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República Dominicana: Discriminación, estigmatización y abuso a la vuelta de la esquina

Tras la presentación de un proyecto de ley para establecer una zona de tolerancia o “zona rosa” donde podrían ejercer sin “aparentemente” ningún problema, las trabajadoras sexuales de la República Dominicana se enfrentan a la que podría ser su primera gran batalla por el reconocimiento de sus derechos. Por Vladimir Encarnación Jáquez.

“Hay muchas cosas que usted podría hacer para ayudarnos, pero no un proyecto como este que nos maltrata, nos perjudica”.
Trabajadora sexual miembro de MODEMU.

Tras la presentación de un proyecto de ley (ver artículos anteriores) para establecer una zona de tolerancia o “zona rosa” donde podrían ejercer sin “aparentemente” ningún problema, las trabajadoras sexuales de la República Dominicana se enfrentan a la que podría ser su primera gran batalla por el reconocimiento de sus derechos.

Dicho proyecto de ley ha levantado una oleada de especulaciones, debates, juicios de valor y, sobre todo, ha puesto en la palestra pública un tema nunca antes debatido en nuestro país.

El proyecto de ley presentado por la diputada Esther Mirelys Minyety y los diputados Juan José Morales y Eugenio Méndez, todos del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), se fundamenta en el reconocimiento del trabajo sexual como un “fenómeno” que tiene implicaciones de carácter psicológico, moral, económico y social. Considera además “que quienes se dedican a esta ‘práctica’ son generalmente jóvenes que han sido abusadas sexualmente en su niñez y otras que son marginadas social y económicamente, por lo que se ven en la necesidad de recurrir al trabajo sexual como forma de ganarse la vida” (frase textual del proyecto).

Elena Reynaga, coordinadora regional de la Red Latinoamericana y del Caribe de Mujeres Trabajadoras Sexuales (RedTraSex), quien se encuentra de visita en la República Dominicana, acudió acompañada de una comisión del Movimiento de Mujeres Unidas (MODEMU) encabezada por su directora ejecutiva, la regidora y trabajadora sexual Jacqueline Montero a una reunión con la diputada Esther Minyety, principal promotora de la iniciativa. El objetivo de la reunión era fijar la posición de RedTraSex y de MODEMU –única organización dominicana legalmente constituida de trabajadoras sexuales– sobre este proyecto.

MODEMU rechaza categóricamente la idea de tener una “zona rosa” y considera que la misma solo contribuiría a aumentar la desigualdad, el estigma y la discriminación hacia las trabajadoras sexuales, destacando que el proyecto se fundamenta en posiciones moralistas y excluyentes que buscan aislarlas y colocarlas en una posición de mayor desventaja.

Por su parte, la diputada Minyety defendió a capa y espada su iniciativa, a la que describió como “una oportunidad única” para las trabajadoras sexuales. “Deberían aprovecharlo, este proyecto es de beneficio para ustedes. Estoy pidiendo seguridad social para que puedan tener acceso a servicios. Recuerden que ustedes son parte de la sociedad pero no son toda la sociedad, ustedes quieren vivir de una forma y los demás de otra”, explicó.

Minyety considera que la zona de tolerancia permitiría evitar la violencia y los abusos hacia las trabajadoras sexuales, así como controlar la propagación del VIH y de otras infecciones de transmisión sexual (ITS) mediante un esfuerzo en conjunto con el Ministerio de Salud Pública.

El proyecto de ley contempla, además, el establecimiento de multas para aquellas trabajadoras sexuales que sean sorprendidas trabajando fuera de la zona establecida, lo que representa –a juicio de quien escribe– una total violación a los derechos humanos, al derecho al libre tránsito y, sobre todo, a la constitución de la República Dominicana. Ésta deja muy en claro que todo lo NO prohibido en ella es permisible, es decir que no existe asidero legal para criminalizar a una trabajadora sexual.

La reunión se desarrolló en un ambiente de cierta tensión debido a la continua insistencia de la diputada Minyety sobre los efectos positivos que tendría la aprobación de la ley en la vida de las trabajadoras sexuales, pese a la negativa, debidamente fundamentada, de las representantes de MODEMU y RedTraSex.

“Lo ideal sería que usted, antes de elaborar un proyecto (sobre todo uno como éste) escuche las necesidades de las compañeras trabajadoras sexuales. Tomemos el ejemplo de Uruguay, donde el trabajo sexual es reconocido como un trabajo. Esta es una oportunidad para que seamos reconocidas y nuestros derechos sean respetados como lo que somos: seres humanos que simplemente se dedican a una profesión, al igual que ustedes”, explicó Elena Reynaga.

Finalmente, ambas partes acordaron escucharse. MODEMU tendrá la responsabilidad de preparar una contrapropuesta para tratar de influenciar el presente proyecto de ley pese a que el mismo ya se encuentra en las comisiones de Género y Desarrollo Humano de la Cámara de Diputados de la República Dominicana.

Este debate pica y se extiende, y si en algo estoy de acuerdo con la diputada Esther Minyety, es que las trabajadoras sexuales deben aprovechar esta oportunidad; pero deben aprovecharla para exigir sus derechos demostrándole a la sociedad dominicana y al mundo que ellas no son “fenómenos” y, al igual que todos y todas, tienen derechos.

 

País: República Dominicana

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