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Editorial.- En las últimas semanas, denuncias e investigaciones sobre acoso y abuso sexual han atravesado nuestro sector, poniendo a las organizaciones no gubernamentales y agencias del Sistema de Naciones Unidas bajo la lupa.

Pareciera que nos ha llegado el turno. En las últimas semanas se han hecho públicas una serie de denuncias de acoso, explotación y violencia sexual en el sector de la cooperación internacional para la salud y el desarrollo. Quizás los más notorios han sido los de Oxfam, UNICEF y ONUSIDA. Pero hay organizaciones humanitarias que investigan internamente decenas de denuncias por año, todo debajo de la línea del escrutinio público. La publicación de las denuncias han disparado despidos y renuncias de funcionarios de muy alto rango y ha puesto sobre la palestra de la opinión pública a las ONG y al Sistema de las Naciones Unidas.

. En las últimas semanas se han hecho públicas una serie de denuncias de acoso, explotación y violencia sexual en el sector de la cooperación internacional para la salud y el desarrollo.

¿Podemos realmente sentirnos sorprendidos? Creo que no, ya muchas de las sospechas y rumores sobre -si vale la expresión- patrones de comportamientos, eran del conocimiento de la mayoría de quienes trabajamos con y en estas organizaciones. Lo que ha cambiado es que ahora ha quedado en evidencia públicamente un comportamiento impune, más allá del alcance la ley. Pero también se ha notado una postura corporativa, por parte de muchos de nosotros, que hemos colaborado con el silencio y hemos continuado discutiendo los casos y sus evidencias en voz baja. Llegando en muchos casos al extremo de re-victimizar a las víctimas, poniendo en tela de juicio la veracidad de las denuncias, tristemente, nada nuevo cuando se trata de denuncias e investigaciones de cualquier acto de violencia sexual.

Ya era hora

Todos quienes trabajamos en «este gremio», durante semanas, hemos visto aumentado el tráfico de WhatsApp y conversaciones de pasillo sobre los casos y los involucrados, donde en ocasiones se ha repetido la fórmula: “ya era hora”. Pero, ¿hora de qué?,  ¿hora que una mujer violentada enfrentará una gran maquinaria burocrática en búsqueda de justicia? ¿En qué fallamos todos nosotros dejando a personas a merced de los comportamientos individuales inapropiados? ¿Por qué no hicimos públicos los secretos a voces?

En forma sintomática, la reacción de algunos colegas ha sido dirigir la sospecha a los medios de comunicación, por crear campañas de desprestigio y ejercer el rol de impartir justicia, por medio de las denominadas condenas mediáticas. Nada nuevo bajo el sol, cuando los medios de comunicación hacen eco de una denuncia que afecta nuestras burocracias y el establishment, siempre es más efectivo inhabilitar al mensajero, al portador de la noticia, que conectarse con lo que nos comunican; porque nos desnuda, nos interpela y nos expone ante la opinión pública en todas nuestras miserias.

Ha sido llamativa la prisa de muchas organizaciones por desarrollar y hacer públicas sus políticas de cero tolerancia al acoso sexual.

Mientras tanto, otras ONG y Agencias Internacionales, en un estado casi de pánico, han tenido reuniones bilaterales y secretas para evaluar el impacto que estas denuncias tendrián en el financiamiento de los gobiernos, en una época ya de vacas muy flacas, y un viraje en las prioridades de los donantes. ¿Qué supone esto?, la posible idea que “lavar la ropa en casa” pueda prevenir el desfinanciamiento. Incluso se ha especulado infantilmente que detrás de las denuncias estuvieron algunos de estos gobiernos, para generar chivos expiatorios que justifiquen los recortes presupuestarios. Hasta donde hemos visto, si un gobierno quiere redireccionar su inversión en ayuda para el desarrollo, no ha necesitado del apoyo de los medios ni dar muchas explicaciones.

El silencio no es inocente

Lo que resulta más alarmante es el silencio sobre el tema, con dejo de olor a temor. Me aventuro a especular que estamos funcionando bajo una implicita amenaza. Con miedo a que la próxima organización de donde surja una denuncia sea la nuestra; el desasosiego de hablar sobre un tema incómodo que pueda polarizar y afectar las relaciones institucionales y personales o la incomodidad a posicionarnos sobre un tema como éste, que nos afecte con represalias financieras de las agencias denunciadas. Al menos, en Corresponsales Clave no tenemos miedo.

En muchas agencias y ONG (aún en aquellas que no son objeto de investigación alguna) se ha impartido una clara instrucción al personal: máxima discresión, aún en el ámbito de las redes sociales personales. La interacción de los responsables de estas instituciones involucradas en denuncias con los medios de comunicación ha sido pobre o nula, algo que poco ayuda a resguardar la reputación de una organización. Pues detrás de uno o más casos puntuales, hay cientos -sino miles- de personas que trabajan en las misma organización, gestionando programas vitales, que jamás han tenido o tendrán estos tipos de comportamientos, pero que han sido arrastrados por sus líderes a una involuntaria complicidad.

