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Sociedad civil exige licencia obligatoria para atazanavir en Perú

Organizaciones de la sociedad civil y representantes de instituciones gubernamentales del Perú se reunieron en Lima para discutir la importancia de avanzar hacia una licencia obligatoria para atazanavir que permitiría al país un ahorro de 7 millones de dólares al año, lo suficiente para duplicar el número de personas en tratamiento.

En el Perú alrededor de 26 mil personas que viven con VIH reciben tratamiento antirretroviral. El tratamiento es provisto de manera gratuita y el costo de los medicamentos es asumido por las entidades del Estado, sea la Seguridad Social, las Sanidades de las Fuerzas Armadas y Policiales o el Ministerio de Salud.
Conforme pasan los años, cada vez más personas requieren un tratamiento de segunda línea que, en términos generales, es más costoso que el de primera. El incremento de la inversión no es despreciable, sobre todo si se requieren medicamentos que están en situación de monopolio.
El monopolio de atazanavir
El caso de atazanavir y los esfuerzos económicos que hace el país para proveerlo a toda la población que lo requiere llamaron la atención de algunas organizaciones de sociedad civil, entre ellas Acción Internacional para la Salud (AIS) y la Red Peruana por una Globalización con Equidad (RedGE), quienes organizaron el Simposium “Propiedad Intelectual y Acceso a Medicamentos”, que también contó con la participación de  Public Citizen.
El atazanavir es un medicamento antirretroviral que en el Perú se utiliza para el tratamiento de VIH como parte de un esquema de segunda línea, es decir, cuando otros medicamentos han fallado su acción o el virus ha hecho resistencia a otras drogas. De acuerdo al Comité de Expertos en Atención Integral del adulto con VIH/SIDA, “atazanavir es el medicamento de preferencia en esquemas de rescate, (…) con opinión favorable para mantener su uso”.
Así, en los últimos años, se ha incrementado significativamente el uso de atazanavir en el país. El Perú pasó de comprar 113 mil tabletas en el año 2011, a adquirir cerca de 937 mil tabletas en el 2014 por un total de 27.3 millones de soles (alrededor de 9.75 millones de dólares americanos).
De acuerdo a la información presentada por Javier Llamoza, de AIS, este medicamento «secuestra» entre el 52 y 53 por cierto del presupuesto total de antirretrovirales. Es decir, en un solo medicamento, el país invierte más que en todos los otros medicamentos juntos. Cabe señalar que este medicamento es utilizado por menos del 10% de las personas que reciben tratamiento antirretroviral.
Esta situación obedece a una distorsión del mercado provocada por una patente otorgada al bisulfato de atazanavir, lo que impide el ingreso al país de versiones genéricas y le otorga a Bristol Myers Squibb (BMS) el monopolio hasta el 2018 y la posibilidad de establecer los precios que les son más rentables.
El acceso universal que se escapa de las manos
Aún cuando el Perú ha tenido un extraordinario crecimiento macroeconómico en los últimos años, una significativa proporción de la población no tiene acceso a atención en salud ni a los medicamentos que requiere. Y es que no se invierte lo suficiente. Uno de los datos más saltantes de la baja inversión en salud es que esta solo llega al 5.1% del producto bruto interno.
Por otro lado, con la nueva distribución y descentralización de las funciones para la ejecución de recursos, algunos gobiernos regionales no están utilizando el dinero que les fue asignados.
“No estamos invirtiendo lo suficiente; lo poco que invertimos, no lo estamos gastando y lo que gastamos, lo gastamos mal”, comentó Llamoza en su presentación, al referirse a la situación de la inversión en medicamentos y al sobrecosto de atazanavir.
En el caso específico de la atención en VIH, aún varios de los medicamentos requeridos para el tratamiento de infecciones oportunistas, entre otros, no son cubiertos por los establecimientos de salud y el costo debe ser asumido por el bolsillo de los usuarios y usuarias, afectando significativamente la economía familiar de miles de personas.
Licencia obligatoria, ¿por qué?
Una versión genérica de atazanavir, producida con la misma tecnología de BMS por un laboratorio de la India, está disponible en el vecino país de Bolivia, donde no hay patente, a 0.5 dólares la tableta. Teniendo como referencia el precio pagado por ese país, el Perú podría haber ahorrado en las compras que realizó entre enero y junio de 2014, más de 9.3 millones de dólares.

Peter Maybarduk, Public Citizen
Peter Maybarduk, Public Citizen.
Este ahorro podría servir para fortalecer las estrategias de testeo en el primer nivel de atención, garantizar el acceso a medicamentos para infecciones oportunistas, desarrollar un sistema de información eficiente que permita eliminar los episodios de desabastecimientos; adquirir preservativos, que tanto escasean en los servicios de salud y un largo etcétera de temas pendientes de atender en la respuesta al Sida.
Por su parte BMS ha hecho caso omiso a las múltiples comunicaciones que se han cursado solicitándole que otorgue una licencia voluntaria para uso no comercial del producto atazanavir y no ha mostrado ninguna voluntad en reducir el precio del mismo.
En este contexto, la licencia obligatoria se presenta como el mejor camino a seguir. “No se trata de si lo podemos hacer o no; se trata de cómo lo vamos a hacer”, dijo Peter Maybarduk, de Public Citizen, invitado a este simposium.
La licencia obligatoria es un derecho que tiene el país, así lo expresa la Declaracion de Doha relativa al acuerdo sobre los ADPIC y la salud pública: «5-b) Cada Miembro tiene el derecho de conceder licencias obligatorias y la libertad de determinar las bases sobre las cuales se conceden tales licencias”.
¿Cómo?

Maybarduk, quien ha acompañado a Ecuador y Colombia en procesos similares, comentó que luego de estudiar la legislación y las normas peruanas, solo se requiere un Decreto Supremo, lo que en otros países se conoce como Decreto Presidencial.
Voluntad política, parece ser el ingrediente más importante para otorgar la licencia obligatoria.
Garantizando el acceso hacia el futuro
Es previsible que en los próximos años el uso de medicamentos de segunda línea se incremente de manera significativa y el Perú deba invertir recursos adicionales para cubrir las necesidades de tratamiento de su población. La licencia obligatoria es una herramienta legítima que puede usar el país y que le permitiría invertir los pocos recursos que tiene de mejor manera.
“Más de 1500 personas mueren anualmente por causas relacionadas al VIH en el Perú y no lo podemos seguir permitiendo”, llamó la atención Guiselly Flores, quien llevó la voz de las personas que viven con VIH. “No existe argumento ético ni moral para priorizar el negocio frente al derecho a la vida. (…) Se podría ampliar el acceso a antirretrovirales”, añadió.
Algunos pocos organismos del Estado mostraron claro interés en ahondar la discusión sobre una licencia obligatoria, es necesario aunar esfuerzos por el bien de las personas que viven con VIH, usando todas las herramientas que tenemos en nuestras manos.

País: Perú

Acerca del autor

Lídice López Tocón

VIH y Derechos Humanos | Perú
Organización: Corresponsales Clave

Licenciada en Psicología Social y con una fuerte vocación de comunicar la situación de la respuesta al VIH y en derechos humanos de las personas más marginalizadas en América Latina y el Caribe.

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