganarse el cariño de sus colegas y el respeto a su identidad, lo que le permitió participar activamente representando a la universidad en el nivel comunitario en directivas de estudiantes, promoción de espacios de diálogo y participación ciudadana.
Dedicada a la investigación y a la implementación de proyectos de incidencia política, la violencia de género y de prevención en VIH e ITS en población trans, junto con la organización Trans Reinas de la Noche y el movimiento, impulsaron por primera vez en Guatemala una Ley de Identidad de género, que aunque no fue aprobada, cuenta con un nuevo borrador a ser ingresado al Congreso de la República. También participó dentro del equipo para la aprobación de la Estrategia de Atención Integral y diferenciada en Salud para las personas Trans en Guatemala, y la inclusión de las mujeres trans dentro del protocolo de la Alerta Isabel Claudina para agilizar la búsqueda de mujeres trans adultas desaparecidas.
Debby también contribuyó a documentar la realidad que viven las mujeres trans en Guatemala con su lema “La salud de las mujeres trans, no se negocia”. Siempre luchó por la igualdad de oportunidades y la atención diferenciada e integral para personas trans. Constantemente realizaba monitoreo ciudadano en los servicios de salud, aportando en la capacitación de proveedores de salud y exigiendo en los hospitales un mejor trato para sus compañeras.
Dentro del movimiento, participó como peticionaria en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, donde presentó el informe “Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género y una Aproximación a la Interseccionalidad por otras formas de discriminación en Guatemala”.
Debby dejó un gran vació, pues fue víctima del COVID-19, su legado trascenderá en la historia, pues muchos documentos llevan su nombre y el reconocimiento de sus compañeras por su labor.
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