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Perú cansado de los desabastecimientos

Mientras el Perú hace noticia en los medios internacionales por su sostenido crecimiento económico, sus continuos episodios de desabastecimientos de antirretrovirales ponen en riesgo la salud y la vida de centenares de personas que viven con VIH. Este mes, entre los anuncios de grandes ahorros en la adquisición de medicamentos para los hospitales de la Seguridad Social (EsSalud), se conocieron varias denuncias de desabastecimientos.

Desde inicios de año, el Grupo Impulsor de Vigilancia en el Abastecimiento de Antirretrovirales – GIVAR ha recibido denuncias sobre la interrupción de la provisión de medicamentos antirretrovirales en los hospitales del país. Hasta la fecha se han registrado 29 denuncias provenientes de hospitales de la Seguridad Social (24), del Ministerio de Salud (4) y de la Policía (1).

En las últimas semanas, la situación de desabastecimiento y consecuente interrupción de la provisión de antirretrovirales se ha visto agravada en la red hospitalaria de la Seguridad Social de la cual se han recibido denuncias, no solo en la ciudad de Lima, sino también en el Callao, Arequipa y Chiclayo. Los medicamentos más escasos son lamivudina y ritonavir; el primero presenta un desabastecimiento total, según ha confirmado la red de vigilancia de GIVAR y el segundo, luego de la interrupción se ha reanudado la provisión de manera fraccionada.

Las denuncias de desabastecimiento ensombrecen la noticia que diera la semana pasada Virginia Baffigo, Presidenta Ejecutiva de EsSalud, sobre el éxito de los procesos de adquisición centralizados que han permitido un ahorro de 55 millones de nuevos soles (aproximadamente 21 millones de dólares americanos) en el presente año  fiscal y han reducido las compras locales y los riesgos de corrupción.

 

Dra. Virginia Baffigo, Presidenta Ejecutiva de EsSalud

Baffigo señaló que los asegurados podrán ver el cambio en julio, que será cuando la institución estará en condiciones de atender oportunamente la demanda de los asegurados en todo el país.

Aunque solo faltan dos meses, julio parece muy lejano para las personas que viven con VIH y que requerían los medicamentos ayer, los continúan necesitando hoy, en abril, y les serán imprescindibles mañana, en mayo.  “Es preocupante que se anuncie como gran noticia la compra de medicamentos en julio, cuando existen pacientes que tienen condiciones crónicas de salud y cuya medicación no puede interrumpirse. Comprar medicamentos, no es lo mismo que comprar laptops para implementar oficinas. Las autoridades de EsSalud, deben entender que se trata de vidas que dependen de los fármacos», expresó Marlon Castillo, coordinador del GIVAR.

Ante esta situación, GIVAR ha emitido una nota de prensa para incidir en la opinión pública y a la vez ha  iniciado un proceso de denuncia ante la Fiscalía de Prevención del Delito, además de cursar comunicaciones a la Oficina de Defensoría del Asegurado, la Defensoría del Pueblo, el Ministerio de Trabajo y el Ministerio de Salud, adjuntado las recetas de los usuarios de los servicios de salud de la Seguridad Social que se han animado a denunciar el atropello de su derecho a la salud.

“No hemos descartado la posibilidad de realizar un plantón”, señaló Castillo; “pero estamos esperando la respuesta de las autoridades frente a las acciones que hemos realizado hasta el momento, las respuestas a las cartas que hemos enviado”.

Los episodios de desabastecimiento significan un peligro para la salud pública, deterioran la salud de las personas, generan resistencias y pueden causar la muerte. El Perú ha vivido episodios de desabastecimiento desde el inicio del Programa de Tratamiento antirretroviral, tanto en las redes hospitalarias de la Seguridad Social como en las del Ministerio de Salud y en las Sanidades de las Fuerzas Armadas y Policiales. Varios estudios han identificado los nudos críticos que deben atenderse para superar definitivamente los problemas en la estimación de necesidades, los procesos de adquisición y distribución de los medicamentos. Parece absurdo, entonces, que tantos años después, las personas que viven con VIH tengan que corretear buscando medicamentos prestados o donados de algunas ONG o acabar con sus reservas de emergencia porque el sistema continúa fallando.

Cabe resaltar, sin embargo, que se ha dado el primer paso: la denuncia sistemática de parte de los usuarios, y esto hará que el resto del sistema se mueva y responda a las demandas de la población. El rol de la sociedad civil queda claro en esta situación: vigilar y exigir el respeto de sus derechos.

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Corresponsales Clave

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