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Mosaico. Una vacuna segura e ineficaz

Esta semana el mundo se desayunó con los resultados preliminares del que era el  desarrollo más promisorio de una vacuna para el VIH, el Estudio Mosaico, que en la preparación para una fase tres concluyó que, aun cuando el prototipo de la vacuna es seguro, no ofrece eficacia para la prevención de VIH lo que obligó a suspender los estudios.

En más de cuarenta años de pandemia del sida, una de las respuesta más escurridizas ha sido el descubrimiento de una vacuna eficaz. Simultáneamente, en los últimos años hemos sido testigos de cómo se han desarrollado diversas vacunas para el COVID19 en tiempo récord. Esta situación no es reflejo de falta de interés en encontrar una solución en el terreno de la inmunizaciones, sino es el resultado de la complejidad misma del VIH.

Hoy contamos con intervenciones altamente eficaces para frenar la transmisión casi a cero, como por ejemplo el hecho que una persona con una carga viral indetectable no pueda transmitir el virus (U=U) y la Profilaxis Pre-Exposición o PrEP para el VIH. Los desafíos de asegurar un flujo constante de antirretrovirales en muchos países ponen en riesgo la noción de U=U y la lentísima adopción de la PrEP, hacen que nuestra región no pueda reducir el número de nuevas infecciones, según los datos reportados cada año.

Un vacuna para el VIH sería un punto de inflexión en la respuesta al sida, como también un tratamiento curativo, comparable con el tratamiento definitivo de las Hepatitis C. Aunque sabemos que la infección del VIH esta alimentada por las inequidades y desigualdades, tener nuevas herramientas son también cosas concretas por las que luchar.

El estudio Mosaico

Un régimen de vacuna contra el VIH en fase tres de investigación, probado entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres (HSH) y personas transgénero fue seguro, pero no proporcionó protección contra la adquisición del VIH, según determinó una junta independiente de supervisión de datos y seguridad (DSMB). El ensayo clínico de fase 3 HPX3002/HVTN 706, o «Mosaico», comenzó en 2019 y contó con la participación de 3.900 voluntarios de entre 18 y 60 años en Europa, Norteamérica y Sudamérica. Basándose en la recomendación del DSMB, el estudio se interrumpirá. Los participantes están siendo notificados de los hallazgos, y se planean análisis adicionales de los datos del estudio.

Janssen Vaccines & Prevention B.V., parte de Janssen Pharmaceutical Companies de Johnson & Johnson, patrocinó el estudio Mosaico con el apoyo financiero del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas (NIAID) de los Estados Unidos, parte de los Institutos Nacionales de Salud. El ensayo fue realizado por la Red de Ensayos Clínicos de Vacunas contra el VIH, financiada por el NIAID y con sede en el Centro de Investigación Oncológica Fred Hutchinson de Seattle. El Mando de Investigación y Desarrollo Médico del Ejército de EE.UU. proporcionó apoyo adicional al estudio.

La vacuna experimental fue desarrollada por Janssen. Se basaba en inmunógenos «mosaico» -componentes de la vacuna con elementos de múltiples subtipos del VIH- con el objetivo de inducir respuestas inmunitarias contra una amplia variedad de cepas globales del VIH. El régimen de la vacuna en investigación consistió en cuatro inyecciones a lo largo de un año de Ad26.Mos4.HIV. Esta vacuna candidata utiliza un virus frío común (adenovirus de serotipo 26, o Ad26) para administrar los inmunógenos de mosaico. Las dos últimas vacunaciones se acompañaron de una formulación bivalente (de dos componentes) de la proteína de la envoltura del VIH, que combina las proteínas de la envoltura gp140 del clado C y gp140 del mosaico, adyuvada con fosfato de aluminio para reforzar la respuesta inmunitaria. Todas las vacunaciones del estudio se completaron en octubre de 2022.

En su revisión programada de los datos, el DSMB determinó que no había problemas de seguridad con el régimen de la vacuna experimental. Sin embargo, el número de infecciones por el VIH fue equivalente entre los brazos de vacuna y placebo del estudio. Durante el ensayo clínico, a todos los participantes se les ofrecieron herramientas integrales de prevención del VIH, incluida la profilaxis preexposición (PPrE).  El personal del estudio se aseguró de que los participantes que contrajeran el VIH durante el ensayo recibieran rápidamente atención médica y tratamiento.

¿Por qué es tan difícil desarrollar una vacuna eficaz?

Hace un par de meses un artículo de los colegas de AIDSMAP, nos ayudan a comprender los desafíos para el desarrollo de estas vacunas.

