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Situación de la inmunización contra COVID-19 en la población en situación vulnerable de Colombia

Las organizaciones Centro de Pensamiento “Medicamentos, Información y Poder” de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), Oxfam Colombia, Médicos del Mundo y Vacunas para la gente Latinoamérica, realizaron un evento el 26 de octubre donde expusieron los resultados de dos estudios sobre la situación de la inmunización contra el COVID-19 en la población en situación vulnerable de Colombia.

Los informes se desarrollaron con objetivo de “identificar las barreras en la inmunización de la población en condición de vulnerabilidad, con el fin de promover el acceso equitativo a la vacunación en los países latinoamericanos, y de abogar por la justicia económica en la adquisición de vacunas COVID-19 en aquellos con ingresos medios y bajos”, mencionó Tatiana Orjuela, consultora internacional para la Organización Panamericana de Salud (OPS) e investigadora del Centro de Pensamiento Medicamentos, Información y Poder.

Para determinar la condición de vulnerabilidad se tomaron en cuenta los territorios con concentración étnica mayor al 50% de la población ( pueblos originarios y afrodescendientes), un índice de pobreza multidimensional mayor al 60%, mayor afectación territorial por COVID-19 y un porcentaje de vacunación menor al 50%. Además, se utilizaron datos del Ministerio de Salud y Protección Social, el Instituto Nacional de Salud, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), y bases de datos de la Universidad de Oxford.

Partiendo de esto, se publicó un informe donde se aborda el tema del diagnóstico en cuanto a la situación de inmunización para COVID-19 en Colombia, donde encontraron que, si bien el promedio nacional de vacunación es del 60 %, en territorios como Amazonas, Vaupés, Chocó o La Guajira, donde hay una sobre representación de población indígena y afro, aún tienen menos del 40% de esquemas completos de vacunación contra COVID-19, pese a que se trata de poblaciones priorizadas en el Plan Nacional de Vacunación.

Adicionalmente, los pueblos originarios y afrodescendientes representan el 4,4% y 9,34 % de la población colombiana, y tienen la letalidad más alta por COVID-19, con 3,19% y 3,24% respectivamente (la tasa general del país es de 2,54%). Esta situación demuestra las enormes brechas e inequidades en cuanto al acceso efectivo a la salud en este país.

Orjuela añade que “año y medio después de estar implementándose el Plan Nacional de Vacunación, un alto porcentaje de la población indígena y afro no ha podido acceder a las vacunas, de una pandemia que aún no acaba, y que hoy en día tiene alrededor de 6,2 millones de casos confirmados, por lo que es urgente buscar estrategias”.

Por otro lado, se realizó una aproximación cualitativa donde, por medio de 15 grupos focales que congregaron a 80 personas de comunidades indígenas zenú, embera, inga y uitoto; afro e incluso migrantes de Ipiales (Nariño), para escuchar sus historias de vida y entender un poco más por qué se han presentado dificultades en el acceso.

Entre los resultados se detectaron serias barreras por el traslado de las personas a los centros de salud “en lugar de las vacunas ir a la gente, la gente tuvo que ir a las vacunas” recalcó la ponente. Igualmente, se evidenció el miedo a la posibilidad de soledad en muerte debido a la dificultad para hacer rituales de despedida. Así mismo, estas poblaciones manifestaron incertidumbre frente a la vacuna que se manifestaba en la creencia de que el COVID-19 y su inmunización se trataba de un plan para acabar con la sobrepoblación en el mundo.

De los pueblos originarios, las vacunas fueron vistas como una imposición de la medicina occidental y una muestra de la “no escucha a los sabios” comentó Orjuela. Esta situación evidencia la desconexión del estado con las poblaciones que habitan sus territorios y la pugna entre creencias religiosas y la ciencia. Mientras que en los medios solo se contaban enfermos y muertos, las personas se pusieron en riesgo por el no dialogo.

Entre las recomendaciones, que tienen presente las respuestas sociales ante futuras crisis sanitarias, se prende la alarma ante la necesidad de abrir canales de dialogo entre las comunidades y el sector salud, que tomen en cuenta la cosmovisión de los pueblos originarios y que se propongan medidas que contemplen al medio ambiente y a los animales.

Igualmente, los especialistas proponen establecer sistemas de información, monitoreo y divulgación sobre coberturas, precios, estatus de solicitudes de patentes y disponibilidad. Distribución de medicamentos y vacunas para todo el territorio nacional.

Al final de la exposición la profesora Claudia Vaca, directora del Centro de Pensamiento Medicamentos, Información y Poder, menciona que “si no visibilizamos las profundas inequidades en el acceso a la vacunación en el país, es casi imposible hablar del éxito de los planes planteados; además, es fundamental combatir las noticias falsas y la forma como se transmite la información, ya que esta va más rápido que el mismo virus, y puede ser letal si no es rigurosa y responsable”.

Estudios como estos son necesarios en todos los países de la América Latina donde se puedan observar las particularidades de cada grupo vulnerable según la geografía regional.

Acerca del autor

Constanza Armas

Psicóloga | Argentina
Organización:

Soy venezolana, migrante, feminista. Creo que la participación en los temas públicos de la sociedad civil organizada son la clave para una democracia verdadera. Creo en la libertad, por eso soy activista por los derechos humanos. Creo que todxs merecemos ser nombradxs, por eso intento tener mirada de género. Soy una indignada por los crímenes de lesa humanidad que ocurren desde hace años en Venezuela. Desde estos lugares escribo.

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