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Mujeres con VIH sobresalen como lideresas en Nicaragua

En el marco del Día internacional de la Mujer en Nicaragua, las mujeres con VIH nos enseñan que ninguna situación adversa es más grande que sus ganas de perseguir sus sueños y lograr lo que se proponen.

Recibir un diagnóstico por VIH no es fácil para la mayoría de personas, para algunas es sentir que la vida ya no tiene sentido y que nunca volverás a vivir una vida normal; muchos asocian su diagnóstico a la muerte o a que sus sueños se verán truncados. Conocimos dos maravillosas mujeres líderes en Nicaragua que superaron el diagnóstico por VIH. Ellas son digno ejemplo de superación y valentía y forman parte de dos organizaciones que luchan por la defensa de las personas que viven con VIH en el país.

Maria Tereza Martinez es coordinadora en Nicaragua de la Comunidad Internacional de mujeres viviendo con VIH (ICW) y, a lo largo de 14 años, ha sido un ejemplo para las mujeres diagnosticadas en el país.

María Teresa, Coordinadora de ICW Nicaragua.

Martínez comentó a corresponsales clave como fue el impacto de su diagnóstico: “Fue la peor experiencia que pude haber vivido en el mejor momento de mi vida, mi embarazo se tornó gris, un gris que jamás olvidaré. Ese 4 de enero del 2007, la noticia la tomé como incrédula, hasta que por fin la cara de la doctora al darme el resultado positivo mostraba tristeza; todo se oscureció en aquellas cuatro paredes pensé que era el final de mi vida”.

En seguida, Martínez se vio expuesta a lo que significaba vivir con VIH en Nicaragua: “No fue fácil la discriminación hacia mi familia, sobre todo (a) mi madre y mi hija, la falta de apoyo por quienes debieron haberme apoyado, la impotencia de enfrentarme a un poder judicial analfabeto en el tema de derechos humanos de las personas con VIH”, dijo.

Sus logros

Pero a pesar del impacto que significó conocer que vivía con VIH, María Teresa siguió adelante: ‘‘llegue a bachillerarme, ver en la universidad a mi hija y que pronto mi hijo finalizará su primaria; lograr tener mi casa propia con mi trabajo, tener una pareja estable y con metas cumplidas”, son algunos de los logros que señaló Martínez.

La pertenencia a una organización de base y el trabajo por otras mujeres también destacan como parte de su labor: “En ICW Nicaragua creemos que con el ejemplo de superación de nosotras mismas, las mujeres se reponen más al diagnóstico y enfrentan más rápido esta condición de salud ya que somos madres, hermanas, hijas, amigas, consejeras, amas de casa, profesionales, en fin, la resistencia de la mujer es tan grande que a pesar del patriarcado sigue luchando día a día por salir adelante con el diagnóstico o sin él, enfrentándose a los obstáculos que se les imponen por ser mujer”.

Las desventajas en Nicaragua

Las mujeres de Nicaragua viven la falta de apoyo, la falta de trabajo, la violencia que se vive a diario; las violaciones y relaciones forzadas, que las exponen aún más a la infección por VIH u otras enfermedades, sin una institución que vele y garantice la vida y los derechos de las mujeres.

En ese contexto, María Teresa destacó: “La mujer es vida, es cambio, es innovación, es lucha, es ejemplo de aguante, (…) no es solo el 8 de marzo el día de la mujer, ni el 30 de mayo (día de la madre nicaragüense), es a diario que se debe respetar a la mujer y garantizar sus derechos, es hacer una sociedad igualitaria y no marcada por una fecha’’.

Mi motivación

Leticia Romero, Presidenta de ASONVIHSIDA.

Leticia Romero, presidenta de la Asociación de personas viviendo con VHI/sida, otra de las mujeres líderes a nivel de Nicaragua, contó: “Cuando me diagnosticaron estaba en una etapa sida, me atemorizaba el hecho de dejar solos a mis hijos, que aún estaban muy pequeños. Hoy doy gracias a Dios que me permitiera verlos crecer y recuperarme de la etapa en la que me encontraba”.

Romero encontró motivación en sus hijos y nos contó: “superé mi diagnóstico, hoy llevo viviendo 19 años con la afectación, me logré profesionalizar y trabajar desde la organización para responder a las necesidades que enfrentamos las mujeres con VIH, en cuanto al acceso a la salud, al mundo laboral, familiar e integrarnos en una comunidad”.

Un camino por recorrer

A pesar de los avances que ha tenido a nivel personal y profesional, Leticia es consciente que aún hay mucho trabajo por hacer: “Nuestra mayor lucha son las desigualdades que enfrentamos día a día, pero el cambio es posible a través del activismo colectivo, desde los espacios donde nos desarrollamos, que pensamos, que actuamos, esto generará un impacto en el futuro, un efecto dominó que beneficie a todo las personas, pero principalmente a nosotras, las mujeres, nosotras debemos promover la igualdad de género y el respeto en base a estos dos derechos podemos generar un cambio en la sociedad machista en la que vivimos”, dijo.

El rol de las mujeres dentro de la asociación

La asociación de personas viviendo con VIH/sida tiene 21 años de existencia y ha luchado por la promoción y protección de los derechos humanos de las personas que viven con VIH y sus familias, brindando acompañamiento en visitas domiciliares y hospitalarias, psicología y orientación en casos de asesoría legal, entre otras.

“Nosotras, desde la asociación de personas viviendo con VIH/sida (ASONVIHSIDA), practicamos la solidaridad, el respeto, el empoderamiento de las compañeras, porque nos identificamos con el resto de mujeres que son diagnosticadas, en caso que alguna de ellas necesite de apoyo, en especial por sufrir violencia, les brindamos acompañamiento por medio de otras compañeras; si son violentadas las referimos a la Asociación Proyecto Miriam que en coordinación con la asociación brindan asesoría psicológica y legal”, comentó Leticia.

Felicitamos a Maria Tereza Martinez y Leticia Romero por sus logros, por ser unas mujeres que han demostrado vencer las adversidades y salir adelante.