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Merecemos un mejor Tratado para responder a las pandemias

Un nuevo espacio de negociación, con nuevos actores, siguiendo la propuesta de Nueva Zelanda, o la continuación del proceso de negociación, tomando las líneas en las que todos los países y organizaciones estamos de acuerdo y continuar negociando aquellas en las que hay discrepancias, son las propuestas de algunos países y muchas organizaciones de la sociedad civil respecto del Tratado Pandémico.

Ayer, 27 de mayo, inició la Asamblea Mundial de Salud, en Ginebra, y el gran tema de este año, además de la resistencia a los antimicrobianos que tiene la preocupación del mundo entero, es el Tratado Pandémico, como se conoce ahora al Acuerdo que se ha venido negociando desde la Junta de Negociación Internacional (INB) de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque algunos países destacan haber llegado con un documento a la fecha que se habían puesto como plazo, muchas organizaciones y algunos países han hecho notar su descontento con el texto propuesto.  Este acontecimiento motivó a organizaciones peruanas a realizar una Conferencia de Prensa en Lima para expresar sus preocupaciones por el proceso y por el resultado.

El Dr. Jorge Saavedra, AHF, se conectó desde México para hacer un llamado a no firmar el Tratado.

“Ha sido un proceso apresurado y opaco”, dijo Roberto López, director de Acción Internacional para la Salud, en una conferencia de prensa organizada en Lima, Perú, por organizaciones de la sociedad civil. Y frente a ello, se exige un formato de negociación que permita llegar a un tratado que efectivamente responda a las necesidades de todos los países, sobre todo aquellos que más han sufrido con la pandemia de covid.

Además de lo atropellado del proceso, la imposibilidad de participar en la negociación como organizaciones de la sociedad civil, y la prisa por llegar con un texto aunque no hayan acuerdos definitivos, la sustancia del texto preocupa también a Jorge Saavedra, director ejecutivo en el Instituto de Salud Pública Global AHF en la Universidad de Miami. Al respecto, Saavedra señala que de aprobarse el texto como está, se estaría aprobando la inequidad como contexto para la siguiente pandemia.

El funcionario de AHF también señaló que los países ricos solo han ofrecido un 20% de las producciones que podrían lograrse para los países del sur global, la mitad en calidad de donación y la otra a precios de costo. La discrecionalidad y la voluntariedad es lo que abunda en el tratado, lo que, sabemos escaseó en la respuesta al covid en años pasados.

“Todos tenemos derecho a vivir, sin importar si somos pobres o ricos”, cerró enérgicamente su testimonio Damaris Cuyubamba, una mujer que no logra cerrar el duelo de haber perdido a sus suegros y su cuñado, además de un amigo cercano, durante el primer año de la pandemia.

Hasta el día de hoy y por algunos años más, la familia de Cuyubamba debe seguir pagando la deuda que contrajeron para solventar los gastos de hospitalización de sus familiares, una deuda que mes a mes les recuerda que las inequidades en el acceso a la salud se cobra la vida de los más pobres.

Al inicio de las negociaciones del Tratado, en sus primeros textos, se esbozaba cierta evaluación de lo que había sido la pandemia en el mundo y de la respuesta que dieron los países. López recordó que en los primeros borradores se podía leer: “Reconocemos el fracaso catrastófico de la Comunidad Internacional para mostrar solidaridad y equidad en la pandemia de covid 19”, un reconocimiento del fracaso de, principalmente, los organismos multilaterales, como la iniciativa de COVAX, promovido por la OMS; aunque esto no debe hacernos perder de vista el rol que jugó también la industria farmacéutica en la monopolización de las tecnologías médicas.

El texto al que se tuvo acceso, señaló el director de AIS no obliga a los países del norte, a la industria farmacéutica y a quienes manejan la economía del mundo a cumplir con compromisos claros en el marco de una nueva epidemia. Sin embargo, sí exige a los países del sur a comunicar la información sobre patógenos que se identifiquen en sus territorios.

La equidad que tanto preocupa a las organizaciones de la sociedad civil aseguraría que todos podamos ejercer el derecho a la salud, ese debiera ser el sustento del Tratado, así como destacar la responsabilidad de los Estados de proteger la salud de sus ciudadanos.

Las organizaciones reunidas ayer exigieron que no se firme el Tratado así como está ya que perpetuaría las inequidades y no contribuye a responder de manera diferente a una nueva pandemia, cuidando la vida de todos por igual.

País: Internacional

Acerca del autor

Lídice López Tocón

VIH y Derechos Humanos | Perú
Organización: Corresponsales Clave

Licenciada en Psicología Social y con una fuerte vocación de comunicar la situación de la respuesta al VIH y en derechos humanos de las personas más marginalizadas en América Latina y el Caribe.

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