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LGBT y Derechos Humanos: las demandas pendientes en Nicaragua

En un contexto de profunda polarización política, Corresponsales Clave conversó con Marvin Mayorga, activista por los derechos humanos de las personas de la diversidad sexual, para conocer sus apreciaciones sobre la situación de las políticas públicas y la protección de los derechos en Nicaragua.

La Iniciativa desde la Diversidad Sexual por los Derechos Humanos (IDSDH), es una organización LGBT fundada hace más de 8 años en Managua, es una de las más radicales y de mayor impacto en la sociedad nicaragüense por sus abordajes rebeldes y subversivos pero políticamente muy meditados y estratégicos, subiéndole la parada al gobierno de Daniel Ortega en sus reclamos por las reivindicaciones de gays, lesbianas y personas trans.

De mediana estatura pero con un pensamiento crítico y agudo, Marvin Mayorga, psicólogo, gay y activista de derechos humanos, coordina este grupo y es considerado uno de los más polémicos y radicales activistas LGBT del país. Corresponsales Clave tuvo la oportunidad de conversar con él sobre el tema de los derechos humanos de la comunidad LGBT que, según Mayorga, “están por el suelo porque se siguen violentando. No hay programas para defender a las personas LGBT de la discriminación y la violencia en las calles; y el gobierno no nos da mayor importancia”.

Activista desde los 9 años, cuando colaboró con el Ministerio de Salud en la época de la revolución; participó de la juventud sandinista, estudió en la Isla de la Juventud en Cuba y fue formado en la corriente de la nueva izquierda latinoamericana que incluye la teología de la liberación. Colaboró con la fundación Nimehuatzin en Nicaragua, y después fundó en Costa Rica, la Comunidad Ecuménica de Fe, que dio lugar en Nicaragua a la Iglesia de la Comunidad Metropolitana. Coordina IDSDH, organización que fundó junto a otras personas, desde hace tres años.

IDSDH es un espacio de activismo político en defensa de los derechos humanos de las personas de la diversidad sexual, aunque también defiende casos de mujeres víctimas de violencia y violencia contra la niñez y la adolescencia.

¿Qué hace la IDSDH?

El proyecto, ahora en segunda fase, es: ¨Acciones Urgentes por los Derechos Igualitarios¨ e incluye  una escuela de defensores de derechos humanos de distintas identidades sexuales y de género. Los logros tienen que ver con los procesos formativos, hemos apostado a la formación política y académica en la defensa de los derechos para hacer un lobby político, porque defender  derechos es asunto de conocimiento, con marco teórico y de análisis. Involucramos en esto a la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI) y la Universidad Evangélica ´Martin Luther King´ de Nicaragua (UENIC).

¿Cómo está lo social, lo político y económico en relación con los derechos humanos de la diversidad sexual?

En materia de políticas públicas, no existe voluntad de ningún partido político ni del gobierno actual, pues es lo que se puede esperar de un Presidente y una Corte Suprema de Justicia inconstitucionales. Los diputados son en su mayoría del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y ellos tienen el control. No se acercan a los grupos de la diversidad sexual para conocer nuestras realidades. La Procuraduría es inútil, la red de diversidad sexual del FSLN desapareció por orden de Rosario Murillo (primera dama) quien dijo que lesbianas, gays y personas Trans debían integrarse a los distintos movimientos del FSLN y que no tenía por qué existir un movimiento específico, muestra clara de la falta de voluntad del gobierno para trabajar el tema. Las personas LGBT no tenemos calidad de vida, según se evidencia en estudios y encuestas relacionadas con ello.

En las recientes protestas de la sociedad civil por elecciones libres y transparentes, se hizo un reclamo a LGBT. Vemos a organizaciones de la sociedad civil, de mujeres y hasta partidos políticos, pero ¿dónde está la diversidad sexual?

La gente de estos plantones no se ha acercado a la diversidad sexual, pero sí te puedo decir que hay gente nuestra en ellos. Que no llevemos la bandera del arcoíris por respeto a que es una marcha cívica, eso es otra cosa, porque es un protagonismo de Nicaragua. Más bien yo le diría a la Mesa Nacional LGBT, por ser una instancia de coordinación, que ellos deberían estar ahí y no están.

¿Y por qué no están?

Creo que la diversidad sexual debe tomarse el tiempo de analizar qué es lo que está pasando.  Creo que si no llegan es porque hay temor. En el caso de los grupos LGBT y algunas organizaciones no gubernamentales (ONG) tienen miedo de que les corten su financiamiento tal y como ya ha ocurrido antes con otras, porque es más cómodo quedarse en la oficina sin involucrarse directamente en las demandas sociales, sin temor a que me quiten mis “milloncitos”. Habría que ver quiénes se toman en serio eso de la defensa de los derechos humanos. Me parece que más que buscar a la diversidad sexual yo haría un llamado a que la gente se sume, independientemente de lo que seas. El asunto es sumar gente.

¿Ha habido una evolución en el posicionamiento político de la diversidad sexual sobre sus demandas y la situación del país más allá de la marcha del orgullo?