Puntos clave:

  • Una vacuna preventiva debe entrenar al sistema inmunitario para detener el VIH antes de que pueda establecerse en el organismo.
  • La mayoría de las personas no pueden producir de forma natural una respuesta inmunitaria lo suficientemente fuerte como para neutralizar el virus.
  • A diferencia de otros virus, el VIH es un maestro del disfraz y consigue pasar desapercibido para el sistema inmunitario.
  • El VIH secuestra las células que deberían eliminar la infección y muta para desarrollar resistencia tanto a la inmunidad como a los fármacos.
  • El VIH es un virus muy poco común y contra el que es muy difícil vacunarse.

El VIH no suele producir una respuesta inmunitaria suficiente para detener o contener la infección. Esta es una de las razones por las que la infección por VIH dura toda la vida. Otros virus más típicos, como el de la gripe, sí lo hacen: estimulan una respuesta inmunitaria suficiente para eliminar el virus del organismo sin necesidad de utilizar medicamentos. Una vacuna que los imite puede hacer lo mismo.

Sabemos que es posible producir una respuesta suficientemente fuerte al VIH, porque unas pocas personas -los llamados «controladores de élite»- consiguen esta hazaña y pueden detener la replicación del VIH sin la ayuda de antirretrovirales. Sin embargo, la mayoría de la gente necesita una terapia de por vida para mantenerse bien.

Primero, el VIH se disfraza. Recubre sus proteínas de superficie -que son las que estimulan la respuesta inmunitaria principal- con una capa de moléculas de azúcar difusas que impiden que los anticuerpos del sistema inmunitario las reconozcan y las fijen. En segundo lugar, ningún componente individual del VIH es suficientemente estimulante para el sistema inmunitario. Las vacunas contra el VIH deben incluir en su interior diferentes secciones del virus que, combinadas, produzcan una respuesta inmunitaria lo suficientemente potente. Además, el VIH se reproduce rápida e imperfectamente. Esto significa que es muy variable genéticamente dentro de una población. Las vacunas tendrán que estimular una respuesta inmunitaria que reconozca una amplia variedad de cepas víricas diferentes.

También, es muy variable dentro de los individuos. Esto significa que puede volverse resistente, a menudo rápidamente, a las defensas inmunitarias creadas por una vacuna, del mismo modo que puede desarrollar resistencia a los medicamentos. Una vacuna tendría que crear una respuesta tan fuerte que cualquier virus que ya se haya introducido en el organismo pudiera ser neutralizado antes de que empiece a diversificarse. El VIH secuestra la respuesta inmunitaria celular del propio organismo y convierte las propias células T que dirigen esa respuesta en su caldo de cultivo, lo que significa que los tipos más básicos de vacunas, que utilizan versiones vivas pero debilitadas de la misma infección, podrían empeorar el VIH.

Y, por último, también es un retrovirus, lo que significa que incluso si se suprime mediante fármacos antirretrovirales o una respuesta inmunitaria inicial, se esconde en lo más profundo de nuestro ADN, donde es invisible para el sistema inmunitario: ésta es la otra razón por la que la infección por VIH dura toda la vida. En particular, es invisible para las células T supresoras (células CD8) que pueden eliminar las células infectadas por el virus. Quizá sea más un problema para curar el VIH que para evitar que se introduzca en nuestro ADN en primer lugar, pero las hipotéticas curas del VIH podrían basarse, al menos en parte, en una vacuna terapéutica que pueda neutralizar el VIH en cuanto salga de su escondite.

En conclusión, el desarrollo de una vacuna segura y eficaz para prevenir la infección por VIH, cómo también, acceder a un tratamiento curativo, es decir definitivo, se vuelven a alejar. Aun cuando los avances en el desarrollo de vacunas y tratamientos para infecciones severas ha avanzado, con nuevas tecnologías y medios, por ahora el VIH, maestro de los mil disfraces, que le permite evadir cualquier intento de evitar que se instale o abandone nuestros cuerpos. Hay otras líneas de investigación que avanzan, pero el estudio MOSAICO era sin duda una de los más prometedores.

Fuentes: National Institutes of Health (NIH), AIDSMAP y infectious Disease Special Edition

 

País: Internacional

Acerca del autor

Javier Hourcade Bellocq

Editor responsable de Corresponsales Clave y Representante Regional de América Latina y el Caribe | Argentina
Organización:International HIV/AIDS Alliance

Javier Hourcade Bellocq es el Editor Responsable de Corresponsales Clave y trabaja en VIH desde 1987. Fue uno de los fundadores y el primer Secretario Regional de la Red Latinoamericana de Personas Viviendo con VIH (RedLa+). Desde 2003, Javier trabajó para la International HIV/AIDS Alliance (Frontline AIDS), primero como Oficial de Programas Senior a cargo del programa de la Alianza en Ecuador, y desde 2005 como Representante Regional para América Latina y el Caribe. Javier es miembro de la Delegación de las Comunidades de la Junta del Fondo Mundial y fue Miembro de la Junta del Fondo Mundial entre 2006 y 2009. Está basado en Buenos Aires, Argentina.

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