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Lesbianas y VIH

Hace unos días los medios dieron a conocer un caso de transmisión de VIH entre dos mujeres. Corresponsales Clave fue hasta el despacho de María Rachid, una legisladora lesbiana de la Ciudad de Buenos Aires, para conversar sobre esta noticia.

Los programas nacionales de sida de cualquier país destinan dinero para personas en situación de calle, usuarios de drogas, trabajadoras del sexo, inmigrantes, reclusos, transexuales, colectivos LGTBI y hombres que tienen sexo con hombres, pero ninguno lo hace específicamente para mujeres que tienen sexo con mujeres.

Hace unos días los medios replicaron la noticia de la transmisión del VIH en una pareja de lesbianas. Esto probablemente ha generado algunas preguntas respecto de cómo abordar la prevención de esta y otras infecciones de transmisión sexual entre mujeres.

Corresponsales Clave fue hasta el despacho de María Rachid, para conocer su opinión sobre esta noticia. Rachid es activista de la comunidad LGBTI desde mediados de la década del noventa cuando fundó la organización de lesbianas y mujeres bisexuales “La Fulana”. Fue la primera presidenta de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (2006-2010) y es la primera lesbiana activista en ocupar un cargo de Diputada en la Argentina (desde 2011). Recientemente ha sido designada como presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.

María Rachid, Legisladora de la Ciudad de Buenos Aires.

Corresponsales Clave: ¿Qué pensaste cuando leíste en los medios de prensa hablar de la “rareza” de la transmisión del VIH entre dos mujeres?
María Rachid: Creo que es producto de la invisibilización de la sexualidad en general y de la sexualidad de las mujeres en particular.

Les parece raro porque no “ven” sexualidad.

Y en esta cultura patriarcal si no “se ve” sexualidad tampoco se ven infecciones por transmisión sexual.

CC: Lo increíble es que lo muestren como algo “nuevo”…
MR: Desde hace muchísimo tiempo nosotras -y cuando digo nosotras hablo de la “La Fulana”- venimos sosteniendo y desarrollando en distintas campañas que la transmisión entre mujeres se ha invisibilizado históricamente, y esto tiene que ver con una cuestión de género y no solamente con la orientación sexual.

Siempre hemos sostenido que la transmisión entre mujeres existe. Que existen relaciones sexuales que son altamente riesgosas: por ejemplo el sexo oral cuando alguna de las dos está menstruando.

También sabemos cómo son los mecanismos por los cuales se invisibilizan estos casos cuando llegan a los hospitales. Hace un tiempo conocimos a una compañera que fue a un Hospital y le hicieron llenar un cuestionario con una enorme cantidad de preguntas sobre su vida sexual. Ella contó que había tenido siempre relaciones sexuales con mujeres, pero que hacía como 15 años había tenido una relación sexual con un varón. Entonces en el Hospital adjudicaron la transmisión a ese momento, a esa relación sexual, y con ese varón. No era posible, para los médicos, que la transmisión hubiera sido en otro momento.

Se niega la sexualidad entre mujeres, y parecería que si no hay pene, no hay sexualidad. Por lo que no hay posibilidad de transmisión si no es con una relación donde intervenga un varón.

En ese momento, y cuando realizamos las distintas campañas, sacamos como conclusión que las transmisiones entre mujeres quedan registradas como cualquier otro tipo de transmisión.

Con estas creencias falsas no existe ningún estudio serio para saber con certeza cuáles son los alcances de estas transmisiones entre mujeres lesbianas y bisexuales puntualmente. No se puede llegar a ninguna conclusión con los números oficiales, porque no existimos en esos números. Como no existimos en otros sentidos.

Todavía hoy, cuando una mujer le pregunta a su ginecólogo cómo puede evitar una infección cualquiera de transmisión sexual, en la mayoría de los casos, no saben qué decir. O en el mejor de los casos le dicen que van a averiguar.

CC: ¿Cómo crees que las campañas de prevención se ocupan del sexo entre mujeres?
MR: Si las campañas no rompen las barreras que ponen la discriminación y el prejuicio (hablo de cualquier campaña de cualquier transmisión sexual), es muy difícil avanzar.

Desde La Fulana pusimos en práctica encuestas en las que le preguntábamos a las mujeres lesbianas y bisexuales cuántas de ellas tenían sexo oral durante la menstruación, y el porcentaje era altísimo.

Ahora, entre las mujeres lesbianas y bisexuales, de este tema se habla poco. Se habla poco de la sexualidad, se habla poco de los cuidados para evitar una infección por transmisión sexual. Es que también existe en estos ámbitos, el prejuicio de lo que implica la sexualidad de las mujeres y entre mujeres. Muchas lesbianas y mujeres bisexuales piensan que no hace falta hacerse chequeos ginecológicos en general.

CC: ¿Cómo establecerías prioridades?
MR: Estos prejuicios también entran en la sexualidad. Pero hay otros.

Si en la sociedad no hablamos de distintas formas de sexualidad, sexo oral, sexo anal, etcétera, es difícil hacer campañas de prevención. Es difícil porque no hablamos de las distintas prácticas sexuales, de lo que implican, de cómo prevenir en cada práctica sexual. Por ejemplo, pareciera que las campañas de prevención en relación con el sexo anal fueran solamente para varones gays, como si las personas heterosexuales no tuvieran sexo anal, como si las lesbianas no tuvieran sexo anal, como si las personas trans no tuvieran sexo anal.

