Ante la discusión por la firma del Pacto Global sobre Migraciones, carteles y videos fueron difundidos por diversas redes desinformando a la ciudadanía con mensajes de odio y rechazo hacia la población migrante. Aun cuando esta adopción del Pacto no es vinculante y se efectuaría de conformidad al artículo 143 de la Constitución Nacional, que dice: «La República del Paraguay, en sus relaciones internacionales, acepta el derecho internacional y se ajusta a los siguientes principios: (…) 4. La solidaridad y la cooperación internacional«.

Los grupos que se oponen a la firma del Pacto en Paraguay sostienen su rechazo a que ingresen entre los migrantes a Paraguay defensores de lo que consideran la «ideología de género», ya que la ONU promueve la igualdad de género, el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas, y la salud sexual y reproductiva, lo cual suele relacionarse con la interrupción voluntaria del embarazo.
Para los próvida y profamilia – y de muchos paraguayos desinformados- la firma de Paraguay sería también una manera de ceder la soberanía nacional a Naciones Unidas.
La presencia del canciller paraguayo Luis Castiglioni en Marrakech, en nombre del gobierno paraguayo, obedecía al interés del país en demostrar que el Paraguay se suma a aquellos países que quieren la promoción de reglas claras a las migraciones y la protección de los derechos humanos de quienes se ven obligados -por distintas circunstancias- a abandonar su tierra, ya que tradicionalmente el Paraguay ha sido un país emisor de migrantes.

“En la actualidad, más de un millón de compatriotas residen en el exterior; es, por tanto, nuestra obligación moral apoyar posiciones en la arena internacional que sean propicias para el bienestar de los connacionales en el extranjero y el de sus familias, con el fin de evitar que sean sometidos a tratos denigrantes o a situaciones de irrespeto a sus derechos fundamentales, por la mera condición de ser migrantes”, habría dicho el canciller a través de un comunicado a la opinión pública.
Sin embargo, un día antes de la ratificación en la ONU, el mismo canciller retiró su apoyo al Pacto e instruyó a la representación paraguaya a no asistir a la reunión de ratificación en la Asamblea.
Un país como Paraguay, con altos índices de pobreza, en el que los servicios de salud colapsan, no cuentan con los recursos suficientes para insumos, medicamentos, análisis de laboratorio, aun cuando el Pronasida no ha negado la atención en VIH a ninguna persona migrante; cualquier información malintencionada cae en terreno fértil para el rechazo a políticas internacionales de protección de los derechos humanos.
Como ha sido la tendencia en los últimos años y con el mal uso de las redes sociales, las mentiras y la desinformación pueden generar el rechazo de la población en general y exacerbar la xenofobia.
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