Numerosas son las denuncias y los pronunciamientos que han salido a flote debido a las deficiencias presentes en el país andino en todas las áreas de desarrollo, entre ellas, la salud, y por supuesto el VIH no queda exento. Son incontables las fallas en la respuesta a la epidemia que van desde los altos costos de los condones, pasando por el desabastecimiento de reactivos, insumos médicos y medicinas, hasta leyes y políticas públicas que impiden la recepción de fondos a las ONG.
Los altos costos asociados a la salud
En incontables ocasiones Venezuela ha resaltado en el mundo por su “salud gratuita”, pero lo cierto es que muy pocos de los medios que difunden la realidad. Venezuela afronta un desabastecimiento del 80% de medicamentos según la Federación Farmacéutica de Venezuela.
Este desabastecimiento es producto de los controles económicos en el país, que han desmantelado la producción nacional; por ello, desde 1998 la importación de productos farmacéuticos ha incrementado en más de un 240%, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas.
La fijación de precios en Venezuela ha cambiado el modelo del libre mercado, pero esto, lejos de contribuir a la producción local, ocasionó que farmacias quiebren porque se vieron obligadas a colocar precios muy por debajo del mercado; asimismo, el control de divisas frena la adquisición de medicinas y perjudica a un país altamente dependiente de la importación, ademas de la deuda millonaria que aún tiene el gobierno venezolano con el sector farmacéutico.
Los controles económicos han llevado a la escasez y al desabastecimiento de productos en todos los rubros, entre ellos los insumos médicos, esto trajo como consecuencia el incremento de los precios, pues todo producto escaso tiende a aumentar su valor en el mercado formal y mucho más en el informal; por ello, un examen de CD4 y Carga Viral en el mercado privado alcanza un costo equivalente a más de un sueldo mínimo mensual; lo mismo ocurre con los condones masculinos, si una persona desea disponer de al menos un condón diario necesitaría invertir casi todo su sueldo.
Escasez en el sector público
Tal como lo he reseñado en artículos anteriores y como lo han evidenciado los recientes pronunciamientos de la Red Venezolana de Gente Positiva y de la Liga Merideña en Respuesta al VIH, en los programas de atención de las personas con VIH y demás centros de salud públicos no hay reactivos para pruebas de anticuerpos contra el VIH, Western Blot, CD4/CD8, Carga Viral, serología completa; tampoco para la detección de toxoplasmosis, citomegalovirus, hepatitis; es decir, estamos hablando que los chequeos de rutina de las personas con VIH se están dando sin siquiera tener la consciencia de los valores de CD4 y carga viral, lo que significa que no se está determinando de forma fehaciente el fracaso o el éxito del tratamiento, ni se puede determinar el inicio del mismo por la ausencia de estas pruebas especializadas, a las cuales sólo se puede acceder a través del sector privado con sus costos absolutamente inaccesibles, porque, insisto, ni un sueldo mínimo completo alcanza para costearlas. Las recomendaciones nacionales e internacionales para el suministro y monitoreo del tratamiento antirretroviral no se están cumpliendo en Venezuela.

Tampoco hay insumos básicos como: ácido fólico, ibuprofeno, aspirina, antibióticos, y hasta se han reportado la ausencia de guantes y demás utensilios de bioseguridad.
Las madres con VIH no pueden conseguir, ni en el sector privado, las fórmulas lácteas, lo cual es de esperar ya que los en general los venezolanos tienen que hacer colas de más de 6 horas para poder comprar leche completa en los supermercados, o comprarla en el mercado informal, a 700% de su precio “regulado”.
Y si pensamos que esto es preocupante, es necesario enfatizar que sólo hay antirretrovirales en existencia hasta el mes de junio, porque el gobierno de Venezuela no ha emitido la compra de antirretrovirales al Fondo Estratégico de Medicamentos (FEM) de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y cabe destacar que en Venezuela sólo se puede acceder a los ARV a través del sector público. Las personas con VIH estamos a merced de la administración pública, que puede sonar a «crónicas de una muerte anunciada”.
ONG desfinanciadas

Son las nuevas normas las responsables de que hoy las ONG estén trabajando con las uñas, puesto que el ejecutivo nacional eliminó los fondos de responsabilidad social de los entes públicos. No hay fondos para la respuesta al VIH, los aportes de las alcaldías, universidades e iniciativa privada cada vez son más reducidos; por otro lado, el Estado ha prohibido el financiamiento internacional a organizaciones con perfil político, los controles de cambios de divisas imposibilitan la recepción “legal” de financiamiento internacional. ¿Cómo trabajamos las ONG entonces? Realmente es un dilema y todo esto ha puesto a prueba la creatividad venezolana para desarrollar mecanismos para recibir divisas de manera legal.
Este es el panorama de Venezuela, confuso, sin claridad, a ciegas en el camino de la respuesta al VIH. Esto ha mantenido al país alejado de los procesos regionales y de las flamantes metas internacionales, Venezuela no está en capacidad siquiera de solventar las falencias históricas de la epidemia mucho menos de cumplir con las acciones aceleradas que plantea ONUSIDA.
El “no hay” se ha convertido en nuestra realidad, intentamos ser optimistas frente a ello pero es bastante complejo.
La difusión de la información a nivel regional e internacional es de mucha importancia para ayudar a Venezuela en estos momentos, intentando donaciones de medicamentos e insumos para cubrir, siquiera en lo más básico, la atención a personas con VIH.
Pueden seguir el trabajo desde dentro a través de @CorresponsalVIH y @ACCSI_VIHSIDA
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