Me parece que hay que hablar más de sexualidad y que el tema de la educación sexual es esencial para poder avanzar en cualquier campaña de prevención.

El Ministerio de Educación de la Nación está llevando adelante un excelente trabajo en relación a esto, con cuadernillos y materiales, pero hace falta profundizar un poco más. Se debe hablar de la sexualidad y de los distintos tipos de sexualidad. Esto es imprescindible para prevenir una infección de transmisión sexual, para prevenir embarazos no deseados, para prevenir abusos sexuales, etcétera.

CC: ¿Qué tipo de medidas hay que tomar?
MR: La principal es incluir el debate sobre la sexualidad en las políticas públicas de educación en todos los ámbitos. La considero la política pública más importante para la prevención de infecciones por transmisión sexual.

Desde la Legislatura de Buenos Aires, María Rachid continúa muy activa en la lucha por la protección de los derechos de las personas de la diversidad sexual. El año pasado presentó un proyecto de ley integral para las personas trans, para el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que crea distintas políticas concretas para que estas personas accedan a derechos en relación al trabajo, a la educación y a la salud: “…creíamos que la Ley de Identidad de Género era la puerta de acceso, el derecho de todos los derechos (como dicen siempre las compañeras de ATTTA). Se abrió esa puerta pero queda desarrollar todas las políticas públicas para que se acceda a cada uno de los derechos una vez que se accede al derecho a la identidad (…).

En lo que tiene que ver con la salud, propusimos una regulación acerca de cómo se tiene que desarrollar lo que la Ley de Identidad dice sobre garantizar la salud integral para las personas trans, y como garantizar esto en los hospitales públicos de la ciudad de Buenos Aires y para que se cumpla en cada hospital de la ciudad”.

María Rachid participa visiblemente desde distintos espacios políticos y sociales, es la Secretaria General de la Mesa Nacional por la Igualdad, que reúne a referentes de distintos colectivos como son los afrodescendientes, las personas con discapacidad, la comunidad de migrantes, los pueblos indígenas, las personas viviendo con VIH y sida, entre otras; y como señalábamos al inicio de esta nota, desde hace unas semanas es la nueva presidenta de la Comisión de DDHH de la Legislatura Porteña.

Al respecto nos confiesa: “…creo que este reconocimiento es a todo lo que hicimos desde distintas organizaciones en el campo de los derechos humanos, y también a los temas que muchas veces no se incluyen en estas agendas. Los Derechos Humanos tienen que ver con lo que pasó bajo la dictadura, pero también tienen que ver con las personas migrantes, con las personas indígenas, con las personas de la diversidad sexual. Las compañeras y los compañeros desaparecidos en los ’70 luchaban por un país justo para todos y todas. Muchas y muchos de aquellos desaparecidos eran compañeros nuestros que en aquellos momentos estaban luchando por un país más justo también para gays, lesbianas, bisexuales y transexuales.

Me llena de orgullo esta designación porque creo que este espacio tiene que ver con esa construcción hecha colectivamente por muchas personas, y que no es -para nada- una construcción individual…”

Agradecemos el tiempo y la disposición de María Rachid para esta entrevista.

País: Argentina

Acerca del autor

Gustavo Pecoraro

Periodista | Argentina
Organización: El Vahído Asociación Civil

Gustavo Pecoraro, nació en Mar del Plata (Argentina) el 2 de septiembre de 1965, es periodista y activista gay, Director editorial y productor general de El Vahído, el semanario de crítica social, política y cultural LGBTI de Fm La Tribu 88.7 y Columnista del programa Vuelta Cangrejo de Fm La Tribu 88.7.
Es colaborador del Suplemento SOY de Página12, y de Boquitas Pintadas del diario La Nación.
Autor de “Deseo, palabras en el viento” de editorial Letra Prima; y de los prólogos de “Sida y Poder” de Carlos Mendes; “Rostros de un Triunfo” de Nicolás Fernández y Javier Fuentes; y de “Horror, desperté con un cazador” de Ruben Gauna.
Edita su propio blog: www.rojobarrocoypasional.blogspot.com.
Es columnista y colaborador del periódico Underground; y de la revista On Line La Marica Ilustrada.
Es colaborador del programa radial Mézclate Conmigo de Canal Blau en Barcelona (España).
Perteneció a la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) desde 1984 hasta 1987 y a Gays y Lesbianas por los Derechos Civiles (GAYS DC) desde 1991 hasta 1996, y fue fundador de ACT-UP Buenos Aires en 1995.
Fue asesor en diseño gráfico y redactor de la revista NX (edición del Grupo NEXO); fundador de Deportistas Argentinos Gays (DAG) en 1997 y su primer Secretario, institución a la que pertenece el equipo de fútbol gay Los Dogos. Fue elegido Delegado Sudamericano de la International Gay & Lesbian Football Asociación (IGLFA), en los Gay Games de Amsterdam en 1998.
Entre 1999 y 2009 vivió en España donde integró organizaciones de la sociedad civil.

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