En el marco del proyecto “Costa Rica: Transitando hacia la sostenibilidad de la respuesta al VIH con financiamiento doméstico”, el 28 de setiembre se realizó un Conversatorio sobre PrEP al que llegaron aproximadamente 20 jóvenes gais y otros hombres que tienen sexo con hombres que mostraron mucho interés y con expectativas de recibir información sobre la profilaxis pre-exposición.
Estos espacios permiten derribar mitos que todavía existen alrededor del tema, facilitando la toma de mejores decisiones de manera informada. Así, se conversó acerca de los pros y contras de tomar PrEP en un contexto costarricense en el que la provisión de estos fármacos no se encuentra regulada para prevención.
La PrEP y su provisión a través del sistema público viene siendo analizado por el Ministerio de Salud, en conjunto con la Caja Costarricense de Seguridad Social y otras instancias como la Defensoría de los Habitantes desde hace algún tiempo; sobre todo en lo que respecta a su viabilidad, tanto técnica como financiera. Sin embargo, aún no existe una posición nacional al respecto.
Según Laura Sánchez, directora del proyecto VIH – CR, “ En el Proyecto VIH-CR, cuando se solicitó la subvención al Fondo Mundial se incluyó, en una sección denominada «Por encima del monto asignado», se expresó el interés del país de desarrollar un estudio costo-beneficio y un pilotaje para valorar la incorporación del PrEP en las estrategias nacionales”. Aunque no existen recursos para su implementación en el plazo inmediato.
Mario Bonilla, colaborador de la asociación, manifestó que “la principal traba es que el tema de VIH sigue estando lejos de ser prioritario en las agendas políticas, para muestra la reforma a la Ley de VIH. Ahora, hablando de la PrEP, se toca un tema de presupuesto y el estigma que ronda al VIH hace que este se postergue.”
¿Que sabemos sobre PrEP?
¿Qué componentes tiene la pastilla? ¿Cómo será su regulación en el país? ¿Este método sustituye al condón? ¿Cuáles son los efectos secundarios? La sesión intentó brindar respuesta a todas estas interrogantes, aunque no se tuvo profundizó en cómo acercarse a la provisión de esta herramienta prevención desde el sistema público.
Cabe mencionar que también se reforzó la importancia del uso correcto del condón acompañado de lubricante a base de agua.
En Costa Rica, según datos de ONUSIDA, entre 1990 y 2018, los casos nuevos de VIH por año se han duplicado, aunque en parte se debe a que hay mejores métodos de detección, también es una clara señal que la respuesta en cuanto a prevención no ha sido eficaz.
Para Bonilla: “Sumado a esto hay mucha desinformación en torno a la prep, encontrándose posiciones que apoyan su uso, mientras que otras lo consideran como innecesario o contraproducente, sin tener conocimientos de las situaciones de las poblaciones que son más afectadas y que se podrían ver beneficiadas con la PrEP”.
Desde la coordinación de Prevención y Control de VIH/sida y enfermedades de transmisión sexual de la Caja Costarricense del Seguro Social – CCSS, indican que aún no está normado el uso de PrEP, pero que “saldrá” en la próxima norma que regule la acción pública; pero no se sabe cuándo exactamente. En cuanto al sector privado, está pendiente una directiva de Casa Presidencial para hacer un protocolo nacional que tenga impacto en la medicina privada.
En este escenario es urgente reconocer e incorporar las estrategias de prevención, más allá del uso del condón, para que, de manera combinada, trabajemos en reducir la epidemia de VIH en Costa Rica y se mejore los servicios de salud.
También es imperativo que los servicios estén libres de estigma y que -más allá del diagnóstico y el tratamiento- las personas sean tomadas en cuenta y accedan a un ambiente seguro en el que puedan pedir consejos; para ello se requiere que los sistemas de salud brinden servicios de manera amigable, sin juzgar ni estigmatizar; asimismo, se requiere de campañas de información constantes y de buena educación sexual integral en las escuelas. Estas actividades permiten que las personas se sientan cómodas conozcan sus derechos y estén bien informadas y, desde las comunidades generar acciones. No existe una única fórmula para prevenir; responder al VIH requiere combinar, poner en marcha diferentes acciones preventivas, diagnósticas, de tratamiento y reducción de la vulnerabilidad.
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