La atención en VIH y el tratamiento antirretroviral se entrega en casi 100 establecimientos de salud a nivel nacional; sin embargo, en algunos territorios, los establecimientos están ubicados en las capitales regionales y ello obliga a que las personas afectadas por el VIH que viven en zonas alejadas incurran en fuertes gastos para trasladarse y cubrir la alimentación del día que usan para su atención. Como resultado, muchas veces las personas llegan a los hospitales en fase sida y en algunas graves situaciones solo para recibir los últimos cuidados paliativos, debido al deterioro avanzado de su salud.

Para afianzar la descentralización de la provisión de la terapia antirretroviral y lograr un real acceso universal, las autoridades respectivas deben tomar acciones inmediatas. Muchas veces se trata solo de voluntad política y del compromiso del personal de salud.
En la región San Martín, en la selva peruana, Nidia Calderón, Jefa de Epidemiología y Coordinadora de VIH del Hospital de Tarapoto, ante la evidencia de que muchos de sus pacientes morían debido a un tardío acceso a los servicios de salud, empezó en el 2011 a capacitar a equipos multidisciplinarios en 3 lugares del interior de la región como Tocache, Moyobamba y Rioja, como primer paso para la descentralización del tratamiento antirretroviral (TARV). En la actualidad, el Hospital de Tarapoto atiende 387 casos.
Sin embargo, a pesar del trabajo realizado y el tiempo transcurrido, aún no existe una resolución emitida por la Dirección Regional de Salud – DIRESA San Martín que le de legalidad al funcionamiento de esos lugares, se proceda a la contratación del personal capacitado, y se de inicio a la atención y la provisión de TARV.
La ausencia de normatividad impide la implementación de la atención a personas con VIH, así como las estrategias específicas para poblaciones vulnerables. Las demoras hicieron que se pierda casi todo el recurso humano capacitado y sensibilizado que hace mucha falta en la región de la Selva donde muchos médicos se rehúsan a atender a personas con VIH , poblaciones vulnerables y mucho menos si se encuentran afectados por la tuberculosis.
La descentralización de la atención en VIH y la provisión de TARV es un tema prioritario ya que reduce el tiempo que se invierte en el traslado hacia y desde los establecimientos de salud -que en esta región puede ser de hasta seis horas- elimina o reduce el gasto de bolsillo de las personas que en su mayoría se encuentran en situación de pobreza y, en tanto, se fortalece la adherencia. Asimismo, se reducen los abandonos y se disminuyen las muertes de compañeros con VIH ya que accederían oportunamente a la atención.

El Coordinador del grupo de ayuda mutua de Tarapoto, señaló a Corresponsales Clave que “es una gran necesidad que el TARV se descentralice por los costos de desplazamiento, ya que en algunos casos son desde 50 a 120 soles (entre 15 y 45 dólares americanos) entre ida y vuelta por persona, sin incluir otros gastos y, sobre todo el tiempo que se pierde por la lejanía de las provincias que son, mínimo de 2 horas y hasta en algunos casos 8 horas. Algunos deben tomarse diferentes análisis y deben quedarse hasta 2 o 3 días; los albergues no quieren recibirlos, si alguno lo hace son discriminados dándoles en platos y vasos descartables y todo esto limita la atención de nuestros pares. Incluso se pierden casos diagnosticados, los cuales ya no regresan a su atención, incluidas gestantes.”
El Ministerio de Salud brinda tratamientos en el Perú de manera gratuita desde el 2004. Han pasado 10 años y sobre la descentralización no se ha avanzado lo suficiente.
Urge poner en marcha el plan de descentralización elaborado por la Estrategia Sanitaria de Prevención y Control de ITS y VIH para dotar de personal e infraestructura a los establecimientos de segundo y primer nivel que puedan recibir a las personas con VIH que requieren atención.
Por otro lado, es importante que la comunidad de personas con VIH a nivel local incida sobre las decisiones de las autoridades locales para dar sustento normativo a la descentralización y que esta sea dotada de los recursos económicos necesarios para alcanzar la verdadera atención integral y oportuna.
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