Por Georgina Gutierrez.-
Con motivo del Día Mundial del Sida, Corresponsales Clave conversó con cinco activistas y un jefe de programa de sida, de diferentes estados de la República Mexicana, que nos compartieron su visión a propósito de la pandemia, la importancia de la efeméride, el impacto del covid-19 y el vínculo de la sociedad civil con el gobierno de turno.
La conmemoración este año fue distinta y eso lo describen los y las activistas de la repsuesta al VIH. Francisco López Lozada de Karuna, Salud y Desarrollo A.C. dijo que “la importancia de la conmemoración es para hacer visible la falta de respuesta institucional en materia de prevención y el alejamiento de la colaboración con la sociedad civil. La importancia de establecer un punto de partida para acciones de colaboración con otras instancias”.
Desde Ciudad Juárez, María Elena Ramos Rodríguez del Programa Compañeros aseveró que “para nuestra organización es una fecha simbólica, nos esforzamos por visibilizar a la organización y alcanzar a nuestras poblaciones (todo el año lo hacemos) y a la población en general. El 2020 la conmemoración fue virtual y nos aplicamos para alcanzar a la más gente posible: este año será presencial y vamos a transmitir en vivo, la pandemia de COVID no plantea desafíos y ello nos motiva a responder con más ahínco”.
Por su parte, Hilda Pérez Vázquez de Senderos para el Desarrollo Comunitario, A.C. comentó que la conmemoración del Día Mundial del Sida “definitivamente sigue siendo importante. Es un día que nos permite llamar la atención sobre las brechas y retos que aún persisten, entre ellos, el estigma y la discriminación y el acceso desigual a los medicamentos”.
Respecto al impacto de la pandemia de covid-19 en la respuesta a VIH dijo que “ha contribuido a que las organizaciones mexicanas tengan menos oportunidades de articulación, y esto ha facilitado que la respuesta gubernamental sea autocomplaciente, con un diálogo simulado y utilitario con la sociedad civil, y con falta de rendición de cuentas. La conmemoración que antes unía a los diferentes sectores en un ánimo de reconocimiento mutuo y de compromiso compartido ya no tiene este sabor, el gobierno hace su conmemoración como un acto más en la lista de simulaciones y las organizaciones hacen esfuerzos atomizados que han tenido un impacto menor al que había antes.
Acotó que “la cancelación de apoyos económicos para proyectos sociales ha asestado un duro golpe a la sostenibilidad y cobertura del trabajo con la intensidad con la que se hacía. Las organizaciones no han contado con recursos necesarios para sostener los niveles de alcance en prevención, detección, acompañamiento, servicios y vigilancia ciudadana que alcanzaban antes”.
Josué Alberto Quino Andrade de Teatro & SIDA, A. C. enfatizó que está “plenamente convencido de que la necesidad de continuar recordando año tras año, que la lucha sigue, que el VIH no se ha controlado, que tenemos que continuar trabajando para que cada día haya menos casos positivos, y que los que ya viven con VIH o hayan desarrollado el SIDA, tengan atención médica completa, de calidad y con calidez”. Sobre la nueva pandemia, opinó que “se ha bajado la presión, el trabajo, la incidencia política y social, al igual que el trabajo de prevención del VIH con el pretexto del covid-19, porque si bien es cierto que estuvimos un año encerrados, también es cierto que los hombres que tienen sexo con hombres no dejamos de tener relaciones sexuales desprotegidas”, todo ello en un contexto en el que se eliminaron las campañas de prevención y la aplicación de pruebas rápidas para detectar el VIH.
Sandra Peniche Quintal, médica de Servicios Humanitarios en Salud Sexual y Reproductiva Asociación Civil, en Mérida, Yucatán, opinó que “en este último periodo de 3 años se ha dejado a un lado las estrategias de prevención y de atención a las personas con VIH y esto va en detrimento -obviamente- de la salud de toda la población. El que se conmemore el día primero de diciembre el Día Mundial es precisamente para significar la lucha que hemos hecho desde la sociedad civil, fundamentalmente, y en algunos períodos junto con Gobierno para parar esta epidemia, la cual nos separa precisamente porque tiene un fondo sexual y es ahí donde las políticas pues no funcionan, porque en la medida que estén basadas o quieran ponerlas a partir de las concepciones religiosas, pues simplemente esto no marcha; (…) a mí me parece que es una política genocida y sí creo que se tiene que volver a retomar y toda la sociedad tenemos que pugnar porque se erradique esta enfermedad.
Finalmente, Alejandro Rivera Marroquín, jefe de Programa de Sida del Estado de Chiapas, declaró que “es 2021, ahora corresponde la responsabilidad de contribuir al cambio de paradigmas en la respuesta al VIH, y en unidad lo vamos haciendo: prevención de transmisión materno infantil del VIH, redes integradas de servicios para VIH, diagnóstico en puntos de atención, investigación en epidemiología molecular para conocer la resistencia pre tratamiento antirretroviral o redes de transmisión, evidencia sobre determinantes sociales y VIH, estrategias interinstitucionales para gestión y asistencia social, compromisos y acción de gobiernos municipales, y lo más importante que las niñas, los niños, adolescentes, jóvenes, mujeres y hombres, que nadie se quede atrás. Urge poner fin a las desigualdades, al estigma, la discriminación, la violencia contra las mujeres, la homofobia, la transfobia, la xenofobia, para poner fin al sida”.
El Día Mundial del Sida debe ser aprovechado, sin duda, para retomar los compromisos pactados tanto por los Estados como por la sociedad civil de mantener una respuesta sostenida y basada en evidencia para detener el VIH y revertir su impacto. Estos compromisos deben ser monitoreados a lo largo de todo el año para alcanzar las metas que necesitamos.
*Este artículo ha sido desarrollado en el marco del Curso de Corresponsales Clave 2021.
México 
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