Debemos interpelarnos y reflexionar, rompiendo el silencio cómplice.

En muchos casos, un obstaculo ha sido que muchos de nosotros tenemos una relación cercana de amistad con algunos de los implicados, como también, tenemos clara conciencia de su excelente trabajo.  Nos duele y nos sentimos defraudados. Pero es un error común confundir la trayectoria de estas personas con las otras cuestiones que han tomado público conocimiento. Y debemos aprender a evitar que una cosa interfiera con la otra, en la búsqueda de la verdad y la justicia. Al mismo tiempo asegurar la presunción de inocencia, que solo será sostenible con el resultado de una apropiada investigación.

El abuso no reconoce géneros

Tanto en los casos de público conocimiento de la industria del entretenimiento, como en nuestro sector, las víctimas de las diversas formas de violencia sexual no solo son mujeres, funcionarias o beneficiarias. También son varones. Y aquí debemos reconocer, que quienes trabajamos en VIH y sida hemos fallado en leer las diversas formas del abuso de poder de funcionarios contra mujeres, trabajadoras sexuales, jóvenes, gais y una combinación de estas categorías.

¿O acaso no hemos visto comportamientos potencialmente inapropiados entre funcionarios y las comunidades en talleres, visitas y reuniones?. Aquí la principal “herramienta” es la relación despareja de poder, y el representante de una agencia u organización que financia proyectos, con diferente grado de conciencia se beneficia con estos desbalances de poder, más o menos explícitos.  Quizás quién haya accedido a mantener prácticas sexuales con algún funcionario no se haya sentido violentado o abusado. Pero no hablamos de relaciones entre pares. Lo que sería reprochable es el comportamiento del representante de una insitución que está al otro extremo de una relación desigual. ¿O nadie se ha preguntado si acaso aquellas personas sin su cargo institucional retendrían el mismo “magnetismo sexual”?

Entonces, las políticas para prevenir, investigar y condenar las prácticas de acoso y abuso se quedan cortas si solo van cubrir a los funcionarios, estas deben alcanzar en forma amplia a las personas y comunidades a las que se brinda asistencia.

Creo que estamos viendo la punta del iceberg, y que se han abierto las compuertas de un dique a punto de reventar. Debemos romper el silencio cómplice. Necesitamos separar personas y personalidades de las denuncias y los hechos, y reducir el comportamiento defensivo y corporativo que podría colaborar en perpetua la violencia sexual.

Estas prácticas todavía suceden, también dentro de las organizaciones y redes de la sociedad civil. Todos debemos actuar para prevenir, proteger, reparar  y rendir cuentas frente a estas problemáticas.

Cabe señalar que las organizaciones mencionadas están tomando cartas en el asunto. Por ejemplo, Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA, organismo muy cercano a nosotros,  ha enviado una carta personal a diversos actores, describiendo un plan de cinco puntos para luchar puertas adentro contra el acoso y la violencia hacia las mujeres (1).

Entretanto, todos estamos ahora bajo la lupa, por nuestro comportamiento pasado, presente y futuro, y esta vía de rendición de cuentas pública no va de discriminar membresías o rangos. Mañana, en el Día Internacional de la mujer, nos merecemos dar una profunda reflexión sobre qué es lo que cada uno de nosotros podemos hacer mejor, desde nuestro lugar, para contribuir a que estas historias no se repitan. Hablar es un primer paso necesario.

(1) Para leer la carta en inglés y la respuesta de algunas organizaciones visite este vínculo: http://bit.ly/2oXIsb5

País: Perú

Acerca del autor

Javier Hourcade Bellocq

Editor responsable de Corresponsales Clave y Representante Regional de América Latina y el Caribe | Argentina
Organización:International HIV/AIDS Alliance

Javier Hourcade Bellocq es el Editor Responsable de Corresponsales Clave y trabaja en VIH desde 1987. Fue uno de los fundadores y el primer Secretario Regional de la Red Latinoamericana de Personas Viviendo con VIH (RedLa+). Desde 2003, Javier trabajó para la International HIV/AIDS Alliance (Frontline AIDS), primero como Oficial de Programas Senior a cargo del programa de la Alianza en Ecuador, y desde 2005 como Representante Regional para América Latina y el Caribe. Javier es miembro de la Delegación de las Comunidades de la Junta del Fondo Mundial y fue Miembro de la Junta del Fondo Mundial entre 2006 y 2009. Está basado en Buenos Aires, Argentina.

