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Reunión de la Coalición Internacional de Activistas en Tratamiento, una oportunidad para fortalecer la respuesta conjunta

Desde el 28 al 31 de agosto, los Miembros del Consejo y la Coordinación Regional de la Coalición Internacional de Activistas en Tratamiento (CIAT por sus siglas en inglés) están reunidos en Buenos Aires, en el marco del Taller de Pre Implementación del V Ciclo de Becas. ¿Cuáles son las metas de este encuentro?

“Los activistas debemos unirnos para que el acceso al tratamiento no quede sólo en datos”, asegura Alma de León, Coordinadora Regional de la Coalición Internacional de Activistas en Tratamiento (CIAT por sus siglas en inglés), en el marco del Taller de Pre- Implementación del V Ciclo de Becas, que se está desarrollando desde el sábado y hasta mañana en Buenos Aires, Argentina.

Los desafíos de este taller son muchos. Además de trabajar en las diez propuestas aprobadas (se recibieron 78 propuestas de diferentes países y se aprobaron las de Argentina, Colombia, Costa Rica, Brasil, Ecuador Paraguay, Chile, Perú, Salvador y Venezuela); el encuentro busca llegar más lejos. La agenda fue desarrollada con el propósito de cumplir con los objetivos de conocer más a fondo los mecanismos de la CIAT, compartir las propuestas realizadas por los distintos países, discutir acerca del acceso al tratamiento integral en VIH/SIDA, socializar los instrumentos utilizados para la preparación de informes narrativos, financieros y planes de monitoreo; entre otros.

“Este taller reúne mayores expectativas, se propone aumentar las oportunidades de los becarios, hacer incidencia en los países”, explica De León, que además asegura que, desde el comienzo del taller, los objetivos “se han venido cumpliendo y el taller se desarrolla con éxito”. Kurt Frieder, Coordinador Administrativo de la CIAT, coincide con ella: “Es la segunda vez que se realiza un taller de implementación y vemos el progreso. Este taller es más efectivo, es un aprendizaje, con más lecciones aprendidas y una mayor capacitación de los becarios”, sostiene.

El intercambio de experiencias y conocimientos para incidir en políticas públicas que garanticen el acceso al tratamiento desde la prevención y la atención es uno de los temas en los que se ha puesto especial énfasis. Para esto, explica Alma de León, se han identificado temas para incidir a nivel regional, como el acceso a la información, el seguimiento y veeduría del presupuesto específico en VIH/SIDA, el tener en cuenta las necesidades de cada país, promover y vigilar los servicios de salud sexual y reproductiva, dar seguimiento de las necesidades alimentarias y a las normativas nacionales sobre VIH, la vigilancia y las estrategias de comunicación a los medios.

Es que, según Alma de León, “el tema del Fondo Mundial pareciera tener adormecidos a algunos activistas”, lamenta. “Como activistas de escritorio, que están corriendo detrás de los indicadores, han descuidado las necesidades de sus países, los presupuestos. Falta lograr la sostenibilidad del tratamiento para cuando se retire el Fondo Mundial de nuestros países”, advierte.

Por su parte, Kurt Frieder, sostiene que la CIAT debe influir en el activismo a nivel regional: “Para eso existe, para incidir en las políticas públicas. Hay que definir bien sus objetivos a nivel regional y ampliar su membresía, para incidir en los países y en los donantes, para generar impacto”, opina. Alma de León destaca además la importancia de la inclusión de todas las poblaciones en los programas: “Deben contemplarse a las mujeres, a las trabajadoras sexuales, a los hombres que tienen sexo con hombres, a las poblaciones trans, entre otras. Debemos unirnos, no quedarnos en los datos”, insiste.

Queda a la vista que este taller no sólo es un espacio de pre implementación de propuestas ganadoras sino también un espacio para analizar la situación actual del acceso a tratamiento en la región, un espacio para poder fortalecer el activismo. Es cierto, la CIAT ha crecido, sin embargo, falta aún mucho por caminar.

Acerca del autor

Mirta Ruíz Díaz

Corresponsal Clave | Paraguay
Organización: Fundación Vencer

Mirta Ruiz Díaz es activista por los derechos humanos de las personas viviendo con VIH desde 1996 hoy Coordinadora General de ENLACE-Centro de Desarrollo Humano que trabaja por los derechos sexuales y reproductivos, prevencion y salud integral de adolescentes y jovenes. Desde 2009 representa a su país Paraguay en el Equipo de Corresponsales Clave.

Mirta es una reconocida activista en Paraguay, donde ha presentado numerosos trabajos y publicaciones, además de realizar importantes denuncias tanto a nivel nacional como internacional.

Por su trabajo en la Fundación Vencer, una organización paraguaya que trabaja por los derechos de las personas viviendo con VIH/SIDA, Mirta fue nominada al Premio Regional de Derechos Humanos de las Mujeres ante la Corporación Chilena La Morada y al premio Internacional de Dubai sobre Mejores Prácticas para mejorar las condiciones de vida, ante los Emiratos Árabes Unidos. También fue nominada al Premio Mi Héroe en 2006 y 2007 y recibió el Certificado de Honor en la Campaña de Información y Prevención del VIH/SIDA realizada durante el evento deportivo Copa América en Paraguay, logrando así el PREMIO de los derechos Humanos internacional PETER BENENSON.

