Por Dennis Castillo.
La principal barrera para el acceso a la atención en salud de las personas trans, es la falta del carnet del seguro social. En un artículo anterior discutimos la situación que atraviezan migrantes y personas en situación de calle quienes -en su mayoría- no cuentan con un empleo o se encuentran en el mercado informal, por lo cual acceder a la atención en salud puede ser un camino tortuoso; situación semejante enfrentan las mujeres trans.
“Fue difícil y duro; para obtener el carnet del seguro social tuve que asistir como 5 veces a la caja y no me querían aceptar los documentos que llevaba y me decía que me hacía falta varios papeles y no me decían cuáles eran los requisitos. La verdad que me costó mucho, como dos meses para obtener ese carnet. Hace cuatro meses fui diagnosticada VIH positivo, bueno tengo más de un año de tenerlo pero no lo sabía aún. No sé cuál es mi CD4, ni carga viral hasta mañana que vaya al médico y me mande los exámenes”, comentó a Corresponsales Clave una mujer trans que pidió anonimato.
La situación actual que atraviesa la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), va más allá de dificultades financieras, abarca una problemática de gestión y trabas burocráticas que han hecho de la institución una estructura sumamente rígida, incapaz de satisfacer las necesidades y las demandas de la población con agilidad y oportunamente.
Las múltiples visitas que debió hacer a la CCSS la muchacha trans con la que conversamos, así como la falta de claridad respecto de la documentación requerida y los pasos necesarios para contar con el carnet del seguro social, son algunas de las muchas limitaciones que las personas transgénero atraviesan para acceder al seguro social, cuando no se cuenta con un empleo formal o no están estudiando.
Richard Stern, conocido activista por el acceso a medicamentos y a atención en salud, acompañó este caso por aproximadamente tres meses y comentó todo el proceso que se debió seguir para lograr que esta persona accediera a atención integral: “se solicitó apoyo a la vicepresidencia, a la gerencia médica de la CCSS, sin obtener respuesta de nadie. Aun cuando se trataba de una persona positiva, el Equipo Básico de Atención Integral en Salud (EBAIS) de Alajuelita (una ciudad al sur de San José) se rehusó a enviarla a una Clínica de Sida. Se hicieron llamadas al director de este EBAIS para presionar, hicimos dos abordajes con varios funcionarios, uno con la gerencia médica y otro con el departamento de seguros por el estado (…); se logró que se le otorgue el seguro del Estado por 6 meses, pero no sabemos qué sucederá después de ese tiempo”.
Costa Rica ha llevado a cabo grandes esfuerzos en la implementación de legislaciones avanzadas a favor de la igualdad de condiciones y no discriminación en todo ámbito o modalidad; sin embargo, en la práctica, en el ámbito de la salud aun no se tomaron las medidas necesarias para garantizar el acceso.
Corresponsales claves quiso coordinar una cita con el jefe de aseguramiento por parte del Estado de la Caja Costarricense del Seguro Social, para conocer sobre los trámites y requisitos para obtener el carnet, pero no obtuvimos respuesta alguna.
En los últimos meses, organizaciones de la sociedad civil como MANU y el Movimiento Diversidad han dado seguimiento a varios casos que reflejan las barreras que ha impuesto la CCSS al acceso a atención en salud. Los casos, por ahora, son resueltos uno a uno, y pueden tardar varias semanas o varios meses en resolverse. Lo que esperan los activistas y las organizaciones involucradas en la respuesta al VIH es que se establezcan guías generales que garanticen el acceso universal.
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