El Perú tiene una epidemia concentrada en hombres que tienen sexo con hombres (alrededor de 13%), mujeres trans (aproximadamente 30%) y trabajadores y trabajadoras sexuales (2.4%) y se estima que la prevalencia en adultos de población general se encuentra alrededor de 0.2%. Para muchos esta información ya es conocida y año tras año se suele repetir en los documentos oficiales. No existen datos actualizados que nos presenten el curso de la epidemia en los últimos dos años y esa, ha sido anotada por algunos actores que participaron de la presentación del informe como la principal debilidad de la respuesta: la ausencia de datos.
“Creo que el informe ha sido muy honesto en evidenciar las debilidades que como país tenemos en materia de información estratégica, lamentablemente son debilidades que se arrastran de informe a informe sin aparente visos de cambio, lo cual es preocupante, porque no podemos seguir reportando indicadores desactualizados que al final no sirven para una apropiada toma de decisiones”, comentó a Corresponsales Clave Pablo Anamaría, uno de los líderes del Movimiento de Personas que viven con VIH.
Avances y desafíos en la respuesta
Entre la información que sí se pudo reportar, el Perú ha dado pasos agigantados en la provisión de tratamiento. El informe oficial señala que alrededor de 33 mil personas reciben tratamiento antirretroviral y se han reducido significativamente los episodios de interrupción de la provisión de medicamentos, que solía ser una situación recurrente en el país. “Hay que destacar el trabajo conjunto entre Ministerio de Salud y Sociedad Civil para monitorear los problemas y hallarles solución”, comentó Pablo Anamaría al respecto.
En cuanto a prevención y promoción de la salud, Julio Gilvonio, representante de las poblaciones vulnerables en el Mecanismo Coordinador de País, comentó que con recursos del Fondo Mundial se está implementando un modelo de atención en ocho regiones del país que permitirá fortalecer a organizaciones de base comunitaria como actores principales para alcanzar a las poblaciones clave. Asimismo, señaló que se está invirtiendo en mejorar la calidad de vida de personas trans a través de becas de estudios que contribuyan a una adecuada inserción laboral y disminuyan algunas de las barreras sociales y económicas que impiden el ejercicio de derechos de esta población.
A pesar de estos avances, el estudio sobre la Inversión en SIDA, citado en la reunión y el informe, habría revelado que no se ha incrementado el presupuesto para atender a las poblaciones clave y que existen brechas significativas en el abordaje y el financiamiento para responder a la epidemia en estos grupos.
Sin embargo, aún no existen estudios completos y profundos en estas poblaciones que puedan, no solo servir de insumos para estos informes oficiales, sino también sustentar acciones en respuesta.
La construcción del Informe
Esta vez el proceso de construcción del informe fue muy distinto al de años anteriores en los que se organizaban múltiples talleres de consulta y una reunión final de validación, un proceso que era acompañado por un equipo de consultores, ONUSIDA y la Estrategia Sanitaria de Prevención y Control de ITS, VIH y SIDA. Es probable que esto obedezca a la limitación de recursos de parte de las Agencias Multilaterales, aunque el rol de ONUSIDA fue vital para sacar adelante este informe, tanto por su apoyo técnico como financiero.
A pesar de los recursos limitados, se intentó recoger, las impresiones de varios actores a través de entrevistas. Aunque Gilvonio señala que la participación fue reducida. “Hasta donde tengo información, se habrían entrevistado a algunos integrantes de las denominadas poblaciones vulnerables, a mí se me consulto sobre la disposición a ser entrevistado pero nunca se concretó la misma; pero no hemos tenido mayor participación”, comentó el representante de las poblaciones vulnerables.
La interpretación de Pablo Anamaría dirige la mirada a los cambios en la dinámica de la participación de la sociedad civil en los últimos años. “Me preocupa el silencio y la pasividad de una sociedad civil cada vez menos «vocal». Exceptuando algunos colectivos de vigilancia sobre tratamientos, en general las organizaciones de sociedad civil parecen más preocupadas por su sostenibilidad que por la sostenibilidad de la respuesta comunitaria que es la que ha obtenido los logros más importantes en materia de VIH/SIDA”, dijo.
El proceso de construcción del informe concluyó, los avances que ha tenido la respuesta al VIH se plasmaron en él y los retrocesos se analizaron poco. De cualquier manera, el análisis del rumbo que está tomando la epidemia y la respuesta fue débil.
Pero estamos a tiempo de aprovechar esta oportunidad, de tomar el impulso necesario para promover y ejecutar estudios que nos permitan conocer profundamente nuestra epidemia, exigir el financiamiento que la respuesta necesita y atender a las poblaciones más afectadas.
Volvamos sobre el informe, analicemos las brechas de información, rescatemos las acciones que mejores logros han dado y pongámonos a trabajar. ¡Estamos a tiempo!
Perú y su informe de avances en la respuesta al Sida
Este año, como se suele hacer cada dos años, Perú envió a las Naciones Unidas el Informe sobre los Avances en la Respuesta al Sida. Algunos adelantos se evidenciaron en él, sin embargo, la falta de datos actualizados o la mala calidad de los mismos, así como limitada participación de los diversos sectores, caracterizaron este informe.
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