1 Comentario

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  • Todo lo que está escrito abajo se viene denunciando hace mucho tiempo. Las cosas no pasan de un día para el otro.
    Ha y una denuncia ante la justicia contra Programa Nacional de SIDA, y el Estado argentino. Y dos pedidos de informes patrocinados por el CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales), que ha avanzado en este tema sin obtener respuesta al primero del 9 del 2010.Un informe es al Ministerio de Salud de la Nación y el otro al Ministerio de Salud de la ciudad autónoma de Buenos Aires.

    Es difícil pero no imposible que las cosas cambien pero la sociedad civil está fragmentada. Los objetivos, he ideología no son iguales en todos aunque “parezca que si”.

    A veces desde estos mismos espacios apoyan y abalan a los espacios denunciados.

    Pero también te encontras que al otro día estas mismas personas, grupos e instituciones están en otros espacios gritando “la salud no es un negocio, sino un derecho, ya”. Algo me parece que no está bien…

    Aquí no se trata de buenos y malos, sino del grado de responsabilidad.

    La naturalización está en todas las personas, ¿porque no pensar que dentro de estos espacios también puede estar pasando algo? ¿No es saludable la autocritica para quitar tal vez el polvo de determinadas situaciones que tal vez no estamos viendo? ¿O no se quieren ver? o no se pueden ver.

    La crítica de la vida cotidiana consiste en el análisis de las necesidades de los hombres en una organización determinada.
    ¿Para qué nos sirve? para orientar nuestra mirada, herramienta útil para el empoderamiento de nuestras vidas. Para poder desde una mirada crítica de la cotidianidad, develar los mecanismos por los cuales un sistema de relaciones configura sujetos aptos para sostenerse y desarrollarse.
    El intentar DEVELAR cuanto y como estas organizaciones sociales e instituciones promueven o no en los sujetos el aprendizaje, y por lo tanto la salud mental por ende física, o por el contrario si constituyen un obstáculo para la adaptación activa, transformadora de la realidad entre los sujetos y el mundo.

    La vida cotidiana es el transcurrir de nuestras vidas día tras día plagadas de acciones repetidas. Es lo que hacemos en forma más o menos organizada o no, todos los días. También la cotidianidad es la familia, los medios de comunicación, el tipo de comida que comemos, el transporte, la economía, la escuela, el hospital, etc.

    Si la vida cotidiana es una serie sucesiva de experiencias que provienen de acciones, lo que se instala es un mecanismo irreflexivo de la acción, que no es consciente. Entonces, a lo largo de un proceso, los hechos van siendo aceptados como parte de un todo conocido, como lo “que simplemente es”. Estos hechos repetidos, de todos los días van constituyéndose en algo que no requiere de una reflexión, que no tiene sentido cuestionar ni problematizar porque es así, es lo real. Nos acostumbramos.
    Esta calificación de lo cotidiano como autoevidente e incuestionable surge de un sistema social de representaciones o ideología que, en realidad, encubre lo cotidiano, lo distorsiona, y muestra todo esto cotidiano que vivimos día a día como la única forma de vida posible. Un ejemplo de lo cotidiano es la violencia, y como hemos ido transitando un proceso de “naturalización” perversa y casi monstruosa. Otro ejemplo son los lugares de “poder, de conocimiento, de toma de decisiones, siempre suelen estar las mismas personas” o cambian con otro que sigue su misma línea. Los roles están estereotipados, rigidizados (el mensaje sigue siendo el mismo) o cuando nos llega un mail donde alguien pide ayuda, lo leemos como otro mail mas y seguimos leyendo…O, por el contrario, también hay muchos ejemplos donde lo que no le es funcional al sistema lo aísla, lo ignora, lo tapa, se destruye, cuando en realidad los podríamos interpretar como formas de adaptación activa a la realidad, claro no funcionales al sistema.

    Cuanto de nuestra vida cotidiana nosotros la transcurrimos desde una familiaridad acrítica, por lo cercana, cuanto de todo aquello que creemos conocer en realidad desconocemos, en que marca de obviedades nos quieren hacer mover. Porque la familiaridad muchas veces nos impide la problematización de muchas situaciones, y por lo tanto nos obstaculiza la posibilidad de un conocimiento objetivo, científico. Es desde este proceso de “naturalización” de la vida cotidiana que se promueve la instalación en una familiaridad acrítica, de ni interrogarse.

    Hay tantas preguntas que muchas veces nos dejamos de hacer.

    Es cierto que existe una identidad nacional, una historia compartida; pero también es cierto que hay una enorme diversidad, una gran heterogeneidad de experiencias, de condiciones de vida, que en realidad desde estas concepciones dominantes se pretenden homogeneizar.

    ¿Cómo podemos realizar una crítica de la cotidianidad? realizando una ruptura con la familiaridad acrítica, con ese mito de lo obvio y lo natural. Esta interpelación a la familiaridad acrítica, que es lo mismo que hablar de una conciencia ingenua; nos pondrá en el camino de una actitud indagadora de las verdaderas leyes que rigen los diferentes procesos sociales que constituyen nuestra cotidianidad. Esta tal vez sea una de las maneras de generar espacios más saludables para todos.

    Gilda Colman