El pasado 20 y 21 de octubre, se llevó a cabo un encuentro entre organizaciones de la sociedad civil centroamericana. Comcavis Trans de El Salvador, Red LGBTIQ de Nicaragua, Gente Positiva de Guatemala y el CIPRODEH de Honduras atendieron a la convocatoria de Comunidad Casabierta, de Costa Rica, para diseñar y planificar una ruta migratoria segura para la comunidad LGTB en Centroamérica.

Casabierta es una iniciativa de trabajo de defensores de derechos humanos en procesos de asilo y refugio, asimismo crea espacios de integración para la población refugiada en Costa Rica y contribuye con factores de seguridad para la protección de los derechos humanos en la ruta migratoria y como este país de acogida.
El objetivo de la reunión fue contextualizar la realidad de las organizaciones participantes, actualizando la situación de violencia y los focos críticos de la problemática de derechos humanos de las personas LGTB en la región, identificando pistas para la creación de factores protectores al flujo migratorio de esta comunidad, sea desde iniciativas de país, o procesos de articulación regional, de acuerdo a las capacidades y realidades de las organizaciones participantes.
Desde las experiencias de países, Gabriel, un hombre trans de El Salvador, mencionó: “Nos encontramos ejecutando un proyecto piloto del ACNUR; a través de él se brinda asesoría legal para las personas LGTBI solicitantes de refugio que realizan un desplazamiento interno en el país.”
En el denominado triángulo norte –Guatemala, Honduras, El Salvador-, los crímenes y persecuciones a las personas LGBT han aumentado en lo que va del 2017; esta situación hace más intensa la búsqueda de países más amigables y respetuosos para poder salvar sus vidas, aunque se puede mencionar que si bien Costa Rica reconoce legalmente la protección internacional hacia las personas LGTB, aún hay barreras que se tiene que enfrentar, como el acceso a empleo, educación y salud. La situación impacta más cuando se es un hombre gay o una mujer trans que vive con VIH: la discriminación y desventajas son aún mayores.
Aldo Dávila, director de Gente positiva, dijo: “Estamos con una pequeña propuesta que permita que las personas que realizan una migración de tránsito o destino en Guatemala y sean VIH puedan tener un stocks de medicamentos (antirretrovirales) para que no abandonen la terapia. De igual forma queremos apoyar esta idea, no solo en el país, sino en toda la región para que estas personas que deciden migrar por diferentes razones tengan acceso a los antirretrovirales.”
Fortalecer estos espacios con empatía y solidaridad es una de las razones que impulsan a las organizaciones reunidas para el logro de los objetivos propuestos. Ahora más que nunca se debe abordar la migración desde las necesidades de las poblaciones, promoviendo mayor desarrollo en los países expulsores de las personas LGBT, reducir de la pobreza, el hambre, la violencia y el acceso a oportunidades.
Las organizaciones seguirán trabajando en un plan estratégico enfocado en acciones que atiendan de manera integral a las personas LGTB migrantes o solicitantes de refugio en la región y articularán esfuerzos con otras redes de apoyo; también se orientarán a mejorar las condiciones de vida en cada uno de los países centroamericanos y la integración de emprendimientos inclusivos.
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