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Sin un documento de consenso cierra la Comisión sobre Población y Desarrollo

A pesar de que el trabajo de la sesión de este año de la Comisión de Población y Desarrollo de las Naciones Unidas inició con una semana de anticipación enfocándose en la agenda de desarrollo posterior a 2015, no fue posible terminar con un documento de resolución negociado y acordado por los países miembros.

La sesión número 48 de la Comisión de Población y Desarrollo (CPD) de las Naciones Unidas, que se encarga de dar seguimiento a los acuerdos que firman los países en la materia, se desarrolló durante las dos primeras semanas de abril y eligió como tema de este año “Realizando el futuro que queremos. Integrando los asuntos de población en el desarrollo sustentable, incluyendo la agenda de desarrollo posterior a 2015”. La intención era enviar mensajes clave que retomen las lecciones aprendidas del proceso de evaluación operativa de los 20 años de implementación de la IV Conferencia sobre Población y Desarrollo de El Cairo.

La Comisión depende del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas y este año tuvo en la mesa a los siguientes países miembros: Irán, Serbia, El Salvador y Zambia, presididos por Bélgica.

Los trabajos iniciaron con una semana de anticipación y siguiendo el mismo procedimiento que la sesión de este año de la Comisión del Estatus de la Mujer (CSW), el principio fue sin las misiones de las capitales. Este procedimiento fue cuestionado en marzo porque dejaba de lado la participación de las organizaciones de la sociedad civil y de las personas expertas en los temas que se están discutiendo.

Sam Kutesa, Presidente de la Asamblea General. Captura de vídeo. UNTV

El trabajo de la CPD no inició con negociaciones sino con lecturas de los borradores de resolución preparados por la presidenta de la mesa. Las organizaciones que dan seguimiento a los trabajos de la comisión se mostraron optimistas por el trabajo iniciado y las lecturas eran ágiles y prometedoras. Después de dos semanas de discusiones provocadoras e intensas, el 17 de abril la presidencia presentó un documento bien balanceado que reflejaba las diversas posturas presentadas por los gobiernos durante las discusiones. Sin embargo, y para sorpresa de todos, lo retiró a menos de dos horas de haberlo presentado a las delegaciones y sin espacio para mayor discusión.

La metodología elegida por la presidenta durante este año limitó el espacio de negociación entre los países a un par de días, sin la construcción de equipos de países que preparasen un lenguaje alternativo. De esta forma, se dejaba de lado la historia de la CPD, que en 20 años ha producido documentos de resolución fuertes con sólidos consensos para el avance y el apoyo a la plena implementación del programa de acción de la Conferencia Internacional de El Cairo (ICPD, por sus siglas en inglés). Consensos que han sido posibles por la voluntad y buena fe de los gobiernos para negociar directamente entre ellos.

Las organizaciones de la sociedad civil que se enfocan en los derechos de las mujeres y que participan en el proceso extendieron un pronunciamiento llamando la atención sobre esta nueva forma de proceder en las sesiones de las comisiones. Hicieron un llamado a volver a priorizar las negociaciones entre los gobiernos para avanzar con acuerdos consensuados que permitan mejorar el marco de respeto a los derechos humanos.

Este año se están negociando los diferentes elementos de la nueva agenda de cooperación internacional, la llamada agenda de desarrollo posterior a 2015, que delineará las políticas globales para los próximos 15 años. Los gobiernos están caminando con pies de plomo para que las otras negociaciones no afecten el resultado, que podremos conocer en septiembre. Las organizaciones de la sociedad civil necesitamos involucrarnos en el proceso de definición global y vigilar el cumplimiento de los compromisos cuando regresen al nivel nacional.

Más información:
Sesión de la Comisión de Población y Desarrollo
Agenda de desarrollo posterior a 2015

Acerca del autor

Eugenia López Uribe

Eugenia López Uribe, es feminista y ha trabajado en derechos sexuales y reproductivos de mujeres y jóvenes en zonas rurales y urbano-marginadas por más de 20 años. Tiene una maestría en Estudios Políticos y Sociales por la UNAM. Ha trabajado en distintas instituciones del sector salud, organizaciones de la sociedad civil, la academia y agencias de cooperación internacional, fundadora del grupo de jóvenes a favor del aborto Decidir Coalición de Jóvenes por la Ciudadanía Sexual y del Comité Juvenil del Consejo de MEXFAM, la afiliada nacional de IPPF. Actualmente es la coordinadora general de la organización feminista Balance Promoción para el Desarrollo y Juventud. Es parte del Consejo de la red global Athena Network, asesora del Fondo de Acción Urgente de América Latina, parte del secretariado de lesbianas y mujeres bisexuales de ILGA LAC y parte del consejo de la Fundación Arcoiris por el Respeto a la Diversidad Sexual de México.

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