3 Commentarios

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  • Hay muy buenos puntos en el artículo. Sinceramente veo esto en muchos temas que Ud. toca; pero Javier, como es posible que Ud señala a una sola persona que está “tomando cartas” en el asunto, ¿siendo Michele Sidibe? No conozco nada más de lo que he leído en algunos artículos en la Prensa, como The Guardian y otros, y algunos “posts” en “Social Media”. Pero no hace falta que los artículos mencionan que Michele Sidibe mismo intento a resolver el caso del empleado de ONUSIDA, con una pequeña comisión liderado por él y con el resultado decidido por él, aunque el acusado era una persona que era como su Asistente. Y que el intento de arreglar una «Conciliación» entre del empleado acusado y la mujer (allegedly) victimizada.

    Yo no tengo forma de saber si esto es cierto o no. Tampoco digo nada acerca de que si Miguel Sidibe debe renunciar, como apareció en algunos artículos. Hay falta de información y las consecuencias debe ser congruente con los hechos. No todos necesariamente tienen que renunciar y la información acerca de este caso esta muy borrosa. Pero si estoy en contra de mencionar a Miguel Sidibe en este contexto, en este momento, en su artículo como la persona que está haciendo tanto, tal vez tambien siendo que Corresponsales Claves esta financiados por ONUSIDA, pero sea o no sea asi, esta referencia no me parece congruente en este momento con los otros puntos del artículo. Repito con hincapié, que no tengo ningún criterio para juzgar a Miguel Sidibe. De hecho la información es muy escasa. Se que hay muchas personas en muchas organizaciones, como Oxfam y MSF, haciendo también mucho esfuerzo para mejorar la transparencia y eliminar los problemas que Ud menciona. Pero creo que es un error en esta coyuntura favorecer a una sola persona. Desconozco mucho acerca del caso, pero creo que va un poco en contra de todo lo que Ud, muy correctamente y con valentía, ha puesto en su artículo

    Si va a favorecer a una persona implicado (aunque solo por la prensa) sería mucho mejor primero aclarar (si es posible) las acusaciones que han circulado acerca de esta persona. Podría ser que el Dr Sidibe y también el empleado que renunció sean totalmente inocentes. Parece que posiblemente hay un juicio en la Prensa injusto como suele a pasar. No tengo criterio adecuado (aunque han circulado muchos comentarios acerca de lo acontecito en diversos posts en redes sociales, colocados en sitios web y Facebook, de activistas en Europa y países del Norte y supongo que también en otras regiones). Tristemente creo que esta referencia quita algo del valor de lo que Ud está proponiendo en su artículo. Ud también pudo haber entonces pedido una investigación más al fondo para aclarar los hechos. Es mi opinión.

    Como Ud esta insinuando, creo, yo estoy cien por ciento en contra de quitar el financiamiento de Agencias como OxFam, MSF, ONUSIDA y otras por los pecados de unos pocos empleados, es totalmente contraproducente, 98% de las personas en estas organizaciones están apoyando a la gente más necesitada en países en pobreza aguda o personas más vulnerables. Esto no es Hollywood, es cuestión de vida o muerta para mucha gente. En el caso de ONUSIDA tengo más conocimiento de esta Agencia por mis años de involucramiento durante el periodo de 1997 a 2010 como Director de Agua Buena y creo que aún faltaba mucho en las políticas de ONUSIDA hacia ciertas poblaciones por lo menos en esos años. Pero nunca diría que ONUSIDA debe ser castigado económicamente por sus políticas. Solo abogue por los cambios que yo pensaba eran apropiados para apoyar mas gente a obtener el tratamiento necesario.

    Finalmente, muy buena la referencia a que la situación implica comportamientos hacia varones y jóvenes y no solamente hacia mujeres.

  • Estimado Richard,

    Me alegra que seas un lector de Corresponsales Clave, tu eres un personas de referencia para muchos de nosotros en le reunión, y nos haces falta.

    No estoy muy claro cuál es tu objeción sobre el editorial. Aparte de en un par de periódicos que hacen buen periodismo (como The Guardian) y un par colegas en las redes, ¿en cuántos lugares has leído sobre éstos casos? Nadie ¿Cuántas organizaciones de DD.HH., de minorías, de mujeres han publicado algo o cuestionado algo sobre este caso?, sea ONUSIDA, UNICEF o Oxfam. Ninguna. Ha habido un silencio dolorosamente cómplice. Yo me cuestionaría el porque de éste silencio, dentro y fuera de la región. Yo me siento muy orgulloso de la independencia editorial que tiene Corresponsales, que puede interpelar el poder y la corrupción, sea esta en los gobiernos, las agencias o la sociedad civil, sin miedo de perder a represalias como el financiamiento.