Creo que aún nos enfocamos en reclamos históricos pero deberíamos trascender hacia la población en general y hacia las demandas de atención integral para la ciudadanía. Los graves problemas del país no solo afectan a LGBT sino también a todo el pueblo de Nicaragua. Creo que el cuestionamiento y el posicionamiento político LGBT se ha estancado y debería  evolucionar, debería ser más de avanzada y en eso sí tiene responsabilidad la Mesa Nacional LGBT que es la que elabora el pronunciamiento del Día del Orgullo.

¿Cómo se explica que miembros de organizaciones LGBT apuestan a trabajar en espacios político-partidistas? ¿Abrir espacios LGBT en partidos políticos es una alternativa eficaz?

Los partidos políticos no son la solución a los problemas de la diversidad sexual o de la ciudadanía, son solo una estrategia para llegar al poder. Es decisión de las personas, LGBT o no, militar en un partido político. Yo creo que los partidos podrían complementar la defensa de los derechos de las personas si tienen voluntad política de hacerlo y al único que hemos visto así es el MRS que ha abierto un debate interno sobre los derechos de LGBT. Si hubiese otro partido, por ejemplo el Partido Liberal Constitucionalista, el Partido Liberal Independiente (ambos de derecha) o el Frente Sandinista, que abriera las puertas a la diversidad sexual, habría personas LGBT que quisieran  militar en ellos, pero no creo que son la solución. La solución son las políticas públicas. La apuesta de la gente joven está en donde se abren los espacios que permitan dialogar sobre las protestas (demandas) cívicas y sociales para que la gente se adscriba a una lucha por sus derechos.

Y sobre las apuestas de incidencia regional de las expresiones LGBT en organizaciones como el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) o la OEA?

Veamos estas apuestas, porque se están abriendo más a los grupos de diversidad sexual. En la última reunión del Banco Mundial había representación LGBT. En la OEA, Natasha Jiménez (Costa Rica) y Silvia Martínez (Nicaragua), quienes ya peinan varias décadas en estos espacios, han hecho cuatro escándalos posicionando nuestros temas y demandas, y lo continuaremos haciendo. No creo que hay que descuidar lo regional pero no hay muchos proyectos que apuesten por esos espacios. No existe interés de los donantes por enfocar los esfuerzos y la agenda LGBT en esos espacios que son sumamente importantes, y deberíamos actualizarnos.

¿Cuál es tu lectura sobre la cooperación internacional para sectores como el LGBT ante la salida de Nicaragua del cuerpo de donantes?

Creo que particularmente los donantes deben apostar por quienes venimos trabajando desde hace años. La cooperación podría financiarnos desde otras áreas como la cultura, o financiar proyectos desde otro país o proyectos regionales a través de alianzas binacionales o  plurinacionales para que podamos continuar nuestra labor. Otra posibilidad es aplicar a fondos directos que no necesiten la aprobación de gobiernos. Contemplemos otras estrategias como el voluntariado; del cual, creo, habrá una reestructuración dentro de las organizaciones y eso traerá más credibilidad política. Los defensores de derechos humanos tendrán una perspectiva diferente y hay que considerar otras estrategias. Algo positivo saldrá.

Agradecemos la gentileza de Marvin Mayorga a dar esta entrevista y valoramos su coraje al expresar sus puntos de vistas en un contexto de persecución política casi generalizada.

Acerca del autor

Ebén Díaz

Nicaragua Escritor, Teólogo, Deportista

Ebén Díaz, vivió su niñez fuera de Nicaragua por más de 10 años. Defensor de derechos humanos de la comunidad LGBTIQ y fundador de la Red de Diversidad Sexual LGBTIQ, el Comité Olímpico LGBTI de Nicaragua e IDSDH. Escritor, teólogo, deportista, chef y uno de los activistas homosexuales más críticos y controversiales de su país. Su activismo le ha llevado a más de 35 países en 5 continentes. Fue becario del Banco Interamericano de Desarrollo y del Gobierno de Alemania. Formado en género, DDHH, salud sexual y reproductiva, comunicaciones, comunidades de aprendizaje, investigación social, ingeniería del conocimiento, teología y educación para la paz. La Universidad Americana, la Universidad Politécnica y la Universidad Centroamericana en Managua, así como la Universidad Libre de Berlín, la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, la Universidad Centroamericana de San Salvador, el Seminario Teológico Bautista de Nicaragua y la Universidad de Cataluña en Barcelona han sido sus espacios de formación. Trabajó en el Hospital Bautista de Nicaragua, la Asociación de Hombres Contra la Violencia, la Red de Desarrollo Sostenible, Servicios Integrales para la Mujer y el Centro de Estudios Internacionales. Fue Oficial de Comunicaciones de ILGA para América Latina y el Caribe. Desde 2009 es miembro del Board latinoamericano de la Red Internacional de Recursos adscrita al Centro de Estudios Lésbicos y Gays de la Universidad de Nueva York. Ha sido consultor para la Fundación Puntos de Encuentro y profesor invitado en la Universidad Centroamericana. Actualmente es traductor voluntario de ILGA, All Out e IGLHRC, colaborador de Comunidad Homosexual de Nicaragua, GALE y el Espacio de Construcción de Masculinidades. Vive en Managua.

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