David, además de fungir como director del Centro para el Desarrollo y la Cooperación LGTBI (SOMOS CDC), es reconocido por su trabajo como defensor de los derechos humanos, en específico para la comunidad LGTBI. Según las impresiones de diversos activistas hondureños, ha sido precisamente la intensión de bloquear su trabajo y el de otros defensores de derechos humanos, el motivo de la agresión. “Su trabajo como activista ha incomodado, y siempre ven como un obstáculo a personas como él para sus propios intereses”, explica a Corresponsales Clave Josué Hernández, director ejecutivo de la Asociación CEPRES quien ha estado dando el acompañamiento a SOMOS CDC frente a esta situación.

Los hechos, según han relatado diversos medios del país y una alerta internacional, se dan en una residencial de la capital de Honduras, donde David fue atacado en su puerta por un hombre del que se desconoce su identidad. En el forcejeo, el activista logró entrar a su vivienda tratando de cerrar la puerta con sus pies para salvar su vida; pero el atacante ya lo había golpeado y pudo entrar a la casa del defensor de derechos humanos y herirlo en repetidas ocasiones. David en ningún momento deja de luchar por su vida.
Tres horas después, David fue encontrado mal herido y casi moribundo por su compañero con quien comparte apartamento, quien lo llevó inmediatamente al Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS). Luego fue trasladado a un hospital privado, donde es resguardado por sus compañeros de la organización pues temen por su vida.
“Es hasta irónico que esto suceda un día después de haber salido de una reunión con la Secretaria de seguridad y justicia, en la que se había expuesto la necesidad de tener protección (para la comunidad LGBTI), realmente preocupante. Desde mi sentir y experiencia personal puedo decir que uno, como defensor y director de organizaciones que trabajan en el tema de derechos humanos, a veces no dimensiona el peligro al que se expone, pues lamentablemente nos toca ser director, facilitador, activista de “calle” y de oficina, perdiendo de vista el panorama (…) y máxime en un país como Honduras, donde solo somos números y no tenemos una protección por parte del Estado”, comenta Hernández al referirse del incidente.
Cabe destacar que el 27 de abril del 2017, David Valle y Alex Sorto se apersonaron ante el Comité Técnico del Mecanismo de Protección de Defensores de Derechos Humanos de Honduras para solicitar medidas de protección al sentirse amenazados y perseguidos por su labor, no obstante las acciones para resguardar la vida de los directivos de SOMOS CDC y de la organización como tal han sido mínimas e evidentemente ineficaces.
Además es importante mencionar que el ataque sucedió justamente en la Semana del orgullo LGTBI en Honduras, donde las movilizaciones y eventos se celebran una semana después de la celebración internacional, debido a contextos políticos locales.
“Él está bien, está estable; tiene heridas que le hizo el delincuente y otras que son defensivas. Lamentamos y repudiamos totalmente este intento de asesinato a un miembro de la comunidad LGTBI, amigo, compañero de lucha, quién no podrá acompañarnos en la Marcha del orgullo LGTBI debido a este incidente; asimismo, demandamos a las autoridades correspondientes realizar una investigación imparcial, objetiva y pronta para dar con el autor de este intento de asesinato”, exige Josué.
NO a la impunidad
SOMOS CDC y Asociación CEPRES interpusieron la denuncia en las diferentes instancias correspondientes para visibilizar que esta agresión es más que un episodio de la violencia generalizada, sino un claro ataque a las acciones que como comunidad LGTBI están emprendiendo en sus diferentes agendas políticas para el reconocimiento de las personas LGTB, para dichas organizaciones es importante que este hecho sea visibilizado como un precedente. En los últimos años, los asesinatos de diversos líderes de la comunidad han quedado impunes y tipificados como un delito más de una violencia generalizada en el país.
“Casos como el de la compañera Berta Cáceres (lideresa y coordinadora del COPINH) a quien asesinaron por su labor como defensora de derechos humanos y que hasta el momento no se ha sabido mucho del caso, es un ejemplo claro sobre la vulnerabilidad en la que nos encontramos como defensores y defensoras en este país en donde a pesar de existir una ley de protección y hasta un presupuesto para garantizar nuestra seguridad, las acciones se limitan a socializaciones de la ley, (instalación de) equipos de seguridad como cámaras en las oficinas; no obstante, no existe una línea presupuestaria y tampoco una línea de acción por parte del Estado que logre resguardar, a través de las diversas instancias, a nuestras organizaciones y compañeros que trabajamos en las diferentes temáticas que buscan hacer valer el derecho a la vida y el respeto”, puntualiza nuestro entrevistado.
Pese a las diversas estrategias y el desembolso de más de 230 mil dólares para la Secretaria de Seguridad; Honduras ha sido catalogado como el país latinoamericano sin guerra con más homicidios en el mundo y más del 90% de los crímenes quedan impunes, según investigaciones periodísticas realizadas en el 2014, mientras que el último informe de Global Witness, indica que este es el país más peligroso para los defensores del ambiente y las tierras ancestrales y el observatorio CATTRACHAS ha registrado 17 asesinatos a la comunidad LGBTI en lo que va del año en curso.
En este contexto de violencia, las comunidades LGTBI sigue siendo una minoría para el Estado, invisibilizada y con crímenes en su contra que quedan en la impunidad. Esperamos que la frustración del intento de asesinato de David Valle, vitalice la lucha contra la impunidad.
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