    Las acusaciones son graves y como la organización gestionó las misma en principio, reprochable. Pero esa es la responsabilidad de sus líderes y no de cientos de otras personas que hacen bien su trabajo. Y reitero mi solidaridad con los colegas en estas organizaciones de un profundo compromiso y comportamiento irreprochable. ONUSIDA no le pertenece a unas pocas personas. Esa es una de las ideas que quise reflejar.

    Un par de semanas después que la crisis en ONUSIDA se hiciera pública, y bajo un estricto silencio de radio, luego de la renuncia del implicado, su Director Ejecutivo envió la carta que linkeamos, y algunas organizaciones, como la Red Global de PVVS, que con orgullo presido respondimos con la segunda carta, también linkeada.

    Yo considero que la crisis del sida es excepcional y necesita de un programa coordinador como ONUSIDA. Pero se que hay fuerzas ocultas, algunas poderosas, que lo quieren cerrar, y algunos desatinos estarían facilitándoles el trabajo a éstas. Por eso creo que necesitamos un mejor ONUSIDA.

    Si yo como editor y autor de la nota tengo conocimiento de ambas cartas de Michel Sidibé, es mi responsabilidad el darlas a conocer y no relativiza nada de los escrito en los párrafos anteriores. Richard si tu sospechas que el motor de la publicación es proteger nuestra relación con ONUSIDA como donante, es que nos has comprendido nada de su contenido. Tenemos un asocio con muchas organizaciones, incluyendo a ONUSIDA, que como queda demostrado en el editorial y otras 1600piezas de periodismo, estas socio no condicionan nuestro compromiso con la verdad. ¿Qué pasa con el resto? Con el silencio que hace tanto ruido. La verdad es que no esperaba fuego amigo. Mis respetos,

    PD te dejo un blog muy informativo sobre el caso http://foreignpolicy.com/2018/03/08/how-u-n-sexual-assault-investigations-die-in-darkness/

  • Javier

    Como siempre me “metí la pata”

    Con respeto a su interpretación acerca del financiamiento de Correspondientes Claves, no tengo ningún base para juzgar Correspondientes Claves. No he visto evidencia de este en los posts que he visto. Entonces pido disculpes por mi comentario acerca de este tema. ((El impacto del financiamiento en el activismo en sentido general es otro asunto, y hay pros y contras y muchos “contextos”, pero este debate seria para otro artículo, que puede ser un artículo importante))

    En mi comentario yo estaba refiriendo a información presentado en los siguientes artículos. Lo más detalladas están en Ingles. Como dije, es imposible para mí, tener una opinión acerca de que es la verdad y que es información falso.

    (creo que para ver los links, hay que copiarlos y pegarlos)

    http://www.proceso.com.mx/523743/renuncia-director-adjunto-de-onusida-acusado-de-abuso-sexual

    “El jefe de Onusida, Michel Sidibé, fue acusado por el IOS de tratar de resolver el caso en silencio, incluso cuando se estaba llevando a cabo una investigación oficial.”

    https://www.elpais.com.uy/mundo/denuncias-acoso-sexual-golpean-cupula-onu.html

    http://foreignpolicy.com/2018/03/08/how-u-n-sexual-assault-investigations-die-in-darkness/ Ingles, el articulo que Ud mismo esta citando.

    “…After being interviewed by the IOS investigators, Sidibé recused himself “from the final decision-making role in the case in order to avoid any perception of a conflict of interest,” according to a Feb. 9 press release from UNAIDS, but his efforts to influence the case did not stop, Code Blue alleges”

    https://www.theguardian.com/global-development/2018/feb/07/un-inquiry-alleged-sexual-assault-campaigners
    Ingles

    http://hoy.com.do/luiz-loures-renuncia-a-su-cargo-como-director-adjunto-de-onusida-tras-haber-sido-acusado-de-abuso-sexual/
    español

    http://www.passblue.com/2018/02/14/a-sexual-assault-claim-at-unaids-suggests-serious-mishandling-by-management/
    ingles

    Yo apoyo su comentario acerca de “un mejor ONUSIDA” y siempre he trabajado para este. Sin embargo, no tengo conocimiento acerca de su comentario que “ hay fuerzas ocultos, que lo quieran cerrar (a ONUSIDA) , y algunos desatinos estarían facilitándolos el trabajo a estas” Yo no sabia nada de este tema. Creo que si vamos a hablar de transparencia es importante que Ud podría apoyar esta observación con datos específicas. Para el bienestar de la organización en si y para el bienestar de todos y todas afectados. Si no, esta observación se quede en “el aire”. y aparentemente esta tiene algo que ver con el tema del articulo y nuestros comentarios, aunque sin más datos es imposible saber que .

    Gracias por su atención
    Richard Stern