En medio de la actual crisis sanitaria debido a la COVID-19 todas las actividades relacionadas al mes del Orgullo Gay han tenido que reinventarse y las de Panamá no escapan a esta dura realidad; sin embargo a diferencia de otras ciudades donde los grupos, asociaciones y colectivos se unen para llevar un solo mensaje de unidad, en Panamá se mantiene la dispersión de las organizaciones que buscan el respeto de los derechos de las personas LGBTIQ.

as agrupaciones que existen actualmente en el país se han dividió en tres grupos con actividades virtuales en horarios que incluso se superponen, impidiendo la participación plena de las personas interesadas y brindando una imagen de poca articulación entre todos.
Las actividades convocadas por uno de los colectivos, el cual está conformado por 15 grupos y cuenta con el apoyo de la Defensoría del Pueblo y el PNUD, está llevando a cabo actividades virtuales por medio de las redes sociales donde cada fin de semana alojan una fiesta virtual con DJs internacionales y nacionales; también lanzaron el bloque #Resiste, que son conversatorios en vivo con las principales figuras del movimiento LGBTIQ, y el bloque #Protesta, que consiste de una cadena humana simbólica que quiere denunciar la violencia que viven los miembros de la comunidad LGBTIQ en Panamá. Y para el sábado 27 convocaron a una gran fiesta virtual a través de sus redes sociales.
Con 22 grupos y el apoyo de la Defensoría del Pueblo se articula el Word Pride Panamá, que a lo largo del mes ha realizado actividades virtuales con diferentes temas que pusieron en relevancia la ausencia de los DDHH que vive la población LGBTIQ+ en Panamá. Este grupo cerrará sus actividades con una trasmisión televisiva y presentación de artistas nacionales, activistas y transformistas según la información difundida a través de sus redes sociales.

De igual forma esta el grupo Convive el cual trabaja de la mano de la empresas en la búsqueda de mayor inclusión y respeto de los DDHH para los gays, lesbianas y personas trans en las empresas.
Panamá es un país muy conservador y con una fuerte influencia de la iglesia católica sobre las decisiones del gobierno; en la actualidad no cuenta con ningún tipo de Ley o norma que proteja a las personas de la comunidad LGBTIQ; para lograrlo, se requiere de la articulación de los movimientos y evitar trabajar como islas. Es necesario hacer un trabajo de incidencia política con temas como una Ley de no Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género o una Ley de Unión Civil de Parejas.
En un mes en el que debiera haber una unidad e ir de frente con un solo mensaje hacia los tomadores de decisiones. Los diversos grupos LGBTIQ deben superar las divisiones, los afanes de protagonismo e intereses personarles y acordar una agenda prioritaria que guíe el accionar por los derechos de las personas de la diversidad sexual.
La lucha por los derechos de las personas LGBTIQ no se acaba en junio, y es importante alentar la articulación hacia el futuro.
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