Como hemos mencionado en otros artículos, las trabajadoras sexuales, los usuarios de drogas y las personas con antecedentes penales fueron proscriptos en la Conferencia Internacional de SIDA. Sin embargo, en una serie de manifestaciones y en una conferencia de prensa han denunciado la falta de legitimidad y rendición de cuentas de la IAS.
“Nosotros hemos advertido a la IAS sobre la restricción de ingreso a los Estados Unidos cuando aún se podía elegir otro país sede, pero no nos escucharon. Cuando les pedimos explicaciones no las dieron. Los coorganizadores de la sociedad civil nos respondieron que era un tema de la IAS y las autoridades de la IAS nos dijeron que era un problema del Comité Organizador de la conferencia”, dijo Kelli Dorsey de “Diferent Avenues”, organización de trabajadoras sexuales de los Estados Unidos.
“Es una vergüenza; el Dr. Katabira (Presidente de la IAS) se comprometió a mencionar a nuestras poblaciones y las restricciones de viaje. Nos mintió. Nosotros pedimos hablar en la ceremonia de apertura y nos respondieron que no, pero que en su lugar el presidente de la IAS hablaría de este tema en su discurso y no lo hizo”, denunció Allan Clear, Director Ejecutivo de la Coalición de Reducción de Daños.
“La organizaciones de la sociedad civil publicaron después de la Conferencia de Viena un informe sobre la composición de los delegados. Solo el 10% de los delegados eran hombres que tienen sexo con hombres, trabajadoras sexuales, trans y usuarios de drogas. La IAS debe rendir cuentas y sus socios comunitarios en la empresa de la conferencia también. Los organizadores deben asegurar la participación de la poblaciones clave en la conferencia”, agregó Dorsey.
No es novedad que la IAS no rinde cuentas y tampoco que cada vez más las organizaciones internacionales que integran el selecto grupo de socios coorganizadores enfrentan serias dificultades de legitimidad. La retórica empieza mucho antes de los discursos y con hipocresía se teje una red de mentiras, negociaciones y promesas incumplidas a puertas cerradas, para aquietar las aguas.
Cientos de trabajadoras sexuales se reunieron en Calcula y otros cientos de usuarios de drogas lo hicieron en Kiev, en eventos paralelos. No eran bienvenidos en la conferencia, en principio porque no eran bienvenidos en el país. Pero existen evidencias que aún dentro del país estarían en el programa. O como premio consuelo quedando relegadas para dar un poco del “folclore” que la conferencia requiere, pero limitado solo a la Aldea Global.
Es una vergüenza que se pretenda seguir discutiendo políticas y programas para las poblaciones más importantes en la respuesta al VIH y al SIDA sin ellas. Cada vez se hace un menor esfuerzo para asegurar la participación de la comunidad y cuidar las apariencias, todo es puro “formulismo” (o tokenism, como se dice en inglés). Guardemos un silla en la mesa para un mujer afrodescendiente, exusuaria de drogas, exdetenida, transexual, lesbiana, VIH positiva y con una pierna. Y habremos guardado las apariencias, facilitado la participación y siendo políticamente correctos. Hay dos cosas evidentes: todo esto no es solo la responsabilidad de la IAS y así no se podrá seguir por mucho más tiempo.
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