Hace tres décadas la respuesta al sida y las organizaciones de base comunitaria vinculada al tema no contaban con un apoyo financiero y estrategias claras que dieran respuestas claras y oportunas a la prevención y atención de ITS, VIH y sida; los movimientos fueron iniciados por amigos para amigos que estaban muriendo por esta epidemia, por la falta de una atención integral.
El Colectivo Amigos contra el sida nació para visibilizar a las organizaciones que trabajan por el bienestar de las poblaciones que son afectadas por las ITS y el VIH.
CAS es una organización de base comunitaria gay, formada por Cesar Galindo Arandi, quien en 2005 invitó a un grupo de amigos, activistas en VIH, a conformar una asociación gay que trabajaría en la respuesta al VIH, debido a la ausencia en ese momento de respuesta organizada entre los hombres gay frente al VIH y débil presencia comunitaria en las mesas nacionales de discusión. Al principio, las actividades se concentraron en distribución de condones en discotecas, bares y otros lugares de confluencia de hombres gais del país; la publicación del Boletín: “Acá entre nos”, que salía semanalmente y se distribuía en discotecas de la ciudad; además, se daban charlas, conferencias y se trabajó fuertemente con otras personas y grupos gais para conformar la Red Nacional de la Diversidad Sexual.
El equipo de CAS también realizó fuerte abogacía para mejorar la atención y acceso a tratamientos en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social y apoyó la conformación de la Asociación de pacientes con VIH del IGSS, conocida como Asociación VIDA, a quienes apoyaron por mucho tiempo. Por otro lado participaron en las mesas organizadas por PASCA para conformar la Red Legal y Derechos Humanos que funciona hasta hoy, aunque CAS ya no participa activamente en esa iniciativa.
En una entrevista con Corresponsales Clave, César Galindo nos contó que CAS surgió como una organización pequeña, menos burocrática y más comunitaria. Desde el 2007, CAS ha hecho intervenciones de prevención del VIH con el apoyo del Fondo Mundial en casi todos los departamentos de Guatemala, incluyendo la ciudad capital. En la actualidad, están trabajando en Guatemala, Quetzaltenango, Jutiapa, Chiquimula y Santa Rosa.
“Fuimos los primeros en implementar el modelo de Mpowerment, que es la intervención conductual de prevención del VIH más importante y costo efectivo desarrollada a nivel internacional, que se basa en la construcción de comunidad a través de la implementación de espacios seguros y saludables para jóvenes gay y en el empoderamiento de los jóvenes a través de actividades sociales en las que participan, lejos de contextos que promueven el sexo compulsivo, consumo de drogas o alcohol. Este modelo está considerado como buena práctica por los Centros de Prevención y Control de Enfermedades de Atlanta CDC”, señaló Galindo.

CAS se ha ido adaptando a los cambios de la respuesta mundial del VIH y actualmente más que centros comunitarios, tienen clínicas comunitarias para diagnóstico y tratamiento de ITS y pruebas de VIH tanto comunitarias como a domicilio, experiencia que ha sistematizado.
En cuanto alcance, de los casi 300 servicios que en Guatemala realizan pruebas de VIH, CAS diagnostica el 25% de todos los casos en HSH. La estrategia principal, reconocida por ONUSIDA, aprovecha las redes sociales virtuales que usa la gente gay para contactarlos y ofrecerles los servicios de la clínica.
Entre los servicios que brinda CAS, también se ofrecen, una vez al año, pruebas especiales para diagnóstico de clamidia, gonorrea y hepatitis; se realiza diagnostico sindrómico de ITS y se ofrece tratamiento a todo el que lo requiera.
Un aspecto clave para el éxito de los servicios de la Clínica es el servicio de consejería orientado a hombres gais y la reducción de riesgo, con una atención amable, libre de estigma y discriminación.
El trabajo de CAS y el Fondo Mundial
“Buscar a los positivos, vincularlos a los servicios de atención y asegurar que inicien tratamiento antirretroviral y se adhieran a él”, es –en resumen- el trabajo que realiza la organización. Las clínicas para atender a la población tienen dos características particulares: el horario diferenciado de los servicios tradicionales, ofreciendo atención tarde, noche y fines de semana; y la incorporación de personas jóvenes que aportan nuevas ideas. En este momento el 90% del personal contratado por CAS son menores de 30 años.
A pesar de estar a la vanguardia, CAS debe superar algunos retos: “Hay que retomar los programas de desarrollo de la comunidad. Debe aumentarse la cobertura a zonas donde otros no llegan. Debe aumentarse el tamizaje, por lo que vamos a implementar estrategias nuevas para llegar a más personas. (…) CAS ha actualizado el manual de consejería incluyendo nuevas tecnologías de prevención para lograr que las personas conozcan más opciones para reducir riesgo de VIH. Además se considera que se debe llevar los servicios a aquellas personas que no irán a los servicios”, señaló Galindo.
E Centro Nacional de Epidemiologia reportó un aumento de la relación hombre – mujer de 1.6 en 2012 a 4 en 2016 para el departamento de Guatemala que, según nuestro entrevistado, se debe a los diagnósticos hechos en CAS y que respaldaría lo que muchos han señalado: que Guatemala tiene una epidemia masculina de VIH. “Debe aumentarse la oferta de servicios y brindar más opciones para que las personas accedan a ellos, libres de estigma y discriminación. Debemos lograr que pierdan el miedo a hacerse la prueba y que vean los beneficios del diagnóstico. Podemos llegar al fin de la epidemia, pero necesitamos aumentar el acceso a pruebas de VIH en la población más afectada. Además se debe aumentar el esfuerzo por vincular a servicios de tratamiento del VIH a las personas con diagnostico positivo”, insistió Galindo.
En Guatemala hay muchas estrategias y acciones que están beneficiando a las poblaciones; sin embargo, es preciso trabajar mucho en la sensibilización, monitoreo y una promoción más fuerte de los servicios existentes, ya que existen sectores que aún no están siendo intervenidos.
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