El 18 de junio, los medios internacionales viralizaban la noticia: la OMS, en su actualización de la Clasificación Internacional de enfermedades (CIE-11) que sustituirá a la anterior, reorganiza a las identidades trans en una nueva categoría y una nueva denominación por lo que muchos colectivos celebraron la decisión. Sin embargo, aún queda el cuestionamiento de por qué se sigue patologizando a las identidades trans, cuando en realidad, durante toda la historia humana siempre ha existido y se ha podido visibilizar a través del arte, las leyendas y culturas ancestrales y, también, más de una organización ha levantado la voz para criticar lo incompleto de la despatologización.

Al día de hoy aún se niega la existencia de la diversidad sexual, como si esta debiera seguir una norma específica basada desde el campo médico hasta la lingüística y no como una condición más de la expresión humana.
Conversamos con Santiago Balvín, joven activista transmasculino y coordinador del colectivo DTM (Diversidades Trans Masculinas) en Perú, quien nos comentó que “al ser nombrados con el término ‘Incongruencia de Género’ dentro del manual de la OMS, nos invita a seguir luchando desde el activismo a alzar nuestra voz y dejar en claro que no somos ninguna incongruencia y que esta denominación sigue estigmatizando las identidades trans”. Así, Balvín deja en claro que muchos colectivos seguirán luchando por que las identidades trans desaparezcan totalmente de dicho manual.
También conversamos con Mili, joven mujer trans de género no binario y activista que nos brindó su opinión: “Es favorable que se haya retirado a las identidades trans del capítulo de trastornos mentales del CIE-11, pero al denominar «Incongruencia de Género» se nos sigue estigmatizando como si nuestra identidad no fuera congruente, lo que nos mantiene en los márgenes o en lo abyecto, lo que forma un tipo de discriminación de manera simbólica”.

Tanto Mili como Balvín coinciden en que la OMS sigue perpetuando el estigma de las identidades trans y que su base se encuentra en factores meramente biológicos, dejando de lado el factor sociocultural, en el cual se encuentra el género, el como nos expresamos, vestimos o comportamos, no tiene nada que ver con las características del sexo biológico, porque al fin y al cabo es solo la forma como se reproduce el ser humano.
Para la medicina aún seguimos siendo una especie de “problema” por no encajar en esta sociedad binaria, donde impera lo masculino y femenino, sin tomar en cuenta que existe una infinidad de expresiones de la sexualidad humana que nos hace únicos, sin embargo, esta sociedad hegemónica seguirá violentando la identidades trans si se mantiene una mirada biológicista del ser humano; y el Estado y la religión interfieren para controlar nuestros cuerpos, ya que en la mayoría de nosotros, dejo de controlar nuestras mente en base al análisis, la crítica y, sobre todo, la educación.
No puedo reconocer de que páis es la nota, disculpas. Me agradó el artículo.