El objetivo central de la investigación «Nuestras historias, nuestras palabras: Situación de las mujeres que viven con VIH en 14 países de América Latina» fue elaborar un diagnóstico de la situación de las mujeres viviendo con VIH o SIDA en algunos países de nuestra región. Se buscó describir y analizar la existencia de factores de vulnerabilidad en la vida de mujeres positivas, con anterioridad al diagnóstico de la infección.
Las conclusiones de la investigación impulsada por el Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Mujeres Positivas (MLCM+) dan a conocer las constantes violaciones a los derechos humanos que han sufrido las mujeres con VIH, tales como violencia sexual en la niñez, adolescencia y juventud, y situaciones de estigma y discriminación por parte de los profesionales de la salud en los servicios de atención al momento del diagnóstico.
La escasa o inexistente información sobre salud sexual y reproductiva con enfoque de género y derechos humanos, prevención del VIH, infecciones de transmisión sexual, la falta de confidencialidad de los resultados de las pruebas, la violencia física y psicológica de sus parejas al enterarse de que viven con VIH son factores comunes también.
La mitad de las mujeres tomó conocimiento de su diagnóstico positivo a partir de la aparición de síntomas o alguna enfermedad en ellas, mientras que más de una cuarta parte lo hizo a partir de la enfermedad o fallecimiento de su pareja.
Una creencia común entre las mujeres entrevistadas es que el VIH solo podía afectar a poblaciones de gays, usuarios de drogas o personas trans. Entonces, al ser heterosexuales, no estaban expuestas a adquirir el VIH en una relación de pareja, fuese esta estable o no.
Otra situación que llama la atención es que a pesar de que en algunos países existen legislaciones sobre la obligatoriedad de la consejería pre y post test, las mujeres participantes del estudio no habían recibido consejería, atravesando situaciones de discriminación, estigma y desesperación.
Los problemas estructurales en el acceso a los servicios de salud -más expulsores que inclusivos-, las distancias, demoras y problemas económicos han caracterizado a la mayoría de las mujeres entrevistadas.
Históricamente, las mujeres han sufrido la desigualdad social, y la aparición del VIH y el SIDA ha reforzado esta inequidad, exponiéndolas en ocasiones a situaciones de violencia. Urge buscar estrategias para minimizar y por qué no soñar con la eliminación de toda forma de discriminación y violencia hacia las mujeres.
El informe completo puede encontrarse aquí.
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