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Personas Trans, una población postergada

En el Día Mundial del sida, el equipo de corresponsales clave quiere poner la lupa sobre la participación significativa de las personas trans en la respuesta nacional y como el VIH se sigue ensañando con esta población, muy por encima de otras.

En ocasión del Día Mundial del sida, en nuestros países se organizarán muchos eventos virtuales y presenciales para recordarle al mundo que la pandemia del sida está lejos de haber terminado, muy necesario cuando toda la atención está puesta en la coyuntura, no menos grave, de la pandemia del COVID-19. Aun cuando más de 28 millones de personas con VIH reciben tratamiento antirretroviral, logran la indetectabilidad, que resulta en una excelente respuesta inmunológica y mejor calidad de vida, con el valor añadido que ya no transmiten el virus por ninguna vía (mientras se mantengan en supresión viral), persiste, luego de cuarenta años, altos niveles de estigma, discriminación y criminalización dirigidos en particular a las poblaciones clave. Las personas trans, independientemente del perfil de la epidemia siguen siendo las más afectadas por la violencia, la exclusión y la desigualdad.

Dos estudios permitieron la publicación de guías que consoliden la participación de las personas trans.

La organización mundial “GATE, Trans, Diversidad de Género e Intersexuales con Acciones de Incidencia Política” organizó un webinario este primero de diciembre junto con la Fundación Americana de Investigación en Sida (AmfAR, por sus siglas en inglés) dónde presentó un estudio y dos manuales que se encuentran disponibles en español (ver abajo) en el que participaron, en formato de panel, un líder trans de Uganda junto con representantes de los equipos comunitarios del Fondo Mundial y ONUSIDA.

Las personas trans en las Estrategias Nacionales sobre el sida

El eje de la reunión virtual y de las herramientas se centró en la participación de la personas trans en el desarrollo de los Planes Estratégicos Nacionales sobre Sida (PEN). Más y más, el Fondo Mundial promueve el desarrollo de la propuestas de financiamiento basadas en el Plan Estratégico Nacional de las enfermedades (sida, tuberculosis y malaria) con el fin de lograr un alineamiento con las prioridades e intervenciones locales, asegurando sinergias con otros donantes. Por ello, no solo sigue siendo importante que las personas trans participen en los Mecanismo de Coordinación de País (MCP), sino, tan o más importante, en el desarrollo de los Planes Nacionales.

Erika Castellanos presentó el trabajo de GATE.

La realidad global y regional es distinta. Aún persiste una pobre caracterización de la pandemia en relación con las poblaciones clave y, como hace veinte años, muchos países siguen agrupando Gais, Hombres que tienen Sexo con otros Hombres y Trans. La información estratégica es limitada y antigua, pocos países cuentan con estudios de información biológica y comportamental (IBBS, por sus sigla en Inglés), tallas poblacionales, incidencia y prevalencia. Esa información sesgada y extemporánea informa, “como evidencias válidas”, y determina el desarrollo de los planes. Esto lo sabe ONUSIDA, la OMS/OPS, el Fondo Mundial, PEPFAR y la comunidad internacional, pero poco se está haciendo para revertir este fenómeno y la información sobre la epidemia que se publica anualmente está basada en los reportes infundados de los países.

Las poblaciones postergadas e invisibles

Hay muchos países de gobiernos ultraconservadores, en particular todos aquellas basados en una fe o religión que no han descriminalizado el trabajo sexual, la orientación sexual y las identidades de género. En estos países, hacia afuera, estas poblaciones no existen, hacia dentro existen para ser sujeto de múltiples formas de violaciones de sus Derechos Humanos. En consecuencia, no son incluidas ni en los procesos ni en los datos ni en los resultados.

Como resultado de la investigación, GATE publica la Guía de mejores prácticas para  gobiernos sobre la participación de las personas trans en el desarrollo de Planes Estratégicos nacionales (PEN) y la Guía de mejores prácticas para activistas trans sobre la participación en el desarrollo de planes estratégicos nacionales.

En la Guía de activismos encontramos recomendaciones que nos parece oportuno resaltar:

  1. Entender cómo las personas trans no son abordadas por el PEN actualmente.
  2. Identificar y comprender los procesos clave para la participación en el desarrollo de PEN.
  3. Considerar formas de ampliar los enfoques colaborativos, participativos y basados en asociaciones.
  4. Abogar por la participación en la recopilación de datos.
  5. ¡No espere a que le inviten a participar, defienda la participación!
  6. Enviar solicitudes de revisión de PEN.
  7. Organizar consultas o diálogos comunitarios para la aportación al PEN.
  8. Colaborar con los gobiernos en la sensibilización y el desarrollo de la formación.
  9. ¡Haz que tu voz se escuche!

Rompiendo el circulo vicioso de la exclusión

La directora de programas de GATE, Erika Castellanos afirmó que el 50% de las organizaciones de personas trans en el mundo funcionan con un presupuesto de 10.000 dólares americanos al año o menos. Este dato muestra que es más funcional para los contextos fundamentalistas y anti-derechos tener a las organizaciones nacionales de base comunitarias severamente desfinanciadas. Esto no les permite amplificar una agenda inclusiva, en un contexto donde son la población clave de mayor exposición a la violencia. Las personas trans tienen trece veces más probabilidades de contraer el VIH comparado con las personas cisgénero y otras poblaciones clave.

La omisión de las personas trans en los PEN se traslada a propuestas nacionales para el Fondo Mundial y PEPFAR basadas en la invisibilidad de la población más afectada que no recibe recursos para implementar proyectos o las sumas son (y serán) irrisorias. Por ejemplo, sí un país presenta una talla poblacional, prevalencias y estudios IBBS anacrónicos y sesgados, a la hora de aplicar las fórmulas de asignación y priorización de recursos, la población trans recibe una cobertura que no responde a evidencias ni ciencia. De esos números peligrosos, se calculará el número de personas beneficiarias en un ciclo de financiamiento y la provisión de insumos como preservativos, lubricantes, pruebas y PrEP. Si las personas trans no gozan de los plenos derechos que el resto de la población o son víctimas de leyes punitivas y acciones de violencia sistémica, difícilmente pueden organizar y lograr una personaría jurídica que no sólo le permita gestionar el presente, sino construir un futuro fortalecidas.

Para romper estas dinámicas perniciosas debemos superar la simple retórica y los discursos políticamente correctos y acompañar la narrativa con acciones concretas. No vamos a terminar con la pandemia del sida sin un sostenido y significativo apoyo a las personas con VIH y las otras poblaciones clave. Hacemos un llamado a las agencias del sistema de Naciones Unidas y a las Instituciones Globales Sanitarias a corregir urgentemente el rumbo, para la participación significativa de las personas trans en los planes y la implementación de programas y proyectos.

Nota: GATE y AmfAR produjeron un video que sintetiza los hallazgos y recomendaciones por ahora disponible en Inglés que pueden ver en éste vínculo: https://youtu.be/_EZRAWIIJ7U

País: Internacional

Acerca del autor

Javier Hourcade Bellocq

Editor responsable de Corresponsales Clave y Representante Regional de América Latina y el Caribe | Argentina
Organización:International HIV/AIDS Alliance

Javier Hourcade Bellocq es el Editor Responsable de Corresponsales Clave y trabaja en VIH desde 1987. Fue uno de los fundadores y el primer Secretario Regional de la Red Latinoamericana de Personas Viviendo con VIH (RedLa+). Desde 2003, Javier trabajó para la International HIV/AIDS Alliance (Frontline AIDS), primero como Oficial de Programas Senior a cargo del programa de la Alianza en Ecuador, y desde 2005 como Representante Regional para América Latina y el Caribe. Javier es miembro de la Delegación de las Comunidades de la Junta del Fondo Mundial y fue Miembro de la Junta del Fondo Mundial entre 2006 y 2009. Está basado en Buenos Aires, Argentina.

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