Los días 3 y 4 de abril se reunieron en Sao Paulo diversos expertos en la atención sanitaria a VIH, ITS y MPox para discutir estrategias de integración y fortalecimiento de las respuestas a estas infecciones.
La respuesta a la emergencia del brote de Mpox, que tuvo lugar en 2022 y que en las últimas semanas ha vuelto a llamar la atención de la prensa y de las autoridades sanitarias, dejó algunas lecciones que deben ser incorporadas a la respuesta a las ITS y la sífilis, así como al VIH. La especial preocupación y atención que requiere la respuesta al VIH, la sífilis y las ITS se debe a que, a pesar de todos los esfuerzos, en la última década, los nuevos casos siguen en aumento en América Latina y esto se profundizó con la pandemia de covid, constituyéndose en un problema de salud pública y que afecta, principalmente a hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, mujeres trans, trabajadoras sexuales, entre otros grupos de población clave.
Por ello, la Organización Panamericana de la Salud, el Ministerio de Salud de Brasil y AIDS Healhtcare Foundation (AHF) se unieron para organizar una consulta con expertos de diversos países para intercambiar lecciones de la respuesta al MPox e integrarlos a las acciones para enfrentar el rápido ascenso de ITS, sífilis y VIH.
Durante la mañana del primer día, el grupo compartió información valiosa sobre la situación actualizada de ITS en la región. Mónica Alonso, jefa de la Unidad de VIH, ITS y hepatitis virales de la OPS, resaltó que la positividad de sífilis activa en HSH se encuentra por encima del 10% y hay una alta concurrencia de ITS y VIH en los casos diagnosticados, del orden del 55%. Esta situación también tiene un impacto en la sífilis congénita, que persiste en todos los países.
Asimismo, destacó que cuatro de las infecciones más prevalentes, la sífilis, la gonorrea, la clamidiosis y la tricomoniasis tienen cura, lo cual debe ser usado en las estrategias de intervención.
Más adelante, Mateo Prochazka Nuñez, de la OMS, en vínculo a través de zoom, resumió lo que fue el brote de MPOX a nivel global y extrajo algunas lecciones muy importantes. Para empezar, destacó que la respuesta a este brote usó las instalaciones y estructuras disponibles de la respuesta al VIH e ITS, principalmente por el comportamiento del brote fuera de África, que fue como una ITS. Asimismo, el uso de las instalaciones y las estrategias para responder a MPOX también sirvieron de base en algunos países para apuntalar la implementación de la profilaxis pre-exposición para VIH.
Por su parte, Pamela Gaspar, responsable de ITS del Programa de VIH, ITS y hepatitis del Ministerio de Salud de Brasil, en su intervención orientada a la eliminación de las ITS, destacó la importancia de mantener el manejo sintomático (llamado sindrómico en otros países) de las ITS, pero a la vez, avanzar también en el estudio etiológico de las mismas. Esto quiere decir que se deberán implementar pruebas diagnósticas, moleculares en muchos casos, que permitan el diagnóstico preciso de las infecciones y el tratamiento adecuado. Es necesario destacar que esto está siempre sujeto a la disponibilidad de pruebas y de recursos en los países y ciudades más alejadas, pero debe “sembrarse” la urgencia de contar con laboratorios moleculares rápido. La experta destacó, a partir del estudio de las fortalezas y debilidades de las respuestas, que la ciencia debe convertirse en práctica y esta, en política pública para mejorar la salud de las personas.
Las discusiones posteriores estuvieron orientadas a identificar recomendaciones para la integración del abordaje de Mpox para la eliminación de ITS. Del trabajo en grupo, destacó la importancia de ofertar las diversas pruebas de ITS ante un caso cualquiera de infección, algo que se ha venido proponiendo en muchos países que parece no haber alcanzado el nivel suficiente para revertir la situación y disminuir las nuevas infecciones.
La necesaria respuesta comunitaria
A lo largo de la reunión, las personas expertas, tanto de gobierno como de la sociedad civil, manifestaron la importancia de contar con las organizaciones de base comunitaria y de la sociedad civil en general para poder alcanzar las metas que se prevean en cuanto a reducción de casos de ITS. A partir de las experiencias de CAS, de Guatemala, de evidenció como los servicios amigables, provistos por organizaciones de las comunidades pueden llegar a más personas que los servicios públicos no llegan.
AHF también destacó que sus servicios en el nordeste brasilero han aportado el 40% de diagnósticos en la ciudad de Recife, un gran dato que nos debe llevar a estudiar más a profundidad el enfoque diferenciado que tienen dichos servicios.
La experiencia de Corresponsales Clave también fue discutida debido a su relevancia para combatir la infodemia y transmitir información precisa en el contexto de MPOX, cuyas lecciones aprendidas también servirán para la ampliación de servicios de PrEP y la integración de servicios de ITS.
Como resultado de la reunión se planteó un documento que estará disponible en los próximos días y que deberá guiar la integración de la respuesta a ITS, tanto desde los servicios públicos como aquellos brindados por organizaciones de la sociedad civil. Entre otras cosas se destacó:
- La búsqueda de canales alternativos para comunicar a los más jóvenes, con su participación en las estrategias comunicacionales, utilizando redes sociales, estableciendo alianzas con influencers o tik tokers.
- Mantener y fortalecer el trabajo de educación de pares que ha demostrado su eficacia y que, de la mano con los servicios de salud, suele brindar la atención oportuna a las poblaciones afectadas.
- Trabajar en la reducción del estigma y la discriminación hacia las poblaciones más afectadas y vulnerables, creando espacios de atención seguros.
- Insertar nuevas tecnologías para la mejor atención de las ITS, tanto para el diagnóstico como para el tratamiento.
- Mantener el objetivo de la eliminación del MPOX garantizando el acceso a vacunas para las poblaciones más expuestas.
Todo lo anterior, además de otras estrategias más específicas en relación con el diagnóstico y tratamiento deben estar centradas en las personas, de la mano con la participación comunitaria, dando espacio a la innovación basada en evidencias y construyendo sistemas de salud sólidos y resilientes que puedan responder a cualquier nueva emergencia sanitaria.
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