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Un Día de la Mujer diferente para cada una

Este 8 de marzo se conmemoró el Día Internacional de la Mujer. En todo el mundo, las mujeres tuvieron sus propias actividades de reivindicación de sus derechos humanos ante las diversas violaciones y desigualdades que se han agudizado en la pandemia por COVID-19, pero este día no es igual para todas.

El equipo de Corresponsables Claves, con apoyo de la Asociación por la Vida (ASOVIDA), en el Estado Mérida (Venezuela), conversó con María Rojas sobre su mirada como mujer con VIH en este Día Internacional de la Mujer.

Con mucha reserva, María nos recibió en su humilde casa ubicada en el municipio Libertador del Estado Mérida; ella tiene 61 años, nacida en Bucaramanga (Colombia), nacionalizada en Venezuela, bachiller, trabajadora. Con una pausada voz cuenta parte de su vida: madre de una hija que migró forzosamente del país, desde 2009 está en el Programa Regional VIH del Estado Mérida.

Personas de 17 organizaciones de Mérida se congregaron en la plaza Bolívar de la ciudad para visibilizar lo que perjudica a las mujeres en Venezuela. Foto: https://noticierovenezuela.com/

Maria nos pidió cambiar su nombre para “no tener ningún problema”, lo que evidencia la necesidad de seguir con el trabajo de empoderar a las mujeres, cualquiera que sea su situación de vulnerabilidad de sus derechos para hacerse visibles, y construir un mundo seguro, en el que puedan sentirse libres para contar sus vivencias y poder denunciar sin miedos ni represalias.

Ella nos contó que antes de conocer su diagnóstico, nunca se había hecho la prueba de despistaje para VIH; sino que por una operación que debió hacerse, supo que vivía con VIH. Desde ese día, “mi vida cambio mucho”.

María recordó: “pasaron tres años del diagnóstico sin decirle a mi familia de mi condición de salud, nunca recibí consejería en el Programa Regional de VIH, solo la tuve con la gente de ASOVIDA que me ayudó para asumir mi situación. Me decidí contarle a mi hermana que tenía VIH y todos se enteraron por ella en mi familia. He sufrido discriminación por parte de mi familia”.

Y la discriminación se extendió al ámbito laboral: “hicieron las pruebas de control médico, nunca nos dijeron que nos iban a hacer la prueba del VIH. Nos la hicieron a todos. Cuando tuvieron los resultados, vieron que vivía con VIH, así que me despidieron al día siguiente. La inspectoría de trabajo nunca me defendió como mujer despedida de su trabajo, mucho menos por ser una persona con VIH”, contó.

Con la situación de emergencia compleja en Venezuela, estos últimos años han sido difíciles, “mi hija se fue de Venezuela a otro país muy lejos, con otro idioma; desde allá me ayuda para poder comer y para mis gastos; pero cada día se hace más difícil con este gobierno. Cuando los medicamentos para el VIH en Mérida empezaron a escasear, me puse muy desesperada, temía por mi vida, pero ASOVIDA me dio información de Aids Healthcare Foundation (AHF), es una organización que está en Cúcuta, Colombia”; añadió sobre los desafíos que debió pasar para mantener su tratamiento.

El Estado venezolano no protege ni garantiza los derechos humanos de las mujeres. Foto: Rita Coello.

Venezuela, desde 2017 presenta desabastecimiento de los medicamentos para VIH u otros insumos para la atención de las personas con VIH. Según una declaración de Alberto Nieves, activista de Acción Ciudadana Contra el sida (ACCSI): «Las mayores consecuencias de esta crisis para los ciudadanos con VIH son la muerte, el deterioro progresivo de la salud, el hambre, la privación de atención sanitaria y tratamiento contra el VIH, la discriminación, emigración masiva y xenofobia».

Maria insistió: “no me voy a dejar morir por eso, así que me fui pasando las trochas a AHF en Cúcuta, el viaje largo y humillante para cualquier venezolana. En una parte nos pararon, preguntando para dónde íbamos y a qué; cuando le comente que iba a buscar mis medicamentos (para el) VIH, el efectivo de la Guardia Nacional Bolivariana me dijo en voz alta: ‘usted tiene sida’. Me dio mucha pena, pero le dije, ‘si y qué’. No dijo más nada y me dejó seguir mi viaje para buscar mis medicamentos. Antes de la pandemia fui a mi control, me hicieron los exámenes y control médico. Qué bello es allá, me sentía como en una clínica, me trataron con amor y dignidad. Todos son muy amables. En un día me hicieron todo. Todo lo contrario, de lo que pasamos las personas con VIH acá, en Mérida”.

María culminó su conversa más fluida y en más confianza con Corresponsales Clave: “las mujeres debemos protegernos para no infectarnos con VIH (…); lo que nos debe importar es que somos mujeres con derechos humanos que debemos exigir en todos lados; pero también colaborar con las organizaciones que promueven la lucha por nuestros derechos. Acá agradezco la ayuda y defensa que hemos tenido desde ASOVIDA u otras organizaciones en Mérida que nos defienden de las cosas que no deben pasar en el Programa Regional VIH, en las consultas, en la falta de medicamentos, en la atención en el hospital, etc.”

Para este 8 de marzo, las diversas organizaciones de trabajo por las mujeres en Mérida organizaron una misa, un acto con el gobernador para entregar algunos reconocimientos, un acto público en la plaza Bolívar con diversas pancartas para protestar por los últimos feminicidios, entre otras actividades.

A pesar de que hoy era el comienzo de la semana de restricción social por la cuarentena por el COVID19, decretado por el gobierno nacional, las mujeres acordaron hacer su acto para que nadie les quite la conmemoración del Día Internacional de la Mujer. Las organizaciones de mujeres igual que María Rojas quieren visibilizarse con dignidad y con derechos frente a las diversas situaciones adversas que viven en Venezuela.

“Miré, este día hay muchas actividades y discursos para las mujeres, pero siendo una mujer con VIH la cosa es distinta. El día de la mujer no es igual para todas las mujeres”, finalizó.

Acerca del autor

Walter Trejo Urquiola

Politólogo / Educador para la Paz | Venezuela
Organización: Cátedra de la Paz / Universidad de Los Andes

Politólogo, Educador para la Paz, Venezolano, Merideño, Ciudadano del Mundo, Ciberactivista por la Paz, Coach en Educación para la Paz (IIPE, 2013) Coordinador General Cátedra de la Paz y Derechos Humanos Mons. Oscar A. Romero adscrita a la Dirección de Cultura de la Